Por lo general, la subasta anual de Orario es de libre competencia. Cualquiera con el suficiente dinero puede participar. Por otro lado, cualquier proveedor puede presentar sus productos siempre que cumplan con los estándares de calidad. ¡O sea!, todo el mundo es bienvenido. Sin embargo, siempre existen sus salvedades. Una de ellas es el metal. Orario solo tiene a dos dioses de la forja y ningún maestro herrero. Así que aparte de ellos, nadie mas sabe trabajar el acero de damasco. Por tal razón nadie se atreve a competir con ellos. Sería inútil y una perdida de dinero. A lo mejor podrías hacer negocio con los dioses, pero nunca presionarlos. Hace unos años atrás se dio un caso así. Vino un tipo de los reinos vecinos y gano varios kilos de acero de damasco. Una cosa poco usual, dejo molesto a los dioses, pero fue un competencia justa. El problema vino después. El tipo trato de hacer su camino a la cama de Hephaestus, cosa que no le resulto. Después se fue con el otro dios de la forja. No obstante, el dios se negó a trabajar para alguien (y menos para un mortal). No es como si ser mortal fuera un detrimento, pero como lo planteaba el humano, prácticamente estaba amenazando al dios. Al final, eso tampoco resulto. Por ultimo, el humano fue con Zeus, conocido por sus malas mañas, pensó que algo saldría de todo esto. Intento hacer un negocio. El tipo solo quería a la diosa Hephaestus. No obstante, Zeus no se comporto como el humano esperaba. Puede que los dioses no se ayuden entre sí. Puede que la mayoría sean egoístas y acaparadores. Pero una cosa es que lo sean entre ellos y otra muy diferente, es que venga un pequeño humano a presionarlos. Cuento corto: Encontraron al humano a las puertas de la ciudad. Tenía moretones, cortes y un claro caso de envenenamiento. El país vecino mando una comitiva para investigar y al cabo de un tiempo, amenazaron con una guerra, pero como el tipo fue una molestia de principio a fin, a nadie le importo y nadie investigo. En esa época hubo guerra y Zeus, por alguna razón, se mostro amable y dijo que se haría cargo. Al año siguiente muchos especulaban algunas cosas. Sobre todo, porque el "buen" Zeus, se presento en la subasta y ofreció algunos kilos de acero de damasco.
Entonces, ¿Por qué Zeus se metía en la lucha de los dioses de la forja?. Esa era la duda. ¿Pensaba hacer lo mismo que intento el noble en aquella época? ¿Quería chantajear a los dioses de la forja?. Hephaestus y Goibniu miraron al dios con recelo. Se preguntaron ¿Qué quería ahora?. Tenía a los mejores aventureros y dioses trabajando para él. Pagaba una miseria, tenían que seguir las leyes que él impusiera y acaparaba las misiones ¿Qué mas quería?.
Una voz calmada y fría se escucho por todo el anfiteatro -¿Por qué, el noble dios Zeus, quiere el metal?- pregunto Kain.
Desde su palco del tercer piso, Zeus miró hacia abajo como si mirara a una hormiga y dijo -tengo mis negocios, nada que te importe-
-Bien- respondió Kain, miro a Margarete y dijo -anótame con trescientos millones-
Todo el mundo quedo estático. Ahora había otro extranjero metido en la subasta. El dios Zeus se molesto, quería gritar en cólera por desafiarlo, pero mantuvo la calma. Él continuo -trescientos diez millones-
-Trescientos veinte millones- dijo Kain
-Trescientos treinta-
-Trescientos cuarenta…-
Y así siguió creciendo el valor del acero de damasco. Durante dos minutos, ninguno de los dioses de la forja se manifestó. El precio siguió subiendo, pero nadie se atrevió a emitir opinión. Uno era el dios de una gran familia y el otro era un monstruo que podía golpear a los mejores aventureros.
Al final, Kain gano la competencia diciendo -quinientos millones de valis-
El dios Zeus por otra parte se quedó callado. Tenía algo de dinero, pero eso no significa que vaya a botar mas de la cuenta. Así que le dio una sonrisa burlona y dijo con la suficiente fuerza, como para que todo el mundo lo escuche -que te aproveche bien el acero de damasco-
-Por supuesto, es un regalo para mi amiga aquí- dijo Kain con una sonrisa llena de confianza. Después miro a Margarete y le dijo -dile a la guild que le manden la factura a Zeus-
-¿Por qué a mi, maldito?- grito el dios molesto
-Para ver si de esa manera pagas- dijo Kain con cierto desenfado -hace mas de dos semanas que no me pagas por los refugios que hice en el calabozo-
Todo el mundo quedo en silencio. Era claro que Zeus era un descarado, pero que no pagara sus deudas, ya era un motivo de vergüenza. Todo el mundo quedo mirando a Zeus y este ultimo, no sabia donde esconderse. Miraba a Kain con molestia. Desde un principio peleo con su capitán por ofrecer semejante suma. No le quería pagar. Era algo que había confirmado en su corazón. No obstante, había que guardar las apariencias -estaba bien- dijo -te pagare, pero no pienses que eres digno de ese dinero. Solo es un poco de limosna que doy a los pobres-
-Sí, bueno- respondió Kain con una sonrisa burlesca -aprovechare de darte otro descuento. Dudo que me pagues los otros doscientos millones. Así que la deuda queda saldada- después de decir eso. Kain tomo asiento y dejo al dios que se bebiera su propia arrogancia.
