Lunes 8 de noviembre.
Este era el día en el cual la expedición del décimo portal abismal estaba por comenzar su misión, siendo los primeros que se moverían.
Edward al pensar en ese tema, mantuvo su mirada en los documentos de su escritorio por varios segundos y luego dirigió su mirada a sus alrededores.
Se podía escuchar el ruido que venía de afuera del gremio y de todos los héroes que trabajaban constantemente para mantener el sistema que había creado.
Ella te está dejando atrás… Ese maldito pensamiento estaba en su mente y no importa cuanto lo intentaba suprimir seguía de forma constante.
Resultaba molesto y era algo que le desagradaba cada vez que aparecía.
Pero había otro pensamiento más fuerte que lo molestaba.
Ella no te considera su amigo…
No era una duda, era un hecho y la razón era simple, él era solo un conocido de esa joven que iba a entrar al portal abismal con su hermana.
Su tiempo en África no fue muy bueno y su reencuentro también fue ligero, así que era imposible que ella lo considerara como un amigo.
Por tal razón no le aviso de que iba a entrar al portal y solo se enteró no porque todo fuera público, sino que él también era miembro de la expedición de un portal y le fue avisado que la expedición del décimo portal se movería.
¿Por qué esos pensamientos lo estaban martirizando?
Edward se tragó la respuesta, para sí mismo y sin querer pensar demasiado, envió un mensaje a su secretaria para que llamara a Rachael.
Tras varios minutos, el golpe de la entrada vino y luego Rachael entró con calma, observando atentamente.
"¿Sucede algo?" Preguntó Rachael con una sonrisa curiosa.
¿Estaba dejando salir sus emociones de forma evidente? A veces le era difícil controlar sus emociones y pensamientos para que no se mostrara en su rostro.
"Sí. Entra necesito que me ayudes en algo." Dijo Edward y cuando Rachael cerró la entrada, activó la barrera y pidió. "¿Puedes ayudarme a preparar una reunión con los altos mandos de la asociación? Me gustaría decidir mi remplazo."
Habían sucedido bastantes cosas, así que sus preocupaciones personales se podían ocultar como problemas laborales y eso fue algo fácil de hacer.
"¿Una reunión? No creo que sea necesaria. No importa quién te reemplace, tú puedes ayudarlo y guiarlo a escondidas." Respondió Rachael con calma y encogiéndose de hombros, añadió. "A nadie le molestará ser un títere."
Ella identificó la razón por la cual quería una reunión.
Resultaba prioritario tratar de decidir el reemplazo para su puesto mientras su castigo estuviera pendiente y si él elegía a alguien cercano, podría controlar a la persona como un títere.
Sin embargo, había un problema.
"Dudo que tenga tiempo para estar pendiente del tema. Así que quiero decidir pronto mi remplazo mientras me encargó de arreglar todos los asuntos." Avisó Edward con calma.
La Empresa Apicius le estaba ayudando a que las aprobaciones del gobierno rumano para su Asociación de Héroes fuera oficial lo más pronto posible.
También lo estaba ayudando a ser intermediarios con los países de la península balcánica cuyos jefes criminales fueron eliminados y solo necesitaba una reunión para definir todo.
Por otra parte, su accionar en contra de la mafia, hizo que los héroes más idealistas y limpios de la región, confiaran en su asociación y los acercara.
Si lograba extenderse esos héroes podrían ser un soporte para el futuro y básicamente se convertirían en su mano de obra, para mantener su asociación eficiente.
Sin embargo, todo estaba atado a elegir su remplazo… Un remplazo que pudiera al menos mantener lo que había creado.
"También invita a Érica. Puede que ella desee trabajar de forma temporal, pero es un miembro de rango S y uno de los pocos a los cuales podemos confiar." Añadió Edward tras pensarlo.
La otra persona que era confiable era Adala, quien era la imagen de su asociación de héroes en Rumania, pero en cuanto a todos los nuevos miembros, no había nadie confiable.
Los héroes venían del extranjero para unirse al gremio, pero muy pocos se convertían en miembros afiliados y aquellos que lo hicieron tomaban diferentes tareas debido a que su lealtad era cuestionable.
