—¿Arrastrarte? —Jonathan no tuvo tiempo para reflexionar sobre el significado ya que Ogs giró abruptamente y huyó. La materia gris giratoria pasó debajo de sus pies, formando escaleras que lo elevaron hacia el cielo.
De pie en lo alto del tranvía, Ogs miró hacia abajo a Jonathan con una arrogancia distorsionada. —¿No vas a perseguirme, Desposeedor 331? ¿O es que te falta el coraje?
Desde esa altura, los peatones parecían hormigas bajo sus pies. La postura de Ogs era altiva, sus ojos desafiantes.
Las estridentes sirenas de los coches de policía suspendidos en el aire se hacían más fuertes, sus luces iluminaban el suelo y se movían hacia Ogs. Sin embargo, él permanecía imperturbable, aparentemente ignorando la presencia del departamento investigador.
¡Tenía la intención de causar estragos en la Ciudad Perdida, sin importar las consecuencias!
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