Después de ese intercambio vinieron otras ofertas. Metales, reactivos y otros insumos para la forja. Toda la competencia fue normal, pero había un sentimiento de incomodidad en el aire. Después vinieron otras ofertas y Kain ocupo este momento para salir del palco.
-¿A dónde vas?- le preguntaron Lilia
Kain sonrió y le dijo -Margarete ya lo dijo, si quiero ofrecer mis productos, tengo que ir al vestíbulo-
-Pórtate bien- le dijo Lilia
-¿Qué?¿ahora eres mi madre?-
-No, soy tu esposa. Así que hazme caso y no andes peleando-
-Ok, lo que tu digas-
-Vuelve rápido-
-Sí, cariño- respondió Kain. Esta mujer lo trataba como a un niño. No obstante, no se lo tomo a pecho. Hizo su camino al vestíbulo y ofreció varias cosas que tenía preparadas. Se demoro alrededor de treinta minutos y después volvió. En medio de ese pequeño trayecto, fue interceptado por Catalina.
-Vamos orejas largas- le dijo Catalina mientras lo tiraba del brazo. Corrieron todo el camino de vuelta al palco y se posicionaron detrás de las diosas. Catalina había apurado a Kain porque quería comprar un bastón. Estaba hecho de una madera exótica proveniente de la isla de Teskyura, nación de las amazonas. En la punta llegaba una enorme joya de un azul intenso. Cualquiera que la viera pensaría que estaba pintada, pero no era así. Al parecer era una piedra mágica extraída de un monstruo del calabozo. El único inconveniente, fue que la familia Zeus gano la oferta. Algo que dejo cabizbaja a Catalina. Kain por su parte le dijo que solo era una baratija, él podía hacer algo mas increíble.
-¿Eso es cierto?- le pregunto Catalina llena de expectativas
-Por supuesto, amor- respondió Kain -incluso te puede ayudar a lanzar rayos como este- dijo Kain y levantó su mano, en ella creo algunos relámpagos. Algo que llamo mucho la atención, pero Kain solo lo mostro por unos breves segundos.
-Genial. Por otro lado ¿Por qué no me haz enseñado a hacer tal magia?-
-Porque es un poder muy volátil. Si no lo manejas como se debe, puedes hacerte daño-
-¿Tanto?-
-Sí- dijo Kain con una sonrisa, le dio un beso en la punta de la nariz y le acaricio el rostro -así que, mejor ocupa el báculo ¿entendido?-
-Bien, pero tienes que acordarte, ¡no te perdonare si te olvidas!-
-Bien-
Margarete seguía cantando nombres y montos. Ofreciendo todo tipo de bienes y armas. Muchas de las cuales se adjudico la familia Zeus y Hera. ¿Por qué no el dios Zeus?. Bueno, al parecer, el dios no es un buen administrador de su dinero. Así que Rómulo maneja por separado el dinero de la familia y el dinero del dios.
-Y con esto le damos fin a esta segunda parte- dijo Margarete mostrando un rostro sin miedos, rebosante de confianza. Ya a estas alturas se había acostumbrado a estar en el escenario. Después de terminar su discurso, invito a los participantes al salón de eventos. De esa manera podrían tomar un pequeño descanso de media hora y volver. La familia Dragonroad y las diosas se quedaron en su palco.
La diosa Frigg se dio la vuelta y pregunto llena de expectativas -¿Qué vas a ofrecer?-
Kain la miro de forma evasiva y respondió -es una sorpresa-
-Dama Frigg- dijo Lilia -no lo intente, también le pregunte, pero este hombre no quiso decir nada-
Kain paso su brazo por encima de los hombros de Lilia, la abrazo y le dio un beso en la mejilla -si te dijera no sería sorpresa- dijo -vamos, se paciente. Esto nos ayudara y si todo sale bien, la próxima vez que vengamos podremos comprar una casa mas grande-
-Te perdono solo por eso-
-Gracias- añadió Kain y le dio un beso en los labios. Las diosas se dieron vuelta y comenzaron a conversar. Mientras tanto Kain conversaba con sus esposas. Nada serio, solo una que otra necesidad de la casa. A lo mejor de un niño inquieto o de Catalina, que quería comenzar a enseñarle magia a los niños.