"Debo encargarme de hablar con los socios para arreglar el presupuesto." Murmuró Edward al pensar en todos los temas.
Actualmente la financiación ya no venía de solo la Empresa Apicius, sino que de los diferentes negocios con otras empresas que se asentaron en la Ciudad Constanza, no obstante, era necesario encargarse de avisar sobre su remplazo temporal.
"¿Ya te han dado el castigo? ¿Es grave?" Preguntó Rachael con una expresión solemne.
Su castigo todavía no había sido dado de forma oficial, pero extraoficialmente ya estaba decidido.
Iba a entrar al portal abismal de Los Ángeles con su maestro y la razón que se dio fue, que era mejor utilizar sus capacidades de rango S en un lugar más 'necesario'.
Si bien podía rechazarlo, la realidad era que esta era una oportunidad para él, que necesitaba aprovechar.
A todo eso también estaba interesado en los portales abismales y confiaba en su fuerza, para decir que podía obtener un puesto en la expedición.
Por tal razón, él sabía que hoy iba a ser el día en que la expedición del décimo portal entraría, a pesar de que literalmente se mantuvo oculto del público.
"No y sí. Sin embargo, es mejor tener una reunión para comunicarlo abiertamente. Déjame ordenar mis asuntos y luego te daré la fecha, es necesario tener todo preparado para ese momento." Dijo Edward con calma.
Si terminaba el portal abismal y salía victorioso entonces era posible afianzar su posición, pero el problema era que, durante ese tiempo, su reemplazo estaría completamente solo.
Por esa razón era importante la persona que elegirá y la reunión que buscaba era necesaria para definir algunos asuntos sobre la persona que deseaba de remplazo.
¿En cuanto a lo que suceda cuando entrara al portal abismal? Eso era algo que él debía encargarse.
Poniendo su mente a trabajar, Edward solo pensó que debía enviar un mensaje deseándole suerte al dúo de hermanas que estaba por moverse.
******
Un ruido se escuchó desde afuera y César observó a la mujer que le estaba dando una expresión grave.
"Sigues preocupada." Murmuró César al distinguir la expresión de Charlotte.
Había conocido a su compañera hace años y si bien en 'edad' ella era mayor, técnicamente los gorilas atronadores maduraban más rápido.
Su compañera no mostraba su expresión de forma habitual y si bien no llegaba al punto de ser inexpresiva, era muy reservada.
Pero ahora esa mirada seria, no ocultaba su preocupación y César le dio palmadas en la cabeza para tranquilizarla.
"Todo irá bien." Dijo César acariciando el cabello castaño de esa mujer, que le dio una mirada más fría.
"No me trates de esa forma, no soy una niña." Respondió Charlotte, pero a diferencia de sus palabras se dejó acariciar por su gran mano y tras un segundo, murmuró. "Y técnicamente soy tu domadora, debería haber ido contigo."
Ella se estaba preocupado debido a que estaba por entrar al portal abismal y César simplemente dio una sonrisa al escuchar su murmullo.
Las bestias mágicas en la mayoría de las naciones no podían andar por su cuenta y necesitaban un domador, para asegurar su cuidado y su adaptación a la sociedad humana.
Suiza no era tan estricta al igual que Zerzura, pero a diferencia de la segunda, la primera nación era parte de la Unión Europea, que regulaba de forma más estricta todo.
Por tal razón Charlotte era su 'domadora' y como tal en teoría, tendría que acompañarlo al portal, pero la realidad era que no era necesario.
Si bien su compañera era fuerte con su magia de naturaleza, era una teórica centrada en la investigación de la magia de transformación y en la metamorfosis.
"Para mí está bien que te quedes aquí. Los asuntos del bosque no tienen que ver contigo y no tienes obligaciones para actuar." Precisó César con un tono solemne.
"Sin embargo, a ti te importa y como tu compañera, para mí es un asunto importante." Respondió Charlotte, lo suficiente rápido para dejarlo boca abierta.
La forma que decía que era su compañera, hizo que César no pudiera contradecirlo y al final suspiro.
"No peleemos en este día." Murmuró César y viendo que había una fuente de plátanos, le paso uno, y señaló. "Toma, te animará."
