Capítulo 13 - La gran familia Dragonroad

Kain y el señor Xiao están hablando sobre sus planes futuros. Ellos están sentados en la terraza del patio trasero, bajo el árbol de cerezo. Entre ellos hay una mesa de vidrió con varios embutidos, tabaco, un par de copas y tres botellas de vino. Por su parte, el señor Xiao entre risa y molestia se frota el tabique de la nariz. Por otro lado, Kain está fumando, lanza una bocanada de humo al aire y le empieza a explicar.

-Están muy pequeños aun- dijo Kain -ya me dieron la orden "nada de viajes por lo menos en dos años". Así que lo siento viejo, pero este año no podemos viajar. Yo sé que lo haces con las más buenas intenciones-

El sr Xiao levantó la vista y le dijo -explícame la situación-

Kain toma su pipa, le dio la última fumada y le dijo -veras…-

-o-

A pasado un año desde que Kain volvió a Millis. En ese tiempo han pasado muchas cosas: como por ejemplo el nacimiento de sus pequeños orejas cortas. Al igual que su hermano, sus hijos nacieron con orejas más cortas que las de un elfo normal, apropiadas para mestizos que solo son un cuarto de elfos. No cabe recalcar que son pequeños y adorables. Sus esposas en un principio estuvieron encantadas con los bebés. No obstante, eso duro poco tiempo, las constantes noches de vigilia las tienen ojerosas. El llanto y la presión de tener que estar todo el día con los senos al aire no ayudaba demasiado al estado de las mujeres que estaban al borde del colapso. Cuento corto, Catalina fue la primera en arrancar. No fue un gran escape, solo se desaparecía un par de horas al día y se iba a la casa de su tía. Tomaba su antigua habitación y trataba de dormir. Claro, nada es gratis. Lilia tenía que cuidar del bebé de Catalina y una vez que esta volvía, remplazaba a Lilia y así hacían la rueda. A su vez, Lilia elegía dormir en la casa, en el primer piso. Catalina le ofreció su habitación en la casa de su tía, pero Lilia no acepto. Ella quería descansar, no estar separada de su hijo. Por otro lado, Victoria fue la que más se demoró en huir, pero fue la más descarada. Después de dos meses dijo que la empresa necesitaba crecer, así que se iba todo el día a trabajar y solo volvía en la noche. Por supuesto, no fue solo para capear el estrés de la crianza. Los fondos que se gastaron se recuperaron en solo seis meses, la empresa realmente creció. No obstante, Kain le exigió que al menos pasara unas cuatro horas al día con su hijo. Ella no se quejó, pero le rogo -solo tres por favor. Manejar una empresa es diez veces menos estresante-. Al final fueron más horas, dos en la mañana y tres en la tarde. Lilia que era la que se encargaba del pequeño, peleo con Victoria y esta última tuvo que hacerse el ánimo.

De entender por lo que pasan, se puede entender, Kain así lo siente, pero lamentablemente él no puede alimentar a sus hijos. Hace solo un mes los empezaron a alimentar con otras comidas, así que se preocupa de ayudar en esos momentos, pero los pequeños son muy desordenados. Toman su leche, derraman la comida, gritan y conversan entre ellos. Son cosas ininteligibles, pero para Kain es un delicia. Esos momentos de forma literal, la cocina se vuelve un caos.

Por otro lado, con la llegada de Victoria a la oficina, Kain tuvo más tiempo libre. Empezó a revisar algunos locales comerciales, cotizo durante días y encontró uno de su gusto, a unos veinte minutos de su casa. Por la localización, le costó un dineral, pero tenía todo lo que deseaba; un patio trasero, una fragua y un local comercial en el frente con sus escaparates, igual que en su antigua casa en Ars. Por supuesto, Victoria le dijo que de todas maneras tenía que ir a la empresa, así que su tiempo se distribuyó entre su trabajo en la empresa y su nueva tienda de joyas. Como siempre, las espadas y armaduras estuvieron fuera del alcance del público en general. Victoria le comento que serían grito y plata, pero Kain se negó. Argumento lo mismo de siempre "mis bebés no son para principiantes". Pero dejando de lado eso, por las tardes se iba a la tienda. Durante el primer mes no atendió a nadie y solo se dedicó a fundir metal y preparar algunas joyas de acuerdo a la temporada. Por otro lado, que la tienda estuviera cerca de la casa tenía su razón de ser. Catalina, Lilia y los tres granujas lo visitaban por las tardes. Por alguna razón, ellos se quedaban callados cuando veían a Kain trabajar. Cuando Kain compro la tienda, una parte de su plan era hacer dinero, la otra era que sus esposas pudieran salir de la casa y dormir mientras él cuidaba de los tres granujas. Era un pequeño descanso, solo dos horas, pero siempre se agradecían.

