webnovel

Cuatro. El despertar.

Septiembre.

Octubre.

Noviembre.

Diciembre.

Enero.

El tiempo paso con tanta rapidez que no fui consiente de eso.

¿Cómo me sentía con la ruptura? Bueno al principio, me sentía totalmente rota, lloré durante una semana hasta que decidí que ya no más, me fui recuperando poco a poco. Para a mediados de septiembre ya no parecía un muerto viviente.

Decidí mantener mi mente lo más ocupada posible, en octubre me inscribí en una academia de baile, todavía tenía el trabajo en la tienda de los Newton, e iba a la escuela así que mi agenda estaba parcialmente llena, pero había ocasiones donde en mi mente brotaba el nombre de Edward haciendo que me doliera el pecho y me pusiera triste.

No había escuchado nada relacionado con los Cullen, y eso hacía que mi mente no viajara hacia ellos. Me dolía que ninguno se había despedido de mí, Alice a la que consideraba mi mejor amiga no se despidió por ningún medio de mí, ni un mensaje, ni una llamada nada, solo se…esfumo.

—Cariño, ¿Cómo te sientes? —dijo mi madre mientras desayunábamos en familia, haciendo que mi padre y Eric me voltearan a ver.

Ya me había cansado de esa pregunta.

Suspire.

—Omma, me siento bien, sé que al principio no lo mostraba pero las clases de baile hicieron que de alguna forma me fuera recuperando. —dije con una sonrisa.

—Si ya sé, pero con tu Appa estuvimos pensando…—se detuvo.

—¿Qué cosa? —preguntó Eric.

—Que nos regresemos a Nueva York. —termino mi padre.

—<¡¿Qué?!> —gritamos al unisonó Eric y yo.

—<¡Eso es totalmente absurdo!> —dijo Eric.

—Estoy de acuerdo con él, ya estamos a punto de terminar la escuela y de irnos a la universidad, no le encuentro la lógica en mudarnos. —

—Elina, lo hacemos por ti. —dijo mi madre.

—¿Por mí? —

—Si, por ti, sabemos que te miras bien por fuera, pero por dentro... —dijo mi madre.

—Por dentro estoy bien. —le dije con una sonrisa. —Pero si tanto quieren irse, esperen al menos que terminemos la escuela, porque como dije luego nos iremos a la universidad. —

Me miraron un rato, asintieron y seguimos desayunando.

—<Bueno, yo me voy.> —dije parándome para subir las escaleras, lavarme los dientes y agarrar mi bolso.

Cuando bajé, me despedí de mis padres, salí hacia mi auto y conduje hacia la escuela.

Cuando llegué a la escuela era demasiado temprano, solo había un par de autos entre los cuales pude identificar el feo pick up de Isabella.

Aproveche que había llegado temprano para terminar la tarea de literatura. Estábamos leyendo Rebelión en la granja, un tema muy fácil.

El tiempo paso rápido hasta que llegó la hora de entrar a la clase. El timbre sonó y empecé a guardar las cosas en mi boldo.

—¿Elina? —

Reconocí la voz de Mike.

—¿Trabajas mañana? —

Levante la mirada. Se había inclinado sobre el pasillo que separaba los pupitres con expresión ansiosa.

—Es sábado, así que sí. —le conteste.

Asintió.

—Te veré en Español, entonces. —

Se despidió con un gesto de mano que devolví.

Camine hacia la clase de Matemáticas, era la clase en la que Jessica se sentaba a mi lado.

Cuando llegué la clase todavía no comenzaba, me senté a un lado de Jess y empezamos a hablar de cosas sin sentido, hasta que el señor Vaner entro por la puerta y callo a todos para poder empezar la clase, pero la entrada de una chica pálida, más pálida de lo normal, totalmente apagada y triste, lo interrumpió.

El profesor la miro con mala cara y la hizo sentarse, camino con pesar hacia su lugar que estaba enfrente del de Jessica y mío, Isabella se miraba totalmente destruida, tenía ojeras negras, los labios secos y partidos, y el pelo mal cuidado.

Cuando la clase termino, me levante de mi asiento y voltee hacia Jess para poder salir juntas, cuando una voz la llamo.

—¿Jess? —era Isabella

Me sorprendió que le hablara de nuevo, ya que en los últimos meses no había socializado para nada, cuando alguien la saludaba solo pasaba de la persona totalmente triste. Nadie sabía que era lo que le pasaba.

Nos giramos para verla con incredulidad.

—¿Me hablas a mí? —preguntó Jess.

—Claro. —contestó Isabella.

—¿Qué pasa? ¿Necesitas ayuda en mate? —preguntó de forma amarga.

—No. —negó con la cabeza. —En realidad quería saber si te gustaría ir a ver una película conmigo esta noche…Ya sabes una salida solo de chicas. —

—Jess me voy adelantando, necesito algo de mi casillero. —le dije inventando una excusa.

No quería escuchar todo lo que Isabella le diría de todos modos se notaba que me está excluyendo de la plática.

—Está bien, ahorita te alcanzo. —contestó.

Asentí y caminé hacia mi casillero.

Cuando llegue a él solo pasaron unos minutos para que llegara Jess y me contara todo lo que le había dicho a Isabella, y lo que me faltaba era que me metiera también en los planes del cine, solo dije que iría por Jess.

El día paso rápidamente y cuando menos lo pensaba ya estaba en mi habitación, deje mi bolso y fui a mi closet para tomar otro más pequeño y meter ahí mi monedero, cuando abrí el closet pude ver los regalos que me habían dado los Cullen en mi cumpleaños pasado, estaban en la esquina dentro de una bolsa transparente de plástico, lo mire por un rato para después cerrar el closet y bajar las escaleras para esperar a que Jess pasara por mí.

Cuando sonó el claxon del auto de Jess, salí corriendo, para abrir la puerta del copiloto y entrar.

—¿Vamos a pasar por Isabella o ella nos vera allá? —pregunté.

—Tenemos que pasar por ella. —contestó.

—¿Cómo pudiste meterme en esto? Sabes que no le caigo bien, y ella no es mi persona favorita. —le dije irritada.

—Hazme este favor, no quería estar sola con ella, ya viste como se está comportando últimamente, parece un zombie. —

—Me debes una. —le dije apuntándole un el dedo índice.

Cuando llegamos a la casa de Isabella, Jess toco el claxon para que saliera rápido.

Isabella salió con una gran sonrisa, que flaqueo cuando me vio en el asiento del copiloto.

—¿No le dijiste que venía? —le susurre a Jess.

—No, lo siento. —dijo de igual manera susurrando y me dio una sonrisa de disculpa.

Cuando Isabella entro en la parte de atrás del auto dijo:

—Gracias por acompañarme esta noche, aunque no sabía que también venias Elina. —dijo con voz agradecida hacia Jess, pero irritada cuando dijo mi nombre.

—{Lo haces por Jess, lo haces por Jess, es tu amiga.} —pensé para mí misma.

—Si, yo la invite. —dijo Jess, hizo una pausa para después preguntar. —Bella, ¿De qué se trata todo esto? —

—¿A qué te refieres? —preguntó ella.

—Sabes a lo que se refiere no te hagas la tonta. —dije ya exasperada de que evadiera el tema. —¿Por qué tan repentinamente quieres socializar? —

Me miro enojada.

—Si, ¿Por qué tan de repente? —intervino Jessica.

—Necesitaba un cambio. —dijo desinteresada haciendo un silencio incómodo.

—Hey, Isabella. Haz visto últimamente a Jacob. —dije para quitar el silencio incómodo.

—Si, algunas veces. —dijo y volvió a guardar silencio

Volteé a ver a Jess y rodé los ojos.

Habíamos llegado temprano al cine, y con Jess decidimos que aprovecháramos la tarde viendo primero la película y yéndonos a cenar luego.

Cuando entramos a la sala Jessica y yo estábamos hablando en lo que los tráilers terminaban y nos callamos cuando la película empezó. Dos jóvenes caminaban por una playa tomados de la mano mientras hablaban de sus sentimientos mutuos.

—Creí que habíamos escogido la película de zombis. —nos susurró Isabella.

—Esta es la película de zombis. —le contesto Jess.

—¿Y porque no se comen a nadie? —preguntó.

—¡Ya cállate que estamos en un cine! —le grite en un susurro.

Se levanto y le dijo a Jess:

—Voy por palomitas. ¿Quieres? —

—No, gracias. —contesto.

Y salió de la sala.

La película continuo, la verdad no era la gran cosa. Cuando ya la mayoría de los personajes eran zombis Isabella entro de nuevo con sus palomitas en mano.

—Te lo perdiste todo, ya casi todos son zombis. —le susurró Jess.

La película continuo con personas convirtiéndose en zombis y otras gritando de terror al verlos, cuando de nuevo se levantó Isabella.

—¿Adónde vas? Quedan solo dos minutos para que termine. —le preguntó Jessica.

—Necesito algo de beber. —contestó mientras pasaba por delante de mí.

Fue inevitable lo siguiente que ocurrió. Por "accidente" se tropezó con mi pie y cayó al piso. Me tuve que tapar la boca para no soltar una carcajada. Ella solo se levantó rápido y me miro mal, cuando se iba a acercar a mi para lo que me imagino intentar golpearme o que se yo, la persona de atrás le dijo que se quitara, Isabella salió totalmente roja de la sala.

—De seguro le dio miedo la película. —me susurró divertida Jess.

—Pues que bebé. —le contesté.

Jessica y yo salimos del cine cuando termino la función, para buscar a Isabella, la cual estaba sentada en una banca en la parte de a fuera del cine.

—¿Tanto miedo te dio la película? —le preguntó Jess a Isabella.

—Si, me da la sensación de que soy muy cobarde. —

—Que mentirosa, no gritaste ni una sola vez. —le dije.

—Eso es cierto, la que grito más fui yo. —dijo Jess. —¿Dónde quieren cenar? —

—Me da igual. —dijo Isabella.

—Se me antoja una hamburguesa. —dije yo.

—Si, a mí también. —concordó Jess.

Jess empezó a hablar sobre el protagonista masculino mientras caminábamos, hasta que paro de hablar y la mire interrogante, ella solo miraba hacia adelante. Me di cuenta de que estábamos en un tramo poco iluminado y que a lo lejos se miraba el logo iluminado de McDonald's hacia al que nos dirigíamos, pero miré lo que miraba Jess no era ese establecimiento si no otro que era un bar que se hacía llamar: Pete El Tuerto.

Seguimos caminando con más cautela, cuando sentí un deja vu. Esta noche y esta calle oscura eran diferentes pero la escena era parecida a la de esa vez. Con más razón empecé a caminar más deprisa, cuando la tonta de Isabella se le ocurre dar la vuelta y mirar a un hombre parecido al de la otra vez.

—¿Bella? ¿Qué haces? —le susurró Jess.

—Creo que los conozco…—murmuró.

—Que estas loca o que, vámonos de aquí. —dije.

—¡Bella, regresa! —gritó Jess cuando empezó a alejarse.

Por suerte Isabella se detuvo de repente y miro a la nada, corrimos hacia ella y la tome del brazo, la jale para que no hiciera una estupidez, pero empezó a jalonearse y a pegarme en la mano para zafarse.

—¡¿Que intestas hacer niña tonta!? —le grite. —¡Jess ayúdame, nos vamos! —

Jessica la agarro del otro brazo, me ayudo a jalarla y meterla en la parte de atrás del auto.

Jess y yo nos metimos rápidamente al auto y nos fuimos de ahí.

—¡¿Estas estúpida o qué?! ¡¿Por qué hiciste eso?! —le grite.

—¿En qué pensabas? ¡No los conocías, podían haber sido psicópatas! —grito Jessica.

—Creí conocer a uno de esos chicos. —contestó ella indiferente de nuestros gritos.

—Pero que rara eres. —le dije.

—Si. —concordó Jess conmigo. —Me da la impresión de que no sabes quién eres. —

—Lo siento. —fue lo único que respondió.

Jess y yo nos volteemos a ver irritadas por su actitud.

Mas rápido de lo que pensé Jess ya estaba estacionando enfrente de la casa de la loca… digo Isabella.

—Gracias por haber salido conmigo. —dijo mientras salía por la puerta. —Fue…divertido. —

—Seguro. —dijo Jess todavía enojada.

—¿Nos vemos el Lunes? —

—Si, claro, ya bájate loca. —le dije.

Se bajo y Jess arranco.

—Me debes una muy grande Jess, ¡Esa perra está loca! —

—Si, no pensé que se fuera a poner así. —dijo sorprendida.

—Si. —concorde. —Solo confirme que le falta un tornillo. —

Seguimos hablando hasta que estaciono delante de mi casa.

—Bueno…gracias por traerme, nos vemos el Lunes. —dije mientras bajaba del auto.

—Adiós. —me contesto.

Fui hacia la entrada, entre y cerré la puerta.

Camine hacia la sala, ahí estaban mis padres viendo una película.

—Hola, ¿Y Eric? —dije.

—Hola, salió con Katie. —dijo mi madre.

Katie era la amiga de Eric, bueno yo decía que eran novios pero ellos decían todo lo contrario, no sé porque si todos ya saben que se gustan pero bueno cada uno a su tiempo.

—¿Cómo te fue? ¿Te divertiste? —preguntó mi madre.

—Eh… ¿Me fue bien? Supongo. —

—¿Qué? ¿Por qué? —

Les platique sobre lo que habíamos hecho, junto con el arrebato de locura de Isabella.

—Pero como se le ocurre a esa chiquilla hacer eso, ¿Esta loca o qué? —pregunto mi madre preocupada.

—Es lo mismo que me pregunto, lo bueno fue que Jess y yo pudimos jalarla antes de que hiciera una tontería. —dije.

—Creo que voy a tener que hablar con Charlie sobre esto. —dijo mi padre.

—Como quieras. —le dije. —Por mi parte yo ya no vuelvo a salir con ella, lo malo es que estoy cerca de ella, porque tenemos amigos en común pero fuera de eso solo pienso hablarle cuando sea necesario. —

—Si, así es mejor, alejarte de los problemas. —mi madre dijo asintiendo.

—Bueno, los dejo voy a mi cuarto. <Buenas noches.> —dije mientras que les daba un beso en la mejilla a cada uno.

Subí a mi cuarto, hice mi rutina de belleza y me acosté en mi cama, estaba cansada había sido un largo día, por lo que me quedé dormida rápidamente.