El plátano era bastante grande y era debido a que la energía mágica lo había afectado, aumentando su tamaño y el valor nutritivo.
Ese pensamiento tuvo César mientras evitaba pensar en la expresión enojada de su compañera.
No deseaba pelear con su compañera, ya que era una de las pocas personas fuera del bosque mágico, que le importaba y no deseaba entrar al portal, habiendo discutido con ella.
"Solo cuídate… Y no hagas nada arriesgado, ni imprudente, ni tonto y tampoco te hagas el héroe." Especificó Charlotte con calma.
Era esa clase de calma aterradora que daba la impresión de que si se oponía iba a ser regañado y fue por tal razón que César asintió como un niño.
Fue cuando la expresión de su compañera tembló que él se rio con calma.
"Seguiré tus consejos." Respondió César de forma honesta.
Ocultando el hecho de que seguiría a su líder, sin importar la situación… Aunque sinceramente, era parte del 'trabajo'.
Escuchando pasos desde afuera, pudo ver que Rupert trataba de abrir la entrada de su carpa.
Ahora mismo llevaba su cinturón que disminuía su tamaño y la carpa era preparada para bestias mágicas de su tipo, altamente equipada para su comodidad.
Era una de los tantos objetos que fueron llevados y era muy posible que la tecnología que tenía Zerzura resultara ser muy alta.
La razón era que la Empresa Cosmos se había encargado de la mayoría del suministro y como alguien que había estado en la sociedad humana, entendía que ellos estaban avanzados.
"¿Sucede algo?" Preguntó César cuando vio que Rupert entraba.
Era difícil 'tocar' la puerta, así que ese gorila trató de mover la entrada queriendo dar la impresión de que alguien estaba afuera.
"Quería ver si estabas listo." Respondió Rupert al entrar y viendo que estaba con Charlotte, dudó. "¿Estoy molestando?"
"No, puedes entrar. Los dejaré solo." Respondió Charlotte dándole una última mirada antes de retirarse.
Se notaba que estaba preocupada por la situación y la verdad era que los portales abismales causaban ese temor.
Sin embargo, César no estaba preocupado, sino que estaba decidido.
Fue aceptado por Aurora y era la prueba de que ella confiaba en su capacidad, así que era imposible que no estuviera decidido a mostrar su progreso.
Saliendo de la carpa con Rupert a su lado, pudo notar que todo el campamento estaba lleno con bestias mágicas y humanos que caminaban lado a lado preparando los últimos pasos.
Desde los anillos espaciales que en su interior eran capaces de guardar grandes construcciones tecnológicas miniaturizadas hasta la central de mando instalada en este lado, que se utilizaría con la que se instalara en el otro lado.
Ni hablar de la seguridad, los drones que volaban por el área, los milicianos patrullando y vigilando.
Entonces más allá, estaba una enorme barrera gigantesca en forma de domo que cubría todo alrededor del portal y que estaba teñida de oscuridad debido a la neblina de corrupción.
"¿Qué sucede?" Preguntó César a su compañero.
Rupert en vez de responder le hizo una señal a donde estaban varios homotherium hablando con Alba.
Estaban utilizando una barrera para que su conversación no pudiera ser escuchada, pero por como Alba revelaba sus colmillos, dejaba ver que la situación no era buena.
"Al parecer los rumores de que Aurora esperaba la peor posibilidad se han extendido y han llegado hasta el centro del bosque en donde su tribu se queda." Susurró Rupert y en voz baja añadió. "Ahora su gente ha venido preocupada. Ya sabes cómo son los homotherium."
Los homotherium eran felinos que le gustaba vivir en grupo y en comunidad mientras que se llevaban muy bien entre ellos.
Tenían un fuerte sentido de pertenencia y pertenezco que no se extendía entre grupo, sino que a toda su raza y fue por eso que ellos eran considerados muy peligrosos.
No solo eran fuertes, sino que extremadamente cooperativos y lo suficiente aterradores como para que nadie quisiera meterse con uno de ellos.
Era normal que vinieran preocupados por su líder, cuando escuchaban que el portal podría ser más peligroso de lo normal, pero…
"Aurora siempre es así." Murmuró César sin entender el problema y agitando su cabeza, declaró. "Ella siempre se prepara para lo peor."
