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Suerte y perseverancia

Pequeña aclaración: Cada volumen es independiente del otro. Sigue su propia línea de historia y no se ve afectado por los volúmenes anteriores. Bueno, salvo por algún poder o habilidad que se viene arrastrando por el conocimiento y la personalidad del protagonista que va evolucionando. Volumen 1 Cross over entre nasuverso y Madam ou no Vanadis Volumen 2 viaje por Juego de Tronos, Señor de los anillos y Dark Soul 3 Volumen 3 Mushoku Tensei y Danmachi. Volumen 4 Naruto y muchos otros. -o- Kain, antiguo vástago del equilibrio. Renació en el mundo de Fate y vivió durante varios siglos. Sin embargo, al encontrarse con su viejo enemigo, el dios Hilden, lucho y perdió. Ahora su alma viaja a través del multiverso buscando el poder y la forma de volver a aquel mundo por la venganza. -o- Reglas del juego: 1.- No hay power up indiscriminados 2.- Todo se estudia y se gana hasta dominarlo 3.- El alma influye sobre el cuerpo, por ende, el cabello y los ojos siempre serán los mismo (ojos color lazuli y pelo blanco). 4.-La fuerza es proporcional al conocimiento adquirido, la técnica y la fuerza del alma. 5.- El nivel del mundo es proporcional al alma. Eso quiere decir que si el alma del protagonista es fuerte, irá a un mundo de mayor nivel.

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Mundo Shinobi - Clones verdaderos - 516

—Detengámonos aquí— dijo Kain

Aoi asintió, ya que se sentía cansada después de un par de horas de manejar. Ella había llegado a los límites de la nación de Los Pastizales. Había un profundo acantilado conectado por un puente.

Aoi freno lentamente hasta detenerse y tiro del freno de mano. Después apago el motor y soltó un suspiro. Ella miró hacia atrás y vio la casi interminable carretera. Ellos habían empezado con cuatro carriles, pero a estas alturas se había enanchado hasta los veinte carriles.

Aoi miró a Kain, lo vio sentado con Miyuki en sus brazos. Ella dormía cómodamente, su rostro imperturbable, sus labios como un botón de flor.

—No creo que sea bueno sacarla fuera del vehículo— dijo Kain con una amable sonrisa en los labios al mirar a su hija. Él se movió por entremedio de los asientos y la acomodo en el asiento trasero.

Aoi se bajó del vehículo, abrió la puerta de atrás y se subió para acomodar a Miyuki. Ella sacó sus propios sellos de almacenamiento y sacó una colcha gruesa y esponjosa con dibujos de gatos. Ella recostó ahí a su hija y la reviso. Para ser un bebé de un año, Miyuki rara vez se pasaba y controlaba muy bien todas sus necesidades. Ella era extremadamente tranquila, lo único raro es que últimamente se había vuelto muy conversadora (lo que son balbuceos de bebés).

Kain se bajó del vehículo y camino hacia la parte delantera, abrió el capo y revisó el estado del motor. A simple vista todo estaba en perfectas condiciones. Él no era mecánico, pero la interfaz avanzada del dispositivo susano le servía de mucho. Hacia a donde él miraba le mostraba el estado del componente y su funcionamiento en conjunto con todas las piezas. Kain noto que la temperatura era elevada, así que dejo el capo abierto y le dio la espalda. Él sacó un habano y lo puso en su boca, lo sostuvo con los dientes y lo encendió con la punta de su dedo, así como lo hacía A, emitiendo chispas eléctricas. Kain le dio algunas caladas y miró hacia adelante. Pudo ver el puente y el abismo que separaba las dos naciones. Más allá del puente se veían las tierras de la nación de La Tierra. Eran extensas praderas fértiles con un nivel adecuado de humedad.

Aoi se bajó del vehículo y camino hacia Kain. Ella se detuvo a su lado y se apoyó en su brazo. Kain tomo el habano con la mano derecha, miró a Aoi y le beso la cabeza. Él siguió fumando y ella se quedó mirando las praderas de la nación de la Tierra.

—¿Su interés es obtener los recursos de esta tierra?— preguntó Aoi

Kain sonrió y le dijo —no, es útil, sobre todo si piensas en todo lo que podrías cosechar en tierras tan bastas y fértiles, pero no, esa no es mi intención—

—¿Entonces?—

—Darle valor. Si le doy un valor ostentoso a esta tierra las personas lo pensaran dos veces antes de si quiera pensar en tomar las armas. Aunque yo sea quien construya esta carretera, tendrá tanta utilidad que la gente la amara como si ellos la hubieran construido con sus propias manos. Entonces dirán ¿No sería una pena luchar y perder esto?—

