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Suerte y perseverancia

Pequeña aclaración: Cada volumen es independiente del otro. Sigue su propia línea de historia y no se ve afectado por los volúmenes anteriores. Bueno, salvo por algún poder o habilidad que se viene arrastrando por el conocimiento y la personalidad del protagonista que va evolucionando. Volumen 1 Cross over entre nasuverso y Madam ou no Vanadis Volumen 2 viaje por Juego de Tronos, Señor de los anillos y Dark Soul 3 Volumen 3 Mushoku Tensei y Danmachi. Volumen 4 Naruto y muchos otros. -o- Kain, antiguo vástago del equilibrio. Renació en el mundo de Fate y vivió durante varios siglos. Sin embargo, al encontrarse con su viejo enemigo, el dios Hilden, lucho y perdió. Ahora su alma viaja a través del multiverso buscando el poder y la forma de volver a aquel mundo por la venganza. -o- Reglas del juego: 1.- No hay power up indiscriminados 2.- Todo se estudia y se gana hasta dominarlo 3.- El alma influye sobre el cuerpo, por ende, el cabello y los ojos siempre serán los mismo (ojos color lazuli y pelo blanco). 4.-La fuerza es proporcional al conocimiento adquirido, la técnica y la fuerza del alma. 5.- El nivel del mundo es proporcional al alma. Eso quiere decir que si el alma del protagonista es fuerte, irá a un mundo de mayor nivel.

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Interludio - Madam Purplehorse 4.1

-Así no, agujero fácil- dijo Catalina amonestando a Cristina.

Cristina detuvo su movimiento con la boca y le respondió apenada -lo siento, señora-

-Pone mas empeño- Catalina le pego una sonora nalgada en el cachete izquierdo y Cristina solo pudo apretar sus piernas.-Ahora sigue- le indico Catalina

Cristina retomo su movimiento, tomando el pene de Kain con las dos manos y moviendo su boca y su cuello. Por su parte, Catalina disfrutaba molestar a Cristina, así que mientras miraba como esta última le practicaba una felación a Kain, le metía los dedos por la vagina y le frotaba el clítoris. Daba la impresión de que primero se correría Cristina, la cual tenía el cabello mojado de tanto tener sexo y los ojos nublados y febriles de la lujuria.

Hoy se habían reunido igual que otras veces. Era el turno de Catalina, la siempre simpática maga de Millis. Catalina le caía bien a todo el mundo y todo el mundo le caía bien, bueno, los que no le caían bien eran mandados a la mierda por su magia. Pero cuentos aparte, Catalina llego temprano con Kain y no se molestaron en esperar a Cristina e hicieron el amor. Para ella era una forma de relajarse. Después de todo, con ocho niños en la casa es difícil tener intimidad. Ya recuerda ella hace años en un fin de semana. En donde ella y Kain se sintieron calientes y lo comenzaron a hacer en el dormitorio. Eran como las doce del día y todos estaban en el patio trasero jugando. No debería haber inconveniente. Así que la cosa se calentó y cuando estaba a punto de correrse, alguien toco la puerta. Era su hijo que la quería ver y le quería preguntar algo. En esa época el muchacho solo tenía cuatro años, así que no le podía decir que se fuera y que estaba ocupada. Al rato después llego una de sus hermanas (Lilia y Victoria lo más probable) para ver al niño que se les había escapado. Pero Catalina sintió que se había desinflado y ya no estaba de ánimo. A la semana siguiente Kain arrendo esta habitación en el hotel.

Por otro lado, Catalina le decía agujero fácil a Cristina porque se corría con demasiada facilidad. El problema es que se corría ella sola y durante la mañana, las dos veces que lo hizo con Kain, lo dejo a medio camino. Catalina tuvo que "sacrificarse" y complacerlo hasta que se corrieran. Así que ahora, ella estaba enseñándole a Cristina todo lo que le enseño la dama Frigg. "La diosa calentona" le decía Catalina. Ya que en sus primeros meses de matrimonio y de estar conociendo el sexo, la diosa se ofreció a guiarla a ella y su marido. Con un poco de reticencia Catalina acepto, pero lo que no esperaba en aquella época, era que la diosa Frigg les enseñara con su propio cuerpo. Ni por asomo la vencía en tetas. Eso es algo en lo que Catalina tiene plena confianza sobre otras mujeres, al igual que los hombres sobre el largo de su pene. Pero la diosa Frigg tenía una piel de porcelana y un físico estilizado hecho a mano. Le daba un poco de rabia, pero eso no le impidió a la dama Frigg convertirse en un depósito de semen. A veces pasaban todo un día juntos los tres haciéndolo hasta el anochecer. Aunque la dama Frigg estaba casada con un dios, no le importaba gastar su tiempo con Kain y Catalina. Después de todo, ojos que no ven corazón que no siente, decía la diosa. El hecho es que se volvieron hermanas por decirlo así y compartieron muchos conocimientos. Ahora Catalina trataba de pasarle algo de eso a Cristina.

Por su parte, Kain solo permanecía acostado en la cama mientras Cristina trabajaba en él y veía a Catalina molestando a Cristina. Por alguna razón le gustaba como Catalina dominaba a Cristina y la hacia parecer una puta en practicas. Al cabo de dos minutos, Cristina se corrió otra vez. Se acurruco sintiendo la oleada de placer que viajaba por su cuerpo y le rogaba a Catalina que detuviera sus dedos. Pero como una chica traviesa, Catalina seguía moviendo los dedos haciendo que a Cristina le fuera casi imposible parar de correrse.

Al rato después, cuando la oleada de placer acabo, Cristina jadeaba desnuda sobre la cama cubriéndose los ojos con el antebrazo. Ya había olvidado cuantas veces se había corrido este día ¿cinco, quizá seis?. Sintió una sonora nalgada en su glúteo izquierdo, otra vez, y sintió como se le aguaba la entrepierna. Levanto su ante brazo y vio a la mujer rubia con un parche en el ojo derecho. Tenía el pelo rubio y liso que caía como una cascada de hilos sobre su pecho y sus hombros. Su cara se mantenía hermosa y ovalada, pero cuando se sentaba, en la parte baja de su abdomen se formaba un rollo. A diferencia de las otras damas que tenían un cuerpo estilizado y atlético, el de Catalina parecía flojo y eso le molestaba a Cristina. Una mujer no debería ser así, pensó Cristina, mucho menos para lord Dragonroad. La miraba con desaprobación, pero Catalina nunca se molestó con esa mirada. A ella le resbalaba y le demostró con su cuerpo que tenía mucho más encanto que ella. Algo que también molesto a Cristina, porque se encontraba a sí misma mucho más hermosa que la mujer con tetas de sandía.

-Esta mujer no sirve para nada, Kain- dijo Catalina un poco molesta

-Ella tiene su encanto- respondió Kain

-Ella debería al menos ser capaz de darte algo de placer. Como puede ser tan inútil. Déjame ayudarte-

Catalina se acercó gateando a Kain y con una clara sonrisa traviesa, tomo en pene con las dos manos y lo comenzó a masajear. Le beso el borde de la base mientras movía su mano izquierda de arriba hacia abajo y con su derecha jugaba con las bolas. Cristina un poco más abajo en la cama, casi a los pies, pudo ver varias cosas. Pudo verle los labios a Catalina y como tenía el ano un poco dilatado. Su culo se veía gordo, también como estaba con el torso sobre sobre los muslos podía ver que se le formaba un rollo. No era una cosa exagerada, pero era algo antiestético para Cristina. No obstante, podía ver un poco más allá de Catalina, la cara del lord llena de placer. Cerraba los ojos y levantaba el mentón en un gesto de deleite. Una actitud muy diferente cuando ella le practicaba la felación. Ya que él la miraba como si la estuviera apoyando y le dijera que hiciera su mejor esfuerzo. Era molesto saber que perdía contra una gorda.

Por su parte, Kain detuvo a Catalina y el movimiento incesante de su boca. Ella lo miro a los ojos y sonrió con la confianza de saber lo que quería. Ella se limpió la boca con el dorso de la mano izquierda y avanzo hasta Kain besándole el abdomen, el pectoral, el cuello y el borde de la mandíbula. Después se sentó sobre la cadera y se introdujo el pene. Kain estiro sus manos para abrazarla y haciendo un poco de fuerza, se levantó para quedar sentado sobre la cama. Catalina quedo sentada sobre él y sus rostros quedaron frente a frente. Se besaron sin importar nada y Catalina comenzó a menear sus caderas. Ambos jadeaban sin importarles la presencia de Cristina. Kain le mordía la oreja y le susurraba el amor y el deseo. Mientras Catalina se concentraba en el movimiento de sus caderas y le susurraba que lo amaba. Kain la ayudo un poco colocando sus manos en el carnoso trasero para levantarla y dejarla caer sobre su pene. Una y otra vez, con fuerza, con firmeza, pellizcándole el trasero y besándola con deseo, como si fuera un viajero errante que desea un poco de agua en pleno desierto. Ella era su agua, su manantial de vida y ahora lo estaba hidratando de plenitud. El jadeo se volvió más intenso, la transpiración comenzó a mojar los cuerpos y el movimiento se volvió más violento. Se besaban como si se estuvieran comiendo, con lujuria y deseo, hasta que por fin acabaron y solo se abrazaron mientras se seguían besando. Catalina siguió moviendo sus caderas y Kain le agarro con tanta fuerza las nalgas que sus dedos quedaron marcados. Al rato después la sensación intoxicante paso y solo quedaron dos amantes que se miraban el uno al otro con una sonrisa, como si hubieran logrado algo grandioso entre los dos. Catalina le dio un pequeño beso y Kain se lo devolvió con uno más prolongado. Cristina solo los pudo mirar y soñar con entender que fue tan genial.

-Me dio hambre ¿hacemos algo?- pregunto Catalina mientras seguían abrazados

-Vamos a bañarnos primero y después hacemos algo ¿filete o pollo, quizá ostras o camarón?- pregunto Kain

-Filete, whisky y papas cocidas ¿Qué tal?-

-Vino en ese caso, deben ser recién las doce del día como para tomar whisky-

-Bueno, solo puto vino-

-No te enojes- dijo Kain dándole una sonara nalgada y robándole los labios con un prolongado beso -si no tendré que enseñarte modales-

-No seas engreído, orejas largas. Por lo menos pasaran veinte minutos antes de que puedas reaccionar y por muy bueno que sea tu cuerpo, ya te haz corrido cuatro veces esta mañana, necesitas combustible para seguir funcionando. Hay que trabajar en ese agujero fácil para que tenga alguna gracia-

-No la llames así, suena feo-

-Pero se corre sola, casi siento pena por ti-

-Tu también era así al principio-

Catalina le dio una mordida a la altura de la clavícula y le dijo con el ceño fruncido -yo no era así, solo me faltaba un poco de experiencia-

Kain soltó una risita al verla enojada, le paso la mano por la espalda y le dio un beso reconciliador -bueno, solo te faltaba experiencia- le dio otro beso y continuo -vamos al baño-