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Diecinueve. “Minivacaciones”

Edward se estaciono despacio, y a bastante distancia detrás del auto de mi padre. Los tres estaban sumamente alertas. El motor se apagó y me quede sentada, inmóvil, mientras ellos escuchaban alertas.

—No está aquí. —dijo Edward muy tenso. —Vamos. —

Me quité el armes.

Cuando baje del Jeep, Alice ya estaba mi lado.

—Emmett. —dijo Edward con autoridad.

Los dos desaparecieron en la oscuridad.

Alice me acompaño hasta la puerta rápidamente sin dejar de estar alerta en su alrededor.

—Ve a mi cuarto a hacer la maleta, en lo que yo hablo con mi madre, cuando termines bajas, te presento y nos vamos. —le dije a Alice.

Asintió.

Abrí la puerta, entramos y ella rápidamente fue a mi cuarto.

—¡Omma! —dije.

—"En la sala." —escuche.

Rápidamente fui hacia donde me indico. Estaba ella viendo la televisión,

—"¿Cómo te fue?" —

—"Eh…Bien." —mentí. —"¿Y mi Appa?" —

—"Durmiendo." —

—"Bien." —susurre para mí misma. —"Oye Omma, Alice, la hermana de Edward me invito a Nueva York a unas minivacaciones. ¿Me dejarías ir por favor?" —dije haciendo cara de perrito.

—"Pero tienes escuela. ¿Cuándo y cuánto tiempo te irías?" —

—"Nos iríamos hoy. Alice está haciendo mi maleta en este momento, y sería más o menos una semana, con la escuela no hay problema voy adelantada y puedo llamar para avisar. Por favor puedo ir" — rogué.

En ese momento llego Alice con mi maleta.

—Omma ella es Alice la hermana de Edward. —las presente.

—Mucho gusto señora Yorkie. —dijo Alice.

—El gusto es mío, llámame Sun. —

—Entonces Omma, ¿Me dejaras ir por favor? —dije moviendo mi pierna con nerviosismo ya llevaba doce minutos de los quince.

—Si, pero quiero que te cuides, ¿Ocupas dinero? ¿Llevas la llave del departamento? —

—No ocupo dinero, y llevo las llaves en mi cartera. —dije señalando mi bolso, donde llevaba de todo hasta mi pasaporte por si lo ocupaba. —Bueno nosotras ya nos vamos, me despides de Appa y Erick. Adiós. —le di un beso en el cachete.

—Adiós cariño, adiós Alice. Se cuidan. —

—Adiós, Sun, —dijo Alice.

—Me llamas cuando llegues. —fue lo último que escuche decir a mi madre.

Corrimos al Jeep y subimos. Alice encendió el motor y arranco. A mitad del camino hacia la casa de los Cullen alguien toco la ventanilla del copiloto. Di un salto de la impresión, era Edward. Quite el seguro de la puerta. Edward abrió la puerta del copiloto donde estaba, me sujeto de la cintura y me puso en su regazo, quedando el en asiento. Cerró la puerta.

—¿Y el rastreador? —pregunté mientras me abrazaba a su cuello.

—Escucho el final de la conversación. —contestó Edward.

—¿Y mi familia? —

—El rastreador nos ha seguido. Ahora está corriendo detrás de nosotros. —

Me paralice.

Estaba mirando por la ventanilla, cuando el Jeep sufrió una sacudida y una sombra apareció en la ventana.

Di un chillido de la impresión.

—Es Emmett. —Edward susurró en mi oído mientras me abrazaba más a él. —Todo saldrá bien. —

—No saldrá bien estando separados. —susurre.

—Nos reuniremos en unos días. Y no olvides que fue tu idea. —

—Era la mejor idea, obvio que iba a ser mía. —

Me respondió con una sonrisa triste.

—¿Por qué ha ocurrido esto? ¿Por qué a mí? —

—Es culpa mía. Fui un imbécil al exponerte a algo así. —dijo con rabia contra sí mismo.

—No me refería a eso. Yo estaba allí, pero eso no perturbo a los otros dos. ¿Por qué el tal James a decidido matarme a mí? —

—Inspeccione su mente a fondo en ese momento. Una vez que te vio, dudo que yo hubiera podido hacer algo para evitar esto. Esa es tu parte de culpa. No se abría alterado si no olieras de esa manera tan deliciosa. Pero cuando te defendí… bueno, eso lo empeoro bastante, no está acostumbrado a no obtener lo que quiere. James se considera a sí mismo un cazador. Su existencia se reduce al rastreo y lo único que le pide a la vida es un reto. Y luego nos presentamos nosotros un grupo grande con grandes luchadores con un trofeo, que estamos dispuestos a defender. No te imaginas su entusiasmo. Es su juego favorito y lo convertimos en algo más divertido para él. —

El tono de su voz estaba lleno de disgusto.