—En ese caso, no sería lo mismo al revés—

—¿A qué te refieres?—

—Si quieres iniciar un conflicto, no sería lo más fácil destruir lo que más aprecia la otra persona. Como dijo Kain-sama, esta gente amará tanto la carretera que, si alguien la destruye, será motivo suficiente para lanzarse a la guerra—

Kain sonrió —por eso estamos con el tiempo en contra. Si Aoi tuvo ese pensamiento, todos lo pueden tener. La única diferencia es ¿Quién está dispuesto a cometer tal acto?—

—Entiendo, por eso es importante conectar a cada país y generar una red comercial entre ellos—

—Así es, si uno hace la guerra, los otros se verán afectados y así nadie va a querer la guerra. O al menos, se convertirá en el último recurso—

—Entonces debemos ser muy rápidos o podría fallar—

—Fallará— respondió Kain con una voz desenfadada

Aoi lo miró a la cara, se fijó en el cabello blanco y los ojos azules. Él miraba a la distancia mientras le daba una calada al habano, sonrió. Aoi dijo —no esperaba que Kain-sama fuera tan negativo—

—Mis expectativas son realistas. Confió en la velocidad de mi desarrollo, pero no subestimo la estupidez humana. Oto-sama, Tobirama y tío Hashirama ya me lo mostraron. La única diferencia entre ellos y los demás es que ellos tenían poder—

—Buuuuaaaa, Buuuaaaa— lloro Miyuki desde el interior del vehículo.

Kain se apartó del vehículo y lo rodeo para abrir la puerta de los asientos traseros. Sin embargo, antes de entrar, lanzó el habano a un manchón de tierra árida.

Aoi también hizo su camino al otro lado del vehículo.

Ellos cerraron la puerta y miraron a Miyuki llorando sobre la colcha de gatitos.

—¿Qué sucede?— preguntó Kain y la tomo en brazos. Él apego a Miyuki a su pecho mientras ella seguía llorando —está bien, está bien— añadió y miró a Aoi, le hizo el gesto con la mano y ella entendió. Entonces Aoi sacó un sello de la mochililla que siempre andaba trayendo y sacó un biberón con leche.

Aoi le pidió a Miyuki y Kain se la entregó. Entonces Aoi alimento a Miyuki y solo ahí se calmó. Kain se acercó a Aoi y paso su brazo por el respaldo. Aoi apoyo su cabeza en el pecho de Kain y ambos miraron a Miyuki beber del biberón.

—No te preocupes, amor— dijo Kain

Aoi miró a Kain y le preguntó —¿De qué cosa?—

Kain sonrió, le dio un beso en la frente y añadió —ya se me ocurrirá algo para que todo funcione y tenga la menor cantidad de puntos débiles. No te prometo la perfección, pero haré todo lo posible para que no haya otra guerra—

Aoi puso una sonrisa incomoda, mitad incredulidad y mitad preocupada por Kain —sí, amor— respondió y por dentro les pidió a los dioses que hubiera paz. Ella todavía recuerda la guerra pasada y siempre tiene presente como ella, Kaoru y Mari Hatake fueran las únicas que sobrevivieron de un ejército de casi mil shinobis.

Kain vio un recuadro emergente en su interfaz visual y Aoi lo noto en la rigidez de su cuerpo. Ella lo miró, pero Kain sonrió y le dijo —voy a recibir a unos invitados— él acercó su rostro y le dio un beso en la boca.

Aoi se quedó mirando a Kain mientras le daba su biberón a Miyuki.

Kain se bajó del vehículo y cerró la puerta. Él se apartó un poco, su cuerpo parpadeo y desapareció. Kain volvió a aparecer al otro lado del puente, donde empezaba el territorio de la nación de La Tierra.

Él se quedó de pie observando hacia la derecha, dirección noreste. Entonces su rango de percepción pudo captar el movimiento de tres personas que venían en su dirección. Dos auras siniestras y una equilibrada.

Las tres personas alcanzaron a Kain y se detuvieron a treinta metros de él. Era un anciano, un niño y una niña. El anciano debe haber tenido cincuenta años, tenía grandes entradas, el cabello fino, rubio y cuidadosamente peinado hacia atrás. Tenía los ojos azules y una sonrisa amigable. Por otro lado, el muchacho rubio tenía una mirada llena de emoción mientras la muchacha estaba preocupada.

—Hola ¿Qué te trae por estos rumbos?— preguntó Kain caminando con dirección hacia ellos.

El muchacho le preguntó algo al anciano y este último asintió. El muchacho sacó algo blanco de su bolsillo y lo comenzó a moldear con las manos.

Kain avanzaba y al mismo tiempo, la interfaz visual abrió una ventana que acercó la imagen de las manos del muchacho. A su lado mostro un recuadro con los niveles de chakra y como lo manipulaba. Solo había una forma de describirlo, era un maestro. No debe haber tenido más de diez años, pero era un maestro en la manipulación del chakra.

