Aurora parpadeó mientras volaba al lado de su hermana.
"¿A dónde vamos?" Preguntó Aurora con curiosidad.
Para ella era normal seguir a su hermana, ya que su hermana a veces le ayudaba a atrapar a algunos criminales que ella eliminaba durante su día, pero esta vez se sentía diferente.
Alice estaba volando a su lado con un vestido negro casual que siempre usaba y no estaba oculta en su sombra. Le estaba sosteniendo la mano, guiándola con calma… Una calma extraña en Alice, que por lo general mostraba preocupación en su rostro por ella.
"Solo espera." Respondió Alice.
"Bueno." Replicó Aurora.
Su voz fue plana y agotada. ¿Realmente importaba a dónde iba? Al final siempre era alguien a quien tenía que asesinar y esta vez, al igual que las otras veces, ella simplemente esperó.
Su mente agotada llevó a que su campo de visión pasara más rápido de lo normal. Desde unas ruinas, a un desierto y luego a una ciudad en ruinas. Al principio, Aurora lo atribuyó a su cansancio. El agotamiento mental, físico e incluso espiritual. El agotamiento de haber estado meses luchando, asesinando y llorando. El cansancio que tanto le estaba causando su venganza. Estaba agotada, pero su mano se movió hacia su espada cuando aterrizaron en medio de un callejón entre edificios en ruinas.
Su movimiento fue mecánico. Ya había perdido la cuenta de cuantas veces había llegado a un lugar desconocido para asesinar a personas que ni siquiera había conocido o visto. Sin embargo, esta vez fue diferente y Aurora se dio cuenta.
"…"
Aurora miró a su hermana y Alice simplemente caminó entre las ruinas de este callejón y ella la siguió.
El callejón no estaba completamente destruido, sino que se encontraban edificios en ruinas y otros ligeramente intactos.
Lo que llevaba a que todo fuera extraño era el silencio y la falta de presencia… Aquí no había nada ni nadie.
En este lugar únicamente estaban ellas, no había presencias humanas ni de animales o insectos.
No se escuchaba ningún ruido excepto el suave viento que pasaba entre los diferentes pisos en ruinas de los edificios del callejón.
Aurora avanzó con su hermana y luego, al salir del callejón, llegaron a una amplia zona abierta y ella parpadeó extrañamente y luego observó a Alice.
La razón era el extraño portal que se encontraba en medio de esa zona amplia. El color rojo mostraba que el portal se encontraba activo, pero las decoraciones de ese gran portal eran extrañas.
"Alice… ¿Qué has hecho?"
Esas palabras salieron de su boca al darse cuenta de la situación.
Alice se detuvo delante de ella y luego se giró para mirarla, y Aurora por momentos se perdió en la oscuridad de los ojos de su hermana.
Una oscuridad profunda, casi inhumana, pero detrás de esa oscuridad existía una determinación que Aurora pocas veces había visto en su hermana.
Su querida y amada hermana, que la había seguido desde pequeña y que nunca había rechazado sus pedidos, ahora mostraba una mirada terminante y decidida.
"Hice lo que tuve que hacer," respondió Alice con calma y luego le ofreció la mano.
Aurora observó a su hermana, la determinación y decisión, y ella sostuvo la mano de su hermana.
Su mente se llenó de posibilidades, y su corazón empezó a palpitar al imaginarse algunas situaciones que ella deseaba, pero al final siguió a su hermana hacia el portal.
En su mente no importaba qué era lo que había hecho su hermana... Tal pensamiento le causaba rechazo por la preocupación hacia su hermana, pero la posibilidad.
Esa posibilidad de que todo terminara como ella deseaba la hizo seguir a su hermana sin cuestionar ni hacer preguntas.
Ahogó su preocupación, sus dudas y su curiosidad, y su corazón latió continuamente expectante al cruzar el portal.
El brillo rojo duró unos segundos, y luego se mostraron ruinas como si algún terremoto hubiera sucedido en un viejo pueblo, pero algo resaltó en todas estas ruinas... Alguien lo hizo.
"Ha… Mierda…"
Aurora caminó mecánicamente y sus ojos se fijaron en la persona que estaba tirada en el suelo, apoyándose en la espalda con una pared destruida.
El hombre se estaba sosteniendo el pecho mientras tosía sangre. La ropa ensangrentada por todas partes, la sangre saliendo por su boca y sus oídos.