Para él, Aurora era alguien que le gustaba estar preparada para lo peor o al menos tener en cuenta la posibilidad y todo era para que cuando sucediera, no lo tomara por sorpresa.
La peor posibilidad en este caso era que toda la expedición fallara o muriera y que el portal se desbordara trayendo el peligro que estaba al otro lado.
O incluso que generara un desgarro que llevara a una gran grieta en la barrera dimensional.
Sin embargo, que pensara en esa posibilidad no significaba que la aceptaría y más cuando ella estaba al mando.
"¡Lo sé!" Exclamó Rupert como si alguien por fin lo entendiera y bajando su voz, añadió. "Pero ellos no la conocen lo suficiente, así que es normal que se hayan tomado todo con tanta seriedad."
César asintió en comprensión.
La gente que no conocía a Aurora pensaría que al protegerse ante la peor posibilidad era apocalíptica, pero alguien que la conocía bien, entendería que era parte de su actuar.
Ella necesitaba prepararse para lo peor para de esa forma al entrar no tuviera que tener que preocuparse por el exterior y solo tendría que cargar hacia adelante con su convicción en alto.
De cierta forma, era similar a la razón por la cual él no deseaba discutir con su compañera al entrar.
"¿Crees que causen problemas?" Preguntó César con curiosidad.
Alba soltó varios gruñidos que logró que los felinos que la estaban rodeando bajaran sus orejas y colas mientras se sentaban, como si estuvieran siendo regañados.
"Lo dudo. Ellos son obedientes y no es como si pudieran hacer mucho." Murmuró Rupert encogiéndose de hombros y dándole un codazo, cuestionó. "¿Crees que la Reina del Bosque venga?"
Alba tras terminar de regañar a algunos miembros de su gente, rompió la barrera y volvió a caminar con calma mientras se retiraba.
César simplemente desvió la mirada cuando notó que ellos estaban observando y sonrió como si nada pasara.
"¿Tal vez?" Dudó César en respuesta y al ver que Alba se retiraba, añadió. "Sinceramente no lo sé. Dicen que ella no sale mucho. Al menos yo de hace tiempo que no la veo."
La Reina del Bosque era una bestia de rango SSS y verla no era tan difícil, cuando esas bestias tenían cuerpos gigantescos y ni hablar de su presencia.
Algunos rumores en la tribu decían que le gustaba estudiar magia humana y pasaba su tiempo aprendiendo, pero era difícil precisar la verdad.
Al final no importaba.
"Es mejor que nos vayamos preparando. Pronto partiremos." Declaró César con calma.
Lo que ahora importaba era estar listo para entrar al portal abismal.
******
Terminando de rezar, la Cardenal Najjar se levantó y salió de la pequeña habitación, para llegar a la sala de mando.
"Ya he realizado el ritual para mi señor." Informó la Cardenal Brousseau a la persona que lideraba esta expedición.
En esta sala de mando estaban todos los miembros de la expedición y quien lideraba esta vez era Aurora, que estaba llevando su armadura de combate.
Como este lugar era grande también estaba César, Rupert y Alba, cada uno escuchando con calma.
Los dos primeros eran bestias mágicas de la tribu de los gorilas, pero según lo que había leído, estuvieron cerca de Aurora y Alice durante un tiempo.
Eran personas de confiar y cuyas habilidades tenía la confianza de esa jovencita que dirigía.
Luego viendo en silencio, se encontraba el salvador de los Goblins, Zrag quien estaba llevando un equipo de batalla de cuero y su gran espada a su espalda.
Luego estaba la Sumo Sacerdotisa Xaali, que llevaba su túnica de sacerdote altamente encantada y Abdellah equipado con su túnica de mago.
Al final estaba Melgar, pero disfrazado como Jasar el Pálido, que se había integrado oficialmente a Zerzura.
La segunda identidad para un demonio, que prácticamente era rechazado en gran parte del mundo era necesario y más si deseaba cierta libertad.
Ahora estaba participando en esta misión, aceptando el llamado de Aurora para entrar al portal.
"El voto grupal será realizado con su aceptación." Añadió la Cardenal Najjar.