—Sin embargo, te habría matado en ese momento, si yo no hubiera estado ahí. —

—{Solo queda una alternativa para parar a James, y no creo que a Carlisle le agrade mucho.} —pensé.

—¿Cómo se mata a un vampiro? —pregunté.

—La única manera segura de matar a un vampiro es cortarlo en pedazos, y luego quemarlos. —

—¿Los otros dos van a luchar junto a él? —

—La mujer si, aunque no estoy seguro de Laurent. El vínculo entre ellos dos no es muy fuerte, y además James lo avergonzó en el prado. —

—¿Todavía nos sigue? —

—Si, aunque no va a saltar a la casa. No esta noche. —

Alice dio la vuelta en un camino invisible. Condujo directamente hacia la casa. Las luces del interior estaban encendidas, pero de todos modos no servían ante la oscuridad del exterior. Emmett abrió la puerta del copiloto donde estábamos. Edward me saco cargando, corrió hasta cruzar la enorme puerta de entrada, llevándome con él.

Interrumpimos en la gran habitación blanca del primer piso, con Emmett y Alice flanqueándonos. Todos se hallaban allí y se levantaron al oírnos llegar. Laurent estaba en el centro. Escuche los gruñidos retumbar en lo profundo de la garganta de Emmett. Edward me soltó a su lado.

—Nos está rastreando. —dijo Edward, mirando ceñudo a Laurent.

El rostro de él no parecía satisfecho.

—Me temo que sí. —

Alice se deslizo junto a Jasper y le susurró al oído a gran velocidad. Subieron juntos las escaleras. Rosalie los observo y se acercó rápidamente a lado de Emmett sus ojos brillaron con intensidad.

—¿Qué crees que va a ser? —le preguntó Carlisle a Laurent.

—Lo siento. Ya me temía, cuando su chico la defendió, que se desencadenaría esta situación. —

—¿Puedes detenerlo? —

Laurent sacudió la cabeza.

—Una vez que comienza nada puede detenerlo. —

—Nosotros lo detendremos. —prometió Emmett.

—No podrán. Nunca había visto algo igual en los últimos trecientos años. Es sumamente letal, por eso me uní a su grupo. —

Lauren sacudió la cabeza. Me miro confuso y volvió a preguntar:

—¿Seguros de que merece la pena? —

El rugido de Edward lleno la habitación y Laurent se encogió. Carlisle lo miro severo.

—Me temo que tendrás que escoger. —

Laurent lo medito un momento, pasando su mirada en el rostro de cada uno.

—Me intriga la vida que has construido, pero no quiero quedar atrapado aquí, no quiero se enemigo de ninguno de ustedes pero tampoco quiero actuar en contra de James. Me iré al norte con el otro clan en Delani. No subestimen a James. Tiene una mente brillante y unos sentidos muy desarrollados. Se siente tan a gusto como ustedes en el mundo de los humanos y no los atacara de frente… lamento lo que se ha desencadenado. Lo siento de veras. —inclinó la cabeza, y me lanzo una mirada incrédula.

—Ve en paz. —le dijo formalmente Carlisle.

Laurent echo otra larga mirada alrededor y entonces se apresuró hacia la puerta.

—¿A qué distancia se encuentra? —preguntó a Carlisle a Edward.

Esme fue hacia la pared, toco un interruptor invisible, y entonces unas placas de metal bajaron cubriendo todas las ventanas.

—{Wow.} —pensé

—Está a unos cinco kilómetros pasando el rio, dando vueltas por los alrededores para reunirse con la mujer. —

—¿Cuál es el plan? —

—Los alejamos de aquí para que Jasper y Alice, se la puedan llevar. —

—¿Y luego? —

El tono de Edward era mortífero.

—Lo cazamos en cuanto Elina este fuera de aquí. —

—Supongo que no hay otra opción. —dijo Carlisle soltando un suspiro sombrío.

Edward se volvió hacia Rosalie.

—Llévala arriba e intercambien su ropa. —le ordeno, ella lo volvió a ver seria y levantando una ceja.

Se quedaron viendo unos segundos.

—Por favor. —dijo entre dientes Edward.

Rosalie estuvo a mi lado rápidamente, me alzo en brazos sin ningún esfuerzo. Se lanzo escaleras arriba.

—¿Qué vamos a hacer? —le pregunté cuando me dejo en una habitación oscura en el segundo piso.

—Intentaremos confundir el olor. —dijo con voz seria. Pude oír como caía la ropa al suelo. —No durara mucho, pero ayudara a que puedas huir. —

Me empecé a quitar la ropa para intercambiarla lo más rápido que pude.

—Lamento que esto tuviera que pasar. Ya sé que no te caigo bien y con esta situación solo estoy haciendo que me odies más. —dije totalmente sincera mientras me ponía la ropa que ella me iba dando.

—No te odio. —murmuró seria. —Y sé que no fue tu culpa estar en esta situación. Solo es que… dame tiempo, sé que no vamos a ser las mejores amigas pero podemos llevarnos con cordialidad. —

—Es todo lo que quiero, no quiero que sufran por cosas que pasen por mi culpa. —dije terminando de ponerme su ropa.

Mis ojos ya se habían acostumbrado a la oscuridad, y pude ver como asentía.

Rosalie ya tenía mi ropa puesta y me llevo hacia las escaleras donde Alice aguardaba con un pequeño bolso de piel en la mano. Me tomaron cada una de un codo y me llevaron escaleras abajo.

Parecía como si todo se hubiera resuelto en nuestra ausencia. Edward y Emmett estaban preparados para irse, este último llevaba una mochila con aspecto pesado en el hombro. Carlisle le dio un pequeño objeto a Esme y luego le dio uno igual a Alice, era un pequeño celular plateado.

—Esme y Rosalie se llevan el Volvo, ellos creerán que Elina va en el auto, ya que hay más olor de ella ahí que en los otros carros. —explicó Carlisle.

Ellas asintieron.

—Alice, Jasper, llévense el mercedes. Van a necesitar las ventanas con cristal ahumado. —

Ellos asintieron también.

—Nosotros nos llevaremos el Jeep. —

Se estaban reuniendo para cazar.

—Alice, ¿Morderá el anzuelo? —preguntó Carlisle.

Todos miramos a Alice, que cerró los ojos y permaneció inmóvil. Finalmente, los abrió y dijo segura:

—Él te perseguirá, y la mujer seguirá el olor de Elina que sale del Volvo. Debemos salir justo detrás. —

—Vamos. —ordeno Carlisle y empezó a caminar hacia la cocina.

Edward se acercó a mi rápidamente. Me envolvió en un abrazo, apretándome conta el, no le importo que su familia lo observara cuando me cargo para que mi rostro estuviera a la misma altura que el suyo. Nos dimos un último beso, en donde expresábamos todo nuestro cariño, me dejo en el suelo y pego su frente con la mía.

—Cuídate, por favor. —le susurre.

—Cuídate tú también. —dijo igual en un susurro. —Eres mi vida ahora. Te amo, Elina—

—Te amo. —le dije mirando sus dorados ojos.

Me dio un último beso y dio la vuelta. Entonces se fueron.

Los demás nos quedamos allí de pie.

El silencio no parecía acabar nunca hasta que el teléfono de Esme vibro en su mano, lo puso en su oreja con rapidez.

—Ahora. —dijo.

Rosalie camino hacia la puerta frontal, no sin antes mirarme seria y darme un asentimiento con la cabeza. Esme me acarició la mejilla al pasar por mi lado.

—Cuídate. —susurro Esme.

Oí el arranque del Volvo y luego como el ruido se desvanecía en la noche.

Jasper y Alice esperaron. Alice pareció ponerse el teléfono en el oído antes de que sonara.

—Edward dice que la mujer está siguiendo a Esme. Voy por el coche. —dijo Alice.

Se desvaneció en las sombras por el mismo lugar por el que se había ido Edward. Jasper y yo nos miramos el uno al otro. Camino a mi lado a lo largo de todo el vestíbulo. Vigilante.

De un momento a otro apareció Alice por la puerta frontal y me tendió los brazos.

—¿Puedo? —preguntó.

—Eres la primera que me pide permiso. —le dije.

Me tomo en sus brazos con la misma facilidad que Emmett, protegiéndome con su cuerpo, y entonces salimos de la casa, cuyas luces seguían encendidas a nuestras espaldas.