Sin importar cuán manchado de sangre el hombre se encontrara, Aurora podía reconocerlo.
¿Cómo no podía reconocer al hombre que aparecía en sus pesadillas? ¿Qué destruía esa ciudad una y otra vez, reviviendo la situación como si ella hubiera estado ahí?
¿Cómo podía no reconocer al hombre que alimentaba su cuerpo y su odio para que siguiera matando?
"…"
Aurora se encontró con los ojos levemente distorsionados del hombre, y todas las preguntas sobre Alice desaparecieron, y ella se acercó al hombre.
"Así que soy… Un mero títere."
Aurora vio al hombre hablar tosiendo sangre, pero su mente ya no estaba, y su cuerpo se movió por puro instinto.
Ella desenfundó su espada y apretó el agarre con tanta fuerza que su mano sangró, y el dolor le dijo que todo era real.
Malik Zamora, el asesino de sus amigos, estaba al frente de ella.
"Oh… Venganza." Murmuró Malik al mirarla fijamente.
Notó su sed de sangre y su deseo de venganza, pero el hombre no tuvo miedo y simplemente la observó sin miedo a su destino.
"Yo…"
Cuando Malik estuvo por hablar, Aurora notó que su hermana se tensó, pero ella la ignoró y con su espada desenfundada, la puso en el corazón del hombre y…
"Uggh…"
La clavó lentamente.
¿Cuántas veces se había imaginado esta situación? Aurora nunca imaginó asesinar a Malik.
Cumplir su venganza era imposible… No, quizás no tan imposible, pero ella supuso que le tomaría mucho tiempo.
Una vida de venganza para alcanzar el poder de ese hombre y asesinarlo por su cuenta, pero aquí estaba.
Malik, al ser atravesado, abrió la boca vomitando sangre, pero los ojos del hombre la miraron fijamente. No hubo miedo ni terror.
El hombre mostró tenacidad mientras su corazón era atravesado, como si no quisiera darle la satisfacción a ella y a quienes lo pusieron en esta situación.
Aurora no le importó. Su corazón, que latía ferozmente, se calmó cuanto más su espada perforaba el corazón del hombre hasta que su espada lo atravesó, y ella sacó su espada, mirando al hombre dar su último aliento.
Ella respiró hondo, pero su mano tembló cuando extrajo la espada y sus lágrimas volvieron a salir.
El grito ahogado de un alma sufriendo apenas alcanzó sus oídos cuando ella quiso apartarse lejos del cadáver y cayó arrodillada tratando de afirmarse con su espada.
"Aurora… ¡Aurora… Aurora!"
La voz de su hermana empezó bajo y lejos, luego fue lentamente aumentando.
Aurora la había dejado de escuchar y miraba fijamente su mano, cuya sangre era visible a causa de que sus uñas habían atravesado su propia carne.
¿Esto era real? ¿Lo era? El dolor era real, pero en sus pesadillas el dolor siempre era real.
¿Iba a despertar y darse cuenta de que lo sucedido hoy fue un sueño? Iba a volver a la realidad en donde su venganza era un sueño… ¿Una plegaria a un dios durante las noches?
¿Se despertaría y se daría cuenta de que el hombre que tanto daño le causó no murió?
"Aurora…"
Una mano atrapó la suya y un fuerte abrazo la hizo reaccionar. ¿Fue el calor que la rodeaba o el cariño que su hermana emanaba? Aurora no lo supo, simplemente parpadeó entre lágrimas mirando los ojos de su hermana que habían vuelto a mostrar esa preocupación es real.
"Todo ha terminado. Todo ya ha terminado."
La mirada de Alice seria y la fuerza detrás de su voz hicieron que Aurora la abrazara y llorara.
Lloraba porque había vengado a sus amigos y a sus conocidos. Había vengado a millones de personas… Lloraba porque la venganza significaba dejar ir su objetivo y la razón por la cual la mantenía despierta todos los días.
Ella estaba llorando porque todo había terminado y ella no estaba lista para seguir.
Así que ella lloró hasta que finalmente cayó inconsciente.
******
Alice caminó saliendo por el portal con su hermana inconsciente en sus brazos. Ella no sabía si su hermana iba a despertar creyendo que todo fue un sueño o la realidad.
No importaba. Su hermana cumplió su venganza y eso era todo lo que ella quería.
Ahora era el momento en que su hermana debía descansar y recuperarse. Alice no sabía cómo ni por dónde empezar y menos cuando su hermana era tan complicada de entender.
