Yu Tian observaba a César luchar como quería, y la pequeña diversión que había sentido antes paulatinamente desaparecía.
Esto no era en absoluto un duelo entre expertos. Era una lucha por mujeres.
¿Cuál era el punto de luchar así? Le daba la sensación de un adulto golpeando a un niño.
Yu Tian sintió que tenía que estimular a César para que al menos liberara toda su fuerza para luchar con él. Eso sería interesante.
La velocidad de ataque de César aún era muy rápida. En un abrir y cerrar de ojos, había lanzado unos cuantos golpes al azar.
Sin embargo, estos golpes no solo no lastimaron a Yu Tian, sino que también lo hicieron sentir extremadamente cansado.
Yu Tian sacudió la cabeza sin poder hacer nada y dijo con desdén —¿Estás peleando o jugando conmigo? ¿Dónde está tu fuerza? Aún tienes el descaro de decir que eres el rey del bosque...
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