Pudo sentir la mirada de Alice llena de desconfianza a la voluntad de su señor, y claramente recordaba lo que sucedió durante el último portal.
Sin embargo, esta vez cuando todos asintieron de acuerdo, el espacio se distorsionó alrededor de todos demostrando que estaba atento.
Un voto tradicional que solo era mera formalidad y eso era porque cada uno de ellos se conocían y fueron elegidos totalmente por su líder.
"Gracias por su esfuerzo." Dijo Aurora y mirando al grupo, recordó. "Tenemos ventaja en el frente de 'deidades', sin embargo, debe ser nuestro último recurso."
No debían depender de un 'Dios' para moverse, porque de esa forma si en algún momento la ayuda se detenía, estarían en problemas.
La Cardenal Najjar asintió.
Quizás no compartía su modo de pensar, pero tampoco le agradaría molestar a su Dios por pequeñeces.
"Todos han leído lo que puede ocurrir. Si tenemos buena suerte, tal vez aparezcamos cerca, si tenemos mala suerte estaremos lejos y si las cosas van mal, apareceremos en diferente momento." Dijo Aurora y mirando a los presentes, anunció. "Recuerden. Su propia seguridad es lo principal."
En el primer portal abismal, algunos de los miembros aparecieron con cierto retraso el uno del otro y en cuanto a la lejanía, también era una posibilidad.
Sin embargo, tenían miembros de magia espacial y eso significaba que siempre podrían reunirse cuando encontraran su posición.
Agregando a eso, la tecnología de la Empresa Cosmos, entonces podrían solucionar algunos temas con rapidez.
Que estuviera presente Minerva, que era la inteligencia artificial que se encargó de la mayoría de los asuntos tecnológicos en el séptimo portal abismal, daba una gran confianza.
"Si están listos, podemos partir." Añadió Aurora con claridad.
No había mucho que decir en este momento.
A pesar de que tuvieron poco tiempo para conocerse entre ellos, la mayoría de ellos se conocían de alguna u otra manera y, sobre todo, había confianza entre ellos.
Cada uno sabía que era lo que debía hacer, así que tampoco era necesario repetir lo básico y como también se planeó para diferentes situaciones, solo quedaba moverse.
"Me gusta que todo sea directo." Gruñó César con una sonrisa feroz.
"Esperaba un discurso motivacional, pero esto concuerda con nuestra 'jefa'." Intervino Melgar, sonriendo de forma entretenida.
Rupert e incluso Alice asintieron ante esas palabras mientras todos los demás salían de la carpa.
Al salir, la Cardenal Najjar notó a todos los altos mandos esperando afuera y entre el grupo, pudo distinguir a la Cardenal Brousseau que se acercó con James y el General McLean.
Ese hombre no fue puesto en la lista de miembros, debido a que era necesario que Zerzura tuviera una protección propia, que no estuviera dentro de la iglesia.
Quedándose en el fondo del grupo, la Cardenal Najjar observó cómo cada uno daba algunas últimas palabras.
César y Rupert a sus respectivos 'compañeros' que hoy estaban presente, Alba hablando con la leona alada Lapis, dejando algunas órdenes con una seriedad absoluta y Aurora intercambiando palabras con la Cardenal Brousseau y el General McLean.
Las conversaciones importantes ya se habían realizado, así que, tras menos de un par de minutos, el grupo empezó a caminar y quien dirigió el camino fue Aurora junto Alba, que iban a la cabecera.
El campamento estaba alrededor de una gran muralla que extendía una poderosa barrera como un domo, cubriendo el portal y sus alrededores.
Doscientos metros en todas direcciones del portal estaba asegurado con la gran muralla y la barrera.
Torretas estaban instaladas en las torres de la muralla y su grupo, se dirigió a una entrada que tenía una gran puerta.
Una vez que las autoridades abrieron la puerta, la niebla fue alejada para permitir que su grupo pasara.
La Cardenal Najjar que estaba al final, frunció el ceño al ver la niebla y agitando su mano, abrió un camino creando un espacio hacia el portal.
A su espalda, pudo sentir que tanto las bestias mágicas como el ejército de Zerzura y sus autoridades observaban desde las murallas.
Aurora sin mirar hacia atrás, lideró el camino.
"Esto es muy solemne para mí." Murmuró Rupert y tras recibir un codazo de César, gruñó. "¿Qué?"
"Al menos no estamos siendo trasmitidos por las noticias." Dijo Alice y cuando todos dieron le dieron una mirada, pudieron darse cuenta de que ella estaba acabando su paquete de papitas de forma rápida antes de entrar.
Parecía tener hambre, pero a la vez era una buena manera de disminuir la tensión que se estaba extendiendo.
"Técnicamente deben estar grabando para guardarlo en los informes." Intervino Aurora y cuando Alice se detuvo de comer, simplemente se encogió de hombros.
Logrando que algunos dieran una sonrisa.
La niebla oscura que golpeaba el espacio era intimidante y si se combinaba con el sentimiento que venía del portal, el miedo instintivo era alto.
Todos tenían cierta experiencia, pero estar tenso era normal.
Tras acercarse, el gran portal quedo a la vista y ese gran portal dejo en claro que era más grande que todos los demás.
Seis metros de alto y cuatro metros de ancho con una tonalidad negra que daba la impresión de que tragaría a cualquiera que se acercara.
"Nos vemos en el otro lado." Dijo Alba y al ver que asentían, se adentró al portal logrando ser tragada por completo.
Los siguientes fueron Abdellah con la Sumo Sacerdotisa Xaali y seguidos de Rupert y César, tan solo para que Zrag y Melgar entraran con expresión simples.
Literalmente dos razas que no eran de este mundo estaban entrando en los portales abismales… Si incluían a las bestias mágicas, entonces significaba que esta expedición demostraba que muchos deseaban proteger este mundo.
Justo cuando tuvo ese pensamiento, pudo ver que la sombra de Alice se movió a su hermana, pero cuando estuvo por asimilarse, chocó con la sombra de esa jovencita.
Aurora sin darse cuenta entró al portal y Alice al recuperar su sombra, dio un suspiro y se giró.
"Alguien acaba de ocupar tu lugar." Dijo Alice y sin esperar respuesta, saltó al portal abismal, desapareciendo por completo.
La Cardenal Najjar parpadeó aturdida ante esas palabras, pero no necesitó acercarse para darse cuenta de lo que sucedía.
El portal abismal comenzó a sellarse, de igual forma que como cuando todos los miembros de la expedición entraban.
Este portal tenía capacidad para diez miembros y técnicamente ella era la última.
Alba, Alice, Aurora, Melgar, la Sumo Sacerdotisa Xaali, Abdellah, César, Rupert y Zrag eran nueve de los miembros y ella la décima.
Justo cuando su expresión se estaba volviendo seria, una imagen vino a su mente de forma repentina.
Era de una sombra entrando a la barrera al mismo tiempo que ellas y asimilándose a la sombra de Aurora cuando nadie la vio.
En lo profundo de esa sombra se ocultaba un pequeño felino.
Ella era… Deteniendo su pensamiento, la Cardenal Najjar se dio vuelta y tras dar un paso, sus alrededores cambiaron y apareció en medio de la muralla.
"¿Qué sucedió?" Preguntó el General McLean con una expresión grave.
La Cardenal Najjar cambió su mirada a los presentes y se detuvo en la Leona Alada Lapis, que estaba inclinando la cabeza sin entender.
"¿En dónde está la Reina del Bosque?" Preguntó la Cardenal Najjar con seriedad.
"Ella está en el gran árbol." Respondió Lapis y cuando vio que su expresión era seria, esa leona empezó a tensarse como si pensara en una posibilidad y tras un momento, murmuró. "Su Majestad aceptó que Alba se encargaría del portal…"
Al escuchar ese murmullo, la Cardenal Najjar empezó a distorsionar el espacio alrededor de ella y de Lapis mientras que las expresiones de todos cambiaban.
Aurora fue algo apocalíptica y lo fue frente a Alba, pero también de Lapis, que era leal a la gobernante del bosque.
Llevando consigo también a la Cardenal Brousseau y a los otros altos mandos de la ciudad, el espacio se distorsionó cuando un viaje espacial comenzó.
Tras varios segundos llegaron a la entrada del gran árbol en el centro del bosque y ella se dirigió hacia la entrada, en donde estaba la gran roca que normalmente servía de trono.
Lapis también entró observando por todas partes mientras sus orejas se agitaban y entonces todos centraron su mirada en la gran roca que estaba en trono.
"Le dije a Alba que Amnestria no se iba a quedar quieta. Esto no tiene nada que ver con el portal, se refiere a una humana que le importa."
Una voz gruñona y grave vino desde esa gran roca al final de este lugar.
Esas palabras fueron toda la información que necesitaba.
Nunca hubo problemas de cooperación y parecía que estaba todo en orden, sin embargo, quien lideraba a sus aliados ya había tomado una decisión.
Era imposible saber cuándo, pero había decidido que hacer y solo estaba esperando el momento… Este momento.
"Todo sería más fácil si nos hubiera hablado…" Murmuró la Cardenal Brousseau con una voz cansada.
Se dio cuenta de lo que estaba sucediendo y quien había tomado su lugar.
"Ni la joven que lidera la expedición la hubiera dejado ir y ni Alba lo hubiera permitido." Declaró la voz que venía de la roca y mientras el suelo temblaba, anunció. "Ella hizo lo que creía correcto."
Esas palabras de la gran roca demostraron que ese poderoso goliathus que se hacía pasar por un trono, conocía mejor que nadie a quien dejaba que se sentara arriba de él.
Por la mirada de Lapis, que estaba sorprendida y preocupada, era muy posible que Alba hubiera estado igual de preocupada por la bestia que seguía.
El único alivio para la Cardenal Najjar, era que alguien más fuerte que ella ocupó su lugar.
******
"La expedición del décimo portal ha entrado."
El profeta que estaba en una habitación en la sede de la Iglesia del Orden en Estados Unidos, escuchó el informe por medio de lo que los humanos llamaban reloj holográfico.
La expedición del décimo portal que estaba liderado por la persona que estuvo presente en dos de sus visiones acababa de entrar al décimo portal abismal.
Siguiendo la profecía que había tenido y si bien los humanos lograron descifrar bastantes partes de esa profecía, el profeta seguía molesto por su error en la primera profecía.
Sin embargo, ahora tenía otro problema.
"¿Preguntas por algo en particular o has tenido otra visión?" Preguntó la voz en su reloj holográfico.
Según lo que había escuchado, era una secretaria, que lo atendía a él y se encargaba de ayudarlo en todas sus necesidades y responder todas sus dudas.
Esa pregunta lo hizo dudar demasiado, pero tras pensarlo, al final simplemente activó su reloj holográfico.
"No… No ha sucedido nada." Respondió el profeta con calma.
Estaba mintiendo.
Hace cinco minutos tuvo una visión y por esa razón había preguntado.
En esta visión estaba la misma persona que vio en sus dos otras visiones y ella era la única que permanecía totalmente reconocible en esta visión.
Rodeada de oscuridad, esa persona entró al noveno portal abismal que apareció en lo que los humanos llamaban, Republica Checa y esa jovencita entró al lugar para enfrentar lo que había dentro.
"¿Cómo es posible?" Dudó el profeta tras apagar su reloj holográfico.
¿Cómo era posible que la misma persona apareciera en otra profecía cuando había entrado a otro portal?
El problema era que esta visión no era de un futuro lejano y eso significaba que era muy posible que la humana no pudiera salir del décimo portal para volver a entrar a este... Y eso no tenía sentido.
¿Cómo se podía profetizar sobre alguien que ni siquiera estaba en este mundo? ¿Y por qué cada visión era realista como si inevitablemente debía suceder?
Tales visiones que siempre fueron acertadas, ahora no tenían sentido para él y al final, solo ocultó todas sus dudas y se mantuvo en silencio.
Después de todo, a quienes le debía informar primero no era a las iglesias.
Creo que es obvio, pero lo diré. Estamos por entrar en el último ‘arco’ del volumen. Y por ende, cada vez más cerca del final del volumen. Al menos en la historia principal, la historia paralela se demorará un poco más. Les aviso por si desean guardar capítulos y almacenarlos, para que puedan leer todo sin tener que esperar.
Dicho eso, no se olviden unirse al discord: discord.com/invite/WG8FX75