-o-

Volviendo bajo el árbol de cerezo, Kain termino de repartir el contenido de la última botella de vino y le dijo al señor Xiao -así que por ahora lo siento, no podemos salir. Mucho menos aventurarnos con nuestros hijos, son muy pequeños-

El señor Xiao miró la copa que sostenía en su mano derecha y la meció, haciendo girar el contenido. Después se la empino y se bebió el contenido de un solo sorbo -está bien- respondió -el tiempo nunca ha sido un problema. Voy a estar viniendo en unos tres años más. Así que trata de no emocionarte teniendo hijos-

Kain sonrió mientras pensaba en los tres granujas y le dijo -tratare. Lo siento viejo-

-Bueno, por ahora nos estamos viendo-

-Nos estamos viendo- respondió Kain y el señor Xiao se desvaneció de su asiento.

Kain se quedó meditando por una larga hora. Miraba el pasto y las plantas que bordeaban todo el jardín. Por otro lado, el día estaba cálido, pero la mansión proyectaba una refrescante sombra. El viento comenzó a soplar y las ramas del cerezos a mecerse. Entre medió de eso la puerta trasera de la mansión se abrió y de ella salió Catalina. Dos cosas se remarcaban en su aspecto; una era su sonrisa y la otra sus ojeras. Vestía lo usual; un pantalón, con una blusa y un chaleco que ocultaba sus enormes atributos. Se acerco a Kain, le dio un beso en la mejilla, después uno en la boca y le pregunto -¿Cuál es tu vaso?-. Kain le apunto el del frente y ella asintió. Empezó a revisar las botellas buscando una con contenido, pero todas estaban vacías. Kain apunto con su dedo a la mesa y saco una botella de su anillo. Ante el gesto, Catalina sonrió y se sirvió vino. Kain le ofreció tabaco pero ella lo rechazo. Después se sentó en el muslo derecho de Kain y mientras bebía y escuchaba su corazón, le pregunto -¿Qué te dijo el viejo?-

Kain la abrazo, le dio unos cuantos besos saboreando el sabor del vino en sus labios y le respondió -nada importante. Le dije que no podíamos ir porque esos tres granujas estaban pequeños. Al final dijo que vendrá en unos tres años-

-¿No se lo tomo a mal?-

-Para nada- le dijo Kain. Paso su manos por la espalda de Catalina y llego al ahora genero trasero. Kain recuerda que antes con una mano le podía agarrar una nalga, ahora no era suficiente. Él se deleita con el tacto, mientras Catalina seguía bebiendo y le dejaba hacer lo que se le dé la gana. ¿Qué podría decirle a un hombre tan fascinado al contacto físico?. Ella recuerda a sus fríos padres y los compara con su vida actual, son como dos mundos aparte. Ella recuerda que su madre le dejo que el contacto carnal es solo para hacer hijos. Bueno, en esta casa esas cosas no existen. A este hombre le gusta abrazar, besar y acariciar. Es un poco molesto de vez en cuando, pero es mejor que vivir una vida fría como sus padres. Algunas veces, cuando solo están los dos (igual que ahora) se pregunta si sus padres se amaron alguna vez. Volviendo de sus pensamientos, Catalina dejo la copa sobre la mesa y se sentó a horcajadas quedando cara a cara. Ambos se miraron a los ojos con deseo y se besaron. Por su parte, ella lo incita apretando sus senos contra él mientras Kain le agarra las nalgas y subía por la blusa, pasando sus manos por debajo y acariciando la suave piel. No obstante, se detuvo cuando escucho la puerta de la casa abriéndose. Catalina giro su cuello para mirar quien era y solo puedo sonreír. Le dio un beso a Kain y le susurro al oído -a la noche continuamos- y se bajó de su regazo. Tomo una silla y se sentó a lado izquierda mientras trataba de arreglarse la ropa.

Lilia que es la primera en pasar, lleva a un pequeño orejas cortas de pelo amarillo brillante como sol. Lo cobija en sus brazos mientras les dijo en un tono estricto -traten de comportarse. Los niños están creciendo y pueden aprender cosas-

-Lo siento querida- le respondió Kain.

Lilia camino con dignidad, miró a su hijo y le dijo con un tono dulce -ve con tu padre-

Él bebé no necesitaba nada más que escuchar eso para empezar a estirar sus pequeños y regordetes brazos. Kain lo tomo en brazos mientras emitía una sonrisa radiante y le dió pequeños besos en su pequeña calva. Detrás de Lilia vino Marta y Luisa, con otros dos pequeños orejas cortas, ambos casi iguales a su hermano. Kain también los toma. El más pequeño se recosto sobre su pecho mientras se chupa el dedo. El del medio miró a Kain con ojos amplios, como si estuviera esperando algo. Kain no sabe que espera, pero le da la impresión de que este niño será muy inteligente. Por otro lado, el más grande es un poco dormilón, se recosto sobre su pecho y nada más pasaron unos segundos y empezó a cabecear. Este último, a diferencia de sus hermanos, tiene un lunar en el parpado inferior igual que Catalina. Después de cinco minutos, Catalina retiró a su bebé, Lilia también retiró al suyo y Kain se queda con el más joven de sus hijos, el bebé de Victoria. Este bribón parece estar mirando alrededor mientras se come su pulgar. Kain le mueve la mano para que se deje de chupar el dedo pero el bebé se enoja. Al final es la perdida de Kain y el pequeño granuja se vuelve a chupar el dedo.

Kain suelta un largo suspiro y le dijo -Elías, tienes que dejar de comerte el dedo-. Pero el bebé no le responde nada y solo lo mira cuando escucha su nombre. Balbucea algunas cosas y Kain como un padre idiota lo único que hace es adorar a sus hijo.

Lilia y Catalina ven esto y también suspiran, se miran la una a la otra y dicen al unísono -vamos a tener que ser estrictas-. Ambas sueltan un risita, pero se hacen el ánimo. Al parecer este hombre se volverá muy permisivo con la edad. Lilia miró a su hijo Ars y le acaricio el cabello. Da la impresión de que el Ars entiende las preocupaciones de su madre, ya que le pasa su pequeña mano por la cara, como si quisiera darle consuelo a sus preocupaciones. Por otro lado, Catalina miro a su pequeño Kain y se siente segura. Ella lo único que espera es que sea feliz. Por alguna razón cada uno de sus alientos se han vuelto los suyo. Según su tía es porque esta vieja, pero dejando de lado a la malhumorada mujer, ella ama con todas sus fuerzas a este gordito orejas cortas, como le dice su padre.

-o-

A principios del verano de este año, Kain retomo un tema pendiente; las clases de artes marciales con la familia Tsuki. La más entusiasta de todos fue la abuela Mamiko. A pesar de sus ochenta y tantos años, se mantenía en buena forma y le encantaba aprender cosas nuevas. El otro entusiasmado es Haruki, que como su padre lo dijo, lo superaría en el corto plazo, y así fue. Hoy en día el joven Haruki es un rey del norte a la edad de quince años. No se puede comparar con Maaya, ya que a esa edad, ella era una consolidada emperador de la espada, pero no por eso le quita mérito.

Una vez que retomaron las clases, se creó un cuadrilátero de veinte metros cuadrados en la parte trasera de la vieja mansión, a unos cien metros de distancia. El lugar no posee nada más que un piso sólido y plano de adoquines. Por otro lado, las clases solo se impartieron los días sábados y domingos. Kain aclaro este punto desde un principio, además de pedirle permiso a la abuela Mamiko para llevar a su familia. Así que mientras Kain le está enseñando a la familia Tsuki, sus esposas descansan bajo un toldo mientras ven a los tres granujas jugar sobre un frazada. No es que puedan hacer mucho, pero el inmenso cielo azul, los grandes bosques que se ven a la distancia y uno que otro pajarito les llama la atención. Además está la ayuda que representa para sus esposas el cambiar de ambiente.

Como a la dos de la tarde se paran todos los entrenamientos. Kain no espera más y va corriendo a ver a los tres granujas. Una vez que llega al toldo, se lleva una sorpresa…están durmiendo. Así que solo los puede mirar mientras los tres están juntos, uno al lado del otro. Se ven tan relajados que llegan a dar envidia. Por otro lado, la abuela Mamiko que llega un poco después de Kain, mira a los tres bebés y sonríe cómo una abuela tonta. Ella murmura -mi Maaya también puede producir unos tan bonitos- y se empieza a reír. Después de eso le preparan una habitación especial para que Kain almuerce con todas sus esposas, pero hay una infiltrada.

-Vieja loca- murmuro Maaya en voz baja mientras se sienta entre Victoria y Catalina. Kain está sentado a la cabecera, mientras Lilia se sienta a su izquierda y Victoria a su derecha. Nadie dice mucho tratando de no despertar a los bebés que están durmiendo en unas pequeñas cunas, cada uno posicionado detrás de su respectiva madre. Maaya puede ver como el ambiente es algo tenso por su presencia, pero luego se aligera cuando uno de los bebés despierta. Es el hijo de Catalina que exige que le llenen el estanque. Por supuesto Catalina pide permiso y como no hay nadie más aparte de ellos, saca su enorme mama y alimenta al bebé. Maaya como una persona de cuerpo esbelto no pierde el tiempo en compararse. Según su propia apreciación, solo pierde por un poco. Después de alimentar al bebé, Catalina le pide a Kain que lo vea. Este último accede y le acaricia la espalda hasta que el bebé eructa y se duerme en paz.

-Él es siempre así- le dijo Victoria en voz baja.

-¿Siempre?- le pregunto Maaya algo asombrada

-Siempre- dijo Victoria manteniendo su voz baja mientras continua comiendo su comida -no sé si es porque es un padre idiota, pero siempre es cariñoso con sus hijos. Así que no te preocupes-

Maaya un poco colorada le responde -yo, yo no estoy preocupada por esas cosas-

-No necesitas ser tímida-

-No soy tímida-

Victoria dejo sus cubiertos sobre el plato y la miró a los ojos -sino puedes ser sincera, entonces te estás haciendo ilusiones. Kain no ha desarrollado ningún poder para leer la mente, o al menos que yo sepa. Así que tu modestia solo te jugara en contra-

-¿No te molesta?- le pregunto Maaya en un susurro

-No, ya acordamos que mientras no te conviertas en un problema para la familia, no hay problema con aceptarte. Solo trata de no ponerte en el camino de Lilia. Ella es algo sensible-

-Lo tendré en cuenta- respondió Maaya mientras emitía una sonrisa -gracias-

-No hay de que. Es mejor llevarnos bien que luchar y arruinar nuestras vidas. Yo por lo menos quiero vivir con mi familia hasta el final-

-Puedo hacerte una pregunta-

-Adelante-

-¿No te molesta compartir a tu marido?-

-¿Eres una seguidora de Millis?-

-No, solo en la superficie lo seguimos. Nosotros nos aferramos a la fe de nuestro ancestro-

-Eso es bueno. Volviendo al tema, no me molesta. Tengo muchas cosas que hacer. Mi tiempo ronda entre la empresa, mi hijo, yo misma y Kain. No tengo tanto tiempo como para preocuparme por compartirlo con otras. Además, si es por el sexo, el sucio elfo perverso tiene mucha energía-

-Eso no era necesario- respondió Maaya mas roja que nunca

Victoria la escuchó y comenzó a reír mientras trataba de cubrirse la boca con la punta de sus dedos. Lilia que está al frente de ella, la escuchó y le dijo en un tono estricto -Vicky, estamos en la mesa, controla un poco tu risