La Razón de su Sed de Venganza.

¡Felicidades has obtenido [Observar]!

Pero, ¿Cómo? — Se preguntó un confundido Regil.

Nuevamente había conseguido algo sin siquiera saberlo. Parecía que aún había algunas cosas qué no había entendido del sistema.

Ante su pregunta la melodiosa voz del sistema contestó.

Las acciones como observar el interior de la casa, los alrededores y el martillo le otorgaron la habilidad.

Bueno, Regil ya había comprendido cómo consiguió la habilidad pero aún así agradeció al sistema por responder su pregunta.

Regil extendió la mano y espero que el pergamino de la habilidad se manifestara, pero después de varios segundos nada sucedió lo que dejó desconcertado a Regil.

Al ver la situación rápidamente el sistema resolvió su duda.

La Habilidad [Observar] le pertenece exclusivamente a los campeones y no se la pueden enseñar a nadie.

Ante la respuesta Regil asintió en comprensión, pero luego abrió los ojos en sorpresa.

¿Compartir? ¿Eso quiere decir que las habilidades que se manifiestan como pergaminos pueden ser aprendidos por otros además de mí?

Una vez el pensamiento invadió la mente de Regil no volvió a salir. Ingresó al Inventario y efectivamente a pesar de haber aprendido [Instintos de Combate] la habilidad aún se encontraba en él.

[Inventario]

[Gelid Mace - N] [Dark Lance - R] [Pergamino De Habilidad, Instintos de Combate] [Martillo de Acero - N]

Con esto descubierto Regil ahora sabía que en el futuro era muy posible que pudiera enseñar sus habilidades a alguien que considerara digno o de confianza. Básicamente tendría la oportunidad de adquirir un discípulo.

Después de eso, Regil levantó el puño a la altura de su hombro y lo apretó mientras asentía con la cabeza

Debo volverme lo suficientemente experimentado y fuerte para ser un buen maestro una vez llegue dicho momento.

Cerró el inventario y se sentó en su sofá.

Ahora que las sorpresas habían acabado tenía otro problema, ¿Dónde y cómo encontraría a Jeff The Killer?

No tenía ni la más mínima idea de donde se encontraba ese asesino.

Una buena manera de rastrearlo sería intervenir las comunicaciones de los oficiales, pero él no tenía la habilidad para eso.

Entonces, ¿Qué más podía hacer?

¿Buscar por toda la ciudad hasta encontrarlo? Eso parecía muy ineficiente y lento.

Justo en ese momento los ojos de Regil brillaron en un destello de comprensión.

¿Que tal si averiguo que hizo Jane en la casa a la que entró?

...

Al mismo tiempo en un hotel.

En la cama se encontraba acostada una mujer con los ojos cerrados en reflexión.

Tenía un vestido rojo corto que acentuaba sus marcadas curvas, era una mujer hermosa pero la piel pálida como un cadáver asustaría a cualquiera que la viera en la noche.

Ella era Jane Everlasting con quién Regil había tenido un breve enfrentamiento y salido perdedor.

Actualmente se encontraba intrigada por la persona que la había perseguido y luchado contra ella.

¿Quién era esa persona? ¿Porque era tan fuerte?

A pesar de que Jane había entrenado para aumentar su destreza en combate y era una maestra en el uso de las armas, el combate con la otra parte había resultado bastante intenso.

¿Acaso era uno de esos rumoreados humanos modificados?

Recientemente habían salido testimonios en dónde se describía a personas logrando hazañas que resultarían imposibles para un humano.

En uno de los artículos que leyó mencionaban que era muy posible que fueran humanos modificados científicamente y las agencias de espionaje los estuvieran utilizando para infiltrarse en varios sectores de la sociedad.

En un principio Jane creyó que era una tontería pero al ver al hombre que la persiguió comenzó a dudar de ello.

Espera, ¿No quería decir eso que ella también entraba en esa categoría?

Momentos después Jane sonrió en ridículo y negó con la cabeza.

Volviendo al tema, sin importar quién fuera no lo volvería a ver en el futuro.

Ahora necesitaba concentrarse en atrapar al hijo de puta que le arruinó la vida.

Jeff The Killer.

Jane se levantó de la cama y se dirigió al baño. Se quitó el vestido y la ropa interior para luego meterse en la bañera.

Abrió la regadera y el agua comenzó a recorrer su hermoso cuerpo que ahora estaba totalmente pálido por las quemaduras que recibió cuando Jeff The Killer incendió su casa con ella y sus padres muertos.

Desde aquella noche Jane se había estado preparando. Durante años buscó el paradero de Jeff The Killer sin mucho éxito.

Con el pasar del tiempo se sentía cada vez más y más frustrada pero en un momento dado tuvo un destello de perspicacia.

¿Por qué no pensar como Jeff The Killer?

Lugares que posiblemente utilizaría y gente a la que mataría.

Y así por fin su búsqueda dió resultado. Encontró a Jeff en la casa donde originalmente vivía antes de volverse un asesino en una noche durante la cuál Jeff dormía y ella se acercó a la casa.

Mientras Jeff dormía ella utilizó sus habilidades de ilusiones y le hizo tener pesadillas.

Cuándo las pesadillas fueron lo suficientemente molestas como para despertar a Jeff ella dejó de hacerlo.

Observó cómo se quitaba el sudor de la cara. Dándole un poco de tiempo, ella tomó el que era el antiguo teléfono de Liu, el hermano de Jeff a quién por supuesto él se encargó de enviar al otro mundo y marcó a su número.

Jeff tomó el teléfono y dijo: "Liu..."

"¿Hola?... ¿Hola?... ¿Liu...?" Preguntó un consternado y dubitativo Jeff.

El plan de utilizar el teléfono de su hermano había funcionado, pero en el momento que Jane escuchó la voz de Jeff no pudo evitar cortar la llamada.

Se puso la mano en el pecho cerca del corazón y dió varias respiraciones profundas para calmar la ira que surgía de ella.

Aún no era momento de atacar.

Volvió a levantar el teléfono.

"¿Hola?"

"Voy por tí, Jeff..."

"¿Quién demonios...?"

Antes de que un sorprendido Jeff pudiera continuar, Jane colgó el teléfono y se fue rápidamente de allí antes de que perdiera el control.

Al siguiente día volvió a encontrarlo en un bar escaneando a sus posibles víctimas.

Una vez el Bartender le sirvió la bebida que pidió y regresó a la barra, Jane llamó al teléfono del bar.

"¿Diga?"

"¿Se encuentra Jeff allí? Escuché que estaría yendo a ese bar."

El bartender fue sorprendido por la repentina pregunta sobre alguien que no conocía y tardo en procesar lo que le habían dicho.

"Uh-huh... ¿Quién?... E-Espere, veré si él está aquí... ¡Llamada para Jeff! ¡Están buscando a Jeff!"

Ante el llamado vió reaccionar al hombre encapuchado al que le sirvió una bebida y supo de inmediato que él era el susodicho Jeff.

Sin dudarlo se acercó a él y le pasó el teléfono.

"Tome eh, no tarde mucho, necesitamos el teléfono."

"Bien."

Luego Jeff tomó la llamada.

"¿Quién es?... ¡Hey!... ¿Hola?... ¡¿Hola?!..."

Jane no respondió de inmediato, de cualquier forma Jeff pareció haberse dado cuenta de quién y desde donde lo llamaba porque volteó a ver hacía ella quien se encontraba en el otro extremo del edificio.

Ella le sonrió maliciosamente mientras se burlaba de él. Ella lo saludó con una sonrisa burlona en el rostro, dejó unos billetes de dólar en la barra y se fue con su teléfono.

Al final de la noche ella espero hasta que Jeff se registró tambaleándose en un motel de mala muerte por la noche.

Ella utilizó una ilusión para cambiar su rostro y se acercó a él mientras llevaba un vestido rojo dejando muy poco a la imaginación.

"Hola, cariño. ¿Buscas acción? Creo que puedo ayudarte a encontrarla."

Jeff la observó por un momento y se acercó a ella.

"Mmm, ¿De verdad?"

"Tal vez si tienes 50 dólares."

Durante el resto de la noche ninguno de los dos durmió.

Por la mañana Jeff estaba sentado en la cama y al verlo Jane se levantó también para vestirse. Mientras lo hacía escuchó a Jeff decir:

"Ve a dormir."

"¿Qué?"

Ella giró sobre sí misma para encontrarse con los ojos de Jeff. Se miraron el uno al otro sin perder nunca el contacto de los ojos.

"Ve a... Dormir..."

Algo estaba mal. Jeff estaba distraído.

Jane le había hecho algo.

"Si amor. Ve a dormir."

Se puso la última prenda de vestir y se acercó a Jeff para darle un beso en los labios. Momentos después Jeff cayó inconsciente.

"Gracias."

Mientras recordaba todo lo sucedido salió del baño y se cambió de ropa. Mientras se cambiaba un teléfono diferente al que usaba frecuentemente sonó.

"Ya comenzó" Murmuró.

Tomó el teléfono y contestó.

"911. Emergencias."

"Sí, ¿Hola? ¡Creo que hay alguien en la casa!"