Probablemente la forma en que su hermana se recuperara no fuera descansando en algún lugar agradable, pero así era Aurora y para Alice estaba bien.
"Su Excelencia…"
"Su Excelencia…"
"Su Excelencia…"
Apenas ella salió del portal, voces surgieron al unísono y Alice observó a las personas que la esperaban.
Más de las que había visto antes.
Hombres y mujeres encapuchadas, todos arrodillados mirando hacia abajo sin atreverse a mirarla.
Toda acción tenía sus consecuencias y Alice, al sentir el miedo de esas personas, supo que tendría que lidiar con las consecuencias.
"James, lleva a Aurora de vuelta al hotel," dijo Alice mirando al hombre en medio de todo ese grupo.
El hombre se levantó con cuidado y luego se acercó, y Alice le dio una mirada a su hermana que descansaba en sus brazos negros, y luego, con un artefacto psiónico, la atrapó imitando la misma forma de sus brazos.
Al ver el rostro de su hermana y la respiración que, por primera vez en mucho tiempo, era tranquila, Alice respiró hondo y exhaló.
Ella lidiaría con cualquier consecuencia para hacer que su hermana fuera feliz.
"Yo me encargaré de ella, Su Excelencia," dijo James, y tal frase fue lo último que Alice escuchó cuando entró de vuelta al portal.
Las ruinas volvieron a aparecer y ella caminó hasta el cadáver del hombre que le causó tanto daño a su hermana.
Al mirar al hombre, un deseo primitivo de devorar la carne del hombre surgió causado por su mera ira y furia.
Y…
"Su muerte fue fácil, pero dicen que la muerte no es el final."
Una voz vino de los alrededores. Alice no pudo captar del lugar de donde provino, pero no lo necesitaba.
Los pasos se fueron escuchando y las ruinas que se encontraban en los alrededores se fueron volviéndose borrosas y convirtiéndose en una densa neblina gris que empezó a cubrir los alrededores.
Los pasos se hicieron más cercanos y Alice se giró hacia una figura que se acercaba.
Una figura alta, humanoide, pero no humana. La figura tenía dos grandes cuernos y en el rostro cubierto por una neblina se notaba la blancura de una sonrisa que iba de mejilla a mejilla.
Un par de alas apenas eran distinguibles detrás del hombre, pero los ojos rojos brillantes con formas de felino se podían distinguir entre la niebla gris.
Esa figura se acercó y…
"Espero que te haya gustado mi regalo, Alice."
Lo que apareció fue un hombre de cabello negro y ojos rojos. Un hombre con traje negro y una sonrisa galante y respetuosa, pero a la vez divertida.
"No te preocupes. Pasará sus días en el infierno, te lo aseguro," dijo el hombre dando una sonrisa llena de confianza y sonriendo felizmente, añadió, "Espero que nos llevemos bien desde ahora."
Los ojos rojos del hombre eran profundos, pero su felicidad era honesta.
Alice quería que su hermana cumpliera su venganza, pero quería lograrlo en sus términos… Tal deseo llevaba consecuencias.
Todo favor requería un pago y todo pago traería sus consecuencias.
Alice simplemente se giró de vuelta hacia el portal y…
"Necesito un guía turístico, Alice. Soy nuevo en la tierra."
La voz del hombre surgió detrás de ella y los pelos de Alice se pusieron de punta al sentir el tono tan desagradable del hombre. Una voz amigable y cómoda como si ella fuera su amiga de toda la vida.
Lo peor fue…
"Hahaha…"
La risa vino de su espalda y Alice siguió caminando hacia la salida.
Algunas consecuencias eran más pesadas que otras, pero para ella esta era el mejor resultado. Esto era preferible a que Su Majestad interviniera personalmente.
"Háganse cargo del hombre," dijo Alice al salir del portal y al notar que seguían arrodillados, añadió, "y de todo lo que él pida."
Un favor se debía pagar con un favor.
Tengo una buena noticia y una mala. La buena es que estamos a dos capítulos de terminar el volumen, la mala es que siempre guardaba capítulos almacenados, pero ahora tengo un par nada más. ¿Qué significa esto? Que el día que suba no será exacto, pero subiré uno cada semana para mantener la frecuencia.
En fin, espero que disfruten este capítulo. Cuando empecé con esta historia paralela, esto era algo que tenía preparado para escribir y espero que le haya gustado.