ELENOIR LEYWIN
Desde que tengo memoria, siempre he tenido una vida agradable: un padre, una madre e incluso un hermano mayor perfecto que me quieren.
Pero todo esto se oscureció cuando desperté como maga a la edad de 7 años, algo sorprendente, pero al parecer no era nada en comparación a mi hermano, quien despertó a los tres años de edad.
Desde ese momento supe que las comparaciones con mi hermano mayor comenzarían, pero para desilusión de mis padres, yo no era tan extraordinaria como él. Yo no tenía afinidad a todos los elementos como él, no era autodidacta como él, no podía hacer todo y aprender cualquier cosa con solo verlo como él.
Lo que me hacía preguntar es si ellos no entendían que yo no era mi hermano.
Lo que conllevó a días y días de estrés, donde no importaba cuánto me esforzaba, yo no podía igualar los méritos y logros que había alcanzado mi hermano mayor. Mi agradable vida se había vuelto un cúmulo de estrés.
Pero junto a esos malos momentos, algo extraño también llegó.
sueños.
Sueños donde soy una esclava, soy vendida a una casa noble donde me entrenan para ser una sirvienta, la cual estará a cargo del cuidado de un chico, un chico de ojos azules y cabello negro el cual tenía un alma tan oscura como la noche misma.
Al principio la interacción era nula, pero conforme fui creciendo en el sueño, nuestra relación también fue creciendo. Y aunque el sueño no lo explica a detalle, fácilmente puedo decir que llega a un punto donde lo amo con una obsesión tan peligrosa que cada segundo que estaba sin él me quemaba.
Era algo increíble como él, a pesar de ser el heredero de una casa poderosa, se fijó en mí, una esclava. Pero no conforme con eso, durante uno de mis muchos sueños, él me propondría matrimonio. Obviamente yo no podía decidir nada; yo era más como una espectadora de una novela romántica.
Pero algo que sí podía sentir eran las emociones que sentía la protagonista femenina y no hace falta decir que en ese momento esa chica se sentía como en la luna y no creía que el chico que tanto amaba le estaba proponiendo matrimonio. Todo era tan hermoso.
Pero lamentablemente llegó ese día donde una noticia devastadora llegó.
Él había muerto.
El dolor de esta noticia era tal que me era imposible mantenerme dormida, ya que siempre que tenía este sueño, siempre me levantaba con lágrimas en los ojos y con un remordimiento en mi pecho tan profundo que podría jurar que era mío.
Pero los sueños no pasan de ese punto, como si ya no hubiera más que mostrar, ese fuera el final. Esto me desilusionó un poco, ya que era como ver una historia de amor.
Esto me hacía preguntar si alguna vez conocería a alguien tan encantador como el chico de mis sueños como el chico de los ojos azules.
(.....)
Vamos, Eleanor, aún faltan varias tiendas por visitar.
Diría mi madre, Alice Leywin, con quien había salido de compras, al igual que todas las semanas, ya que a mi hermano mayor no le fascinaban mucho estas cosas, aunque a mí tampoco, pero no podía dejar que mi mamá saliera sola.
'Ya voy, ya voy', dije con pesadez mientras caminaba a unos cuantos metros detrás de ella.
'Oh, cariño, ¿qué harás cuando te enamores de un chico y no tengas nada lindo que ponerte?'
diría mi madre, fingiendo tristeza, aunque probablemente yo moriría soltera. Después de todo, mi hermano y mi padre ahuyentaban a cualquier chico que se acercara a mí.
'Dudo mucho que eso pase, mamá, ya que para eso mi futuro novio tendría que ser igual o más fuerte que Arthur para evitar que este lo mate,'
respondí mientras la duda de si existía alguien capaz de igualar a mi hermano me invadía. Después de todo, el mundo era grande, pero mientras visitábamos tiendas de ropa y otras cosas, múltiples chicos de cabello negro y ojos azules pasaban por mi campo de visión, pero ninguno se acercaba al chico de mis sueños.
Esto me hizo pensar que tal vez mis expectativas eran demasiado grandes. Pero cuando estaba a punto de dar media vuelta para seguir a mi madre, me percaté de que ella ya no estaba.
'Mamá,' dije mientras comenzaba a buscarla con la vista, pero no era visible, por lo que trataría de localizarla a través del Maná, pero para mi desgracia, mamá casi nunca usaba su magia, por lo que era casi imposible detectarla. Justo cuando estaba planeando ir de regreso a casa para pedirle a la tía Tabitha que me ayudara, dos hombres aparecieron de repente detrás de mí.
'Tenemos a tu madre, no hagas movimientos bruscos ni grites o ella morirá.'
La sangre me bajó a los pies al escuchar esas palabras, por lo que no queriendo que la lastimaran, asentí obedientemente a las peticiones de los hombres.
'Buenas, chica.'
dijo el hombre mientras comenzábamos a caminar hacia uno de los callejones más retirados del camino. Sentía que el miedo me invadió; simplemente estaba aterrada por la situación, y todos esos sentimientos estallaron cuando vi a mi madre en el suelo con un golpe en la cabeza a los pies de otro hombre.
'Mamá.'
grité mientras trataba de correr hacia mi madre, cuando de repente un golpe me derribó bruscamente al suelo.
'Auch.'
gemí por el dolor en mi mejilla, la cual comenzó a gotear sangre por la herida que el golpe me había provocado. Por reflejo, trataría de atacar usando mi Maná, pero nuevamente, un golpe me recibiría, devolviéndome al suelo, mientras el sabor metálico inundaba mi boca.
'Maldita mocosa, será mejor que no hagas estupideces, ya que te necesitamos viva."
siseó el hombre mientras comenzaba a acercarse para golpearme una vez más. Pero cuando estuvo a punto de tocarme, una sombra negra lo golpearía en todo el pecho, derribándolo.
'GRRRAAAAAAAAAWRR.'
Justo a mi lado un lobo negro, apareció, soltando un poderoso rugido, que aria que los hombres retrocedieran un paso por la sorpresa.
'Maldito perro.'
Gruñó el hombre calvo mientras sacaba una masa, la cual sería envuelta en relámpagos naranjas. Mientras que, el pequeño lobo gruñía en respuesta, pero rápidamente tomaría al lobo para evitar que el hombre lo golpeara, ya que no quería que lastimaran a un animal por mi culpa.
Pero Justo cuando la masa estuvo a punto de tocarme el suelo a mis pies, se fracturó, fundiéndose en roca volcánica de la cual saldrían dos caballeros hechos de lava, recibiendo con un golpe al hombre de la masa.
'Ahora qué,' diría uno de los hombres que tenían a sus pies a mi mamá inconsciente, quien, ahora que veía más de cerca, estaba un poco más herida de lo que pensaba. Esto me hizo entrar en pánico, por lo que, en cuanto un chico que vestía ropa élfica de color negro apareció, no pude evitar rogar que me ayudara.
'Por favor, por favor, ayuda a mi mamá.'
Rogué con la voz quebrada y lágrimas en mis ojos, ya que tenía miedo de lo que estaba pasando. Pero por un momento mi atención se clavó en el chico que tenía un cabello negro algo opaco y ojos de un color verde claro; era todo lo contrario al chico de mis sueños, pero por alguna extraña razón, su aura era la misma.
De repente, sus ojos dejarian de ver fijamente a los hombres que estaban enfrente de nosotros para mirarme a mí, pero algo era extraño: tus ojos se abrieron con sorpresa, como si supiera quién era. Podía sentir cómo su respiración se alteró y su ritmo cardíaco se detuvo por un microsegundo. Su mirada estaba llena de dudas y preguntas, como si no supiera qué estaba pasando, pero todo eso se esfumó cuando sus ojos se clavaron en mi mejilla, la cual aún estaba sangrando por el golpe recibido hace unos momentos.
De repente algo cambio en el aire el miedo que sentía desapareció y fue sustituida por una sensación de estar protegida mientras una docena de caballeros de magma aparecían a mi lado y los ojos verde claro del chico se volvieron rojo sangre, mientras que su cabello negro opaco se volvió de un negro brillante.
Al mismo tiempo que un aura oscura comenzaba a rodearlo y sin decir ninguna sola palabra, se pondría de pie mientras comenzaba a caminar hacia el trío de hombres que parecían confiados.
Pero su sonrisa soberbia desapareció cuando las sombras de los chicos comenzaron a burbujear en una especie de líquido negro y púas metálicas, mientras que su cuerpo, el cual estaba de vuelta en llamas naranjas, ahora era sustituido por llamas negras, y a diferencia de las anteriores, estas no emitían calor alguno.
Pero mientras esta escena pasaba, por un el rabillo del ojo pude notar cómo alguien estaba parada a mi lado.
Giré mi cabeza para poder verlo, y mis ojos se abrieron al ver que era yo, solo que mayor, unos 16 años, que vestía ropa de la nobleza y que veía al chico con unos ojos de una felicidad absoluta, pero al mismo tiempo con tristeza.
Pero antes de que pudiera decir algo, ella volteó hacia mí mientras decía algo, antes de desaparecer,
'cuídalo por mí.'