El muchacho abrió sus manos y lo que salió fue una pequeña golondrina hecha de un material blanco. El ave voló a Kain.

Kain vio un cuadro de dialogo que le mostró la composición del ave y frunció el ceño. Eso podría hacer volar por los aires a un shinobi de nivel chunin. Al instante apareció un cuadro de dialogo enlistando los tipos de elementos que serían eficaces para contrarrestar la técnica. Fue una revisión de segundos y al instante le mostro en verde la opción de electricidad. Después revisaría la razón para tal efecto, pensó Kain.

Él canalizo electricidad a su brazo y lanzó una corriente eléctrica que golpeo de frente a la golondrina. El ave cayó inutilizada y se estrelló contra el suelo sin producir ningún efecto.

En la interfaz visual apareció una explicación de una imagen en tres dimensiones del efecto que tendría la golondrina si explotara y como la electricidad neutralizo el componente explosivo.

Kain mostró una pequeña sonrisa y se detuvo —¿Te gusta jugar rudo? ¿Veamos que tal te parece esto?— preguntó

Kain junto sus manos y de la tierra emergió una enorme pata filosa y larga. Después la siguieron otras siete patas, en total, ocho. El cuerpo se comenzó a formar a partir de una esfera hasta tomar la forma de una araña gigante. Cada pata tenía tres metros de largo, al cabeza pequeña, el torso más grande, pero el trasero era el doble del resto del cuerpo. Al instante comenzaron a salir del trasero pequeñas arañas del tamaño de una hormiga.

—Espere, señor, espere— dijo el anciano algo asustado —mi nieto solo estaba probando su fuerza. Lo sentimos, señor, lo sentimos—

—¿En serio? será mejor que corras por tu vida— respondió Kain con una sonrisa maliciosa

Ellos se dieron media vuelta y huyeron, pero las pequeñas arañas eran rápidas y comenzaron a explotar en secuencia.

Kain soltó una risita, ya que él no los iba a matar. El ruido era exagerado, como una explosión tres veces que la que podía hacer la golondrina que creo ese niño.

Una vez que terminaron las explosiones, el anciano y los niños estaban a dos kilómetros de distancia. Lo cual no fue un problema para Kain. Su cuerpo parpadeo de nuevo y apareció sentado sobre una roca a tres metros de ellos.

El anciano, el niño y la niña se pusieron en posiciones de combate y sacaron un kunai como método de defensa.

—¿Qué sucede?— preguntó Kain con una sonrisa burlona —¿Pensé que me estaban dando la bienvenida? Solo quise corresponder su gesto—

Kain levantó su mano derecha y la abrió. Él mostro su palma y encima una pequeña araña blanca hecha por la araña de tierra. Ellos se asustaron, pero antes de que pudieran alejarse, Kain la hizo explotar. Sin embargo, fue solo el ruido y las partículas de tierra esparcidas por el entorno. No le hizo ningún daño.

Kain soltó una risita —¿Qué pasa? ¿Pensé que te gustaban las bromas?— preguntó

El muchacho frunció el ceño, la muchacha no dejaba de estar preocupada, pero solo el anciano entendía lo que pasaba. Kain había dominado la técnica de invocación del difunto primer Tsuchikage, Ishikawa.

El anciano bajo la guardia y realizo una profunda reverencia —lo sentimos, su excelencia— dijo con voz elegante y sofisticada —mi nieto es un entusiasta y quería demostrarle su fuerza. A lo mejor, de esa manera, él ganaba su atención. Veo que lo hicimos de mala manera—

—¿Cómo te llamas?— preguntó Kain y se puso de pie

—Ishin, señor— dijo el anciano

—¿Y tus nietos?—

—Niños— dijo Ishin, miró a sus nietos y continuo —preséntese delante de su excelencia. Sean respetuosos—

—Akina— dijo la niña, era rubia, con el cabello largo y liso hasta la mitad de la espalda. Tenía ojos azules como el anciano. El niño era igual a ella, la única diferencia es que llevaba el cabello cortó, dividido a la mitad de la cabeza.

—Jin— dijo el niño con un tono de voz molesto

—Jin, no es un mal nombre— dijo Kain y asintió —Jin, muchacho, he viajado por todo el mundo y es la primera vez que me reciben con un ataque que podría hacer volar por los aires a un chunin. No sé si elogiarte o colocarte un marcador de peligroso. Dime ¿Qué debería hacer?—

El anciano traspiraba sudor frio, en ningún punto imagino que las cosas se dirigirían en esta dirección. El dios shinobi actual era un pacifista como el anterior. Él recuerda haber molestado de la misma manera a Hashirama-sama, pero este último se lo tomo como una broma ¿Kain Uchiha era paranoico o había visto a través de la naturaleza de su nieto?