-No estoy de acuerdo- dijo Kain
-¿Por qué? Yo creo que es una buena edad- respondió Catalina
-¿Qué tal si esperamos uno o dos años?- pregunto Lilia -también considero que es una buena idea, pero me da miedo-
-¡¿Por qué?!- insistió Catalina
Kain tomo una profunda respiración y respondió -porque los niños no tienen conciencia del peligro. ¿Qué pasa si se escapan a una habitación y empiezan a hacer magia?. No sería tan grave si fuera agua, aire o tierra, pero esta el fuego. Fácilmente podrían quemarse ellos mismo-
-Creo que es una exageración-
-Bueno, soy exagerado, así que no quiero que les enseñes magia. No todavía. Fin del asunto-
-Estúpido orejas largas- murmuro Catalina enojada
Kain la trato de abrazar, pero ella no quiso. Al final Catalina se sentó de lado en su silla, dándole la espalda. Por otro lado, Kain se quedo mirando el anfiteatro. Mas de la mitad de los participantes había dejado sus asientos. Solo quedaban uno que otro dios y esa mujer, Freya, que permanecía en su palco y no le quitaba los ojos de encima. Kain no quería mirar hacia arriba. Una, porque esa mujer tramaba algo, y la otra, porque su querida Lilia estaba pendiente. Al final Kain se dedico a regalonear a Lilia. La abrazo, le acariciaba el hombro y de vez en cuando le preguntaba algo. Pasaron todo el descanso así, entre pequeñas conversaciones y besos.
-o-
Una vez que volvieron todos los invitados, Margarete volvió al escenario. Su primer producto fue un juego completo de cinco espadas y dos lanzas. Todas distribuidas en un exhibidor, similar a un muro de dos metros de alto por cinco de ancho. Todas las armas tenían un increíble acabado. Los dioses de la forja se preguntaron ¿Quién sería la competencia?.
-Señoras y Señores, Diosas y Dioses- dijo Margarete a todo pulmón -comenzaremos la tercer y última parte de la subasta. Para empezar, presentamos este set de armas. Según las indicaciones del creador, las armas pueden producir magia de relámpago-
Varios dioses y aventureros exclamaron con asombro. El mismo Zeus quedo encantado. Iba a levantar la mano, pero el primero en acercarse fue Rómulo. Solo tuvo que ver una de las lanzas para quedar prendado. No obstante, cuando probo el arma, no hubo ninguna reacción. Soltó un suspiro lleno de decepción y dejo la lanza colgada en donde estaba.
Zeus se paro de su silla, y desde su palco, critico a Margarete -¿Por qué la guild de aventureros no revisa los productos antes de ofrecerlos?-
Margarete nerviosa, miro al examinador y este a su vez, subió al escenario. Era un hombre de edad avanzada. Debería estar en sus setenta. Vestía un frac como la mayoría de los hombres y llevaba el pelo corto -estimado dios Zeus- dijo -la guild de aventureros a hecho su trabajo. Que el usuario sea incapaz de utilizar el arma, es otra cosa-
Zeus grito iracundo -¿tratas de decir que mi capitán es un inútil?-
-Jamás, es solo que no sabe como funciona el arma-
-¿Y como funciona la maldita arma?-
Kain soltó un suspiro, se levanto de su asiento, miro a Zeus y le dijo -con habilidad-
-¿A qué te refieres?- pregunto el Zeus algo confundido
Kain soltó un suspiro, le susurro algo a Lilia y ganándose en el borde del palco, dio un salto. Cruzo los veinte metros de distancia que habían entre el palco y el escenario. Lo raro fue, que parecía descender como una pluma. Al caer en el escenario, solo se escucho el leve contacto de la suela y el piso de mármol. Margarete lo miro asombrada y Kain solo contesto sonriendo. Fue hasta la misma lanza que había probado Rómulo y la tomo con elegancia. La hizo girar entre su manos y realizo algunos movimientos. Después paro la lanza a su lado y miró a Zeus. El dios seguía mirándolo con calma, tenía los brazos cruzados, como diciéndole que de todo lo que haga, nada lo impresionara. Kain levanto la lanza y apuntando al dios y la hizo emitir un terrible estallido. La punta de la lanza se envolvió en corrientes eléctricas que envolvía la hoja como si fueras serpientes. Después de un rato, Kain corto la energía y la lanza volvió a la normalidad. El anfiteatro estaba en silencio, nadie pronunciaba ni un sonido. Los mismos dioses de la fragua estaban impresionados. Nadie podía realizar tal tipo de encantamiento, al menos en esta tierra, y tampoco estaban los materiales necesarios. Ambos dioses de la fragua se preguntaron ¿de donde saco las ascuas?. No obstante, todos estaban equivocados.
-Cada lanza y espada- dijo Kain -tiene un refuerzo mágico que ayuda a moldear la magia de rayo. El problema es que no cualquiera lo puede utilizar. Margarete lo iba a decir hace un momento- Kain miró a Zeus y continuo -antes de que la interrumpieran-
El dios bufo con indignación, tomo su asiento y le respondió -entonces es un arma inútil-
-No lo es. Aquiles, Odiseo y Jason las podrían ocupar. Ellos son nivel cuatro a medio camino de ser nivel cinco. La diferencia esta en la enseñanza-
-¿A que te refieres?-
-Muchos solo se concentran en fortalecer su cuerpo y dominar su arma. Pero hasta el día de hoy, en toda Orario, no he encontrado a nadie que refuerce su arma con mana-
Un silencio incomodo se instalo en el anfiteatro. Nadie poseía aventureros tan habilidosos, y quien sí los tenía, no sabia como instruirlos. Kain sonrió ignorando a la mayoría de los dioses y les dijo -Temas aparte, cada arma vale cien millones de valis-
-Eso es un robo- grito Zeus, se puso de pie para reprenderlo
Kain no le dio importancia y continuo -como todo el mundo sabrá, la guild de aventureros revisa los productos antes de ofrecerlos. Así que el arma, sin el adicional del rayo, lo vale. Si quieren, pueden pedir la opinión de los dos expertos-
-Hephaestus no servirá- dijo Zeus en un tono molesto, como si estuviera tratando de desmentir la farsa
-Como tu digas- respondió Kain, después miro hacia otra dirección. A donde estaba el otro dios de la forja y dijo -¿dios Goibniu, le importaría mirar el arma?-
-Jejeje, estaba esperando a que me lo preguntaras- respondió el dios Goibniu de buen humor. Kain por su parte, le acerco la lanza utilizando su telequinesis (otro truco que saco palabras de asombro). No obstante, el dios de la forja no se inmuto. A él le importaba el arma. Quería desarmarla y descubrir todos sus secretos. La lanza media mas de dos metros de largo. El mango media un metro con sesenta centímetros. De ahí en adelante, la punta de la lanza era separada por un trozo de metal cruzado que formaba una "T". Después de la separación, solo era una hoja de quince centímetros de ancho por cincuenta de largo. Tenía un doble filo y una punta triangular. El metal estaba corrompido, pensó el dios Goibniu. Habían tomado acero de damasco y lo habían mezclado con cristales del calabozo y acero normal. No quedaba mal, pensó. El acabado y los relieves del mango mejoraban el agarre. Sin embargo, lo que mas le gustaba era la parte que quedaba entre la hoja y el guardamanos. Tenía un acabado rúnico precioso. Un lenguaje desconocido, pero si intuía bien, este era el mecanismo que le daba el poder del rayo.
El dios Goibniu asintió varias veces y dijo -vale lo que pide este muchacho-. Una conmoción estallo en la sala, algunos proferían sonidos de incredulidad. No obstante, siempre hay alguien que tiene qué ir en contra de la corriente.
-En ese caso, el arma se devaluaría si no se puede utilizar la habilidad- dijo Zeus como tratando de bajarle el perfil
No obstante, el dios Goibniu era un tipo duro que no le seguía los juegos a nadie. Por eso su negocio era mas pequeño que el de Hephaestus, pero a su vez, podía moverse a sus anchas -al contrario- respondió -si el usuario puede usar el arma como es debido, el arma triplica su valor. Por lo menos yo, en mi estado actual, no puedo imbuirle magia de rayo a un arma-
-Gracias- dijo Kain desde el escenario. El dios Goibniu asintió y estiro el arma para que Kain la tomara. Kain hizo lo suyo y la volvió a dejar en el exhibidor. Después le palmeo con suavidad el hombro a Margarete y le dijo que continuara. Él bajo del escenario en completa calma y camino por el pasillo que daba a la salida. Cuando se cerro la puerta del anfiteatro. A sus espaldas se escucho la voz de Margarete -Señoras y Señores, Diosas y dioses, una vez aclaradas las dudas…-
¿Se imaginan que Zeus sea así y cuando Bell llegue a lo más alto de Orario (mejor aventurero) se presente en la ciudad para refundar su familia?
El desmadre que quedaría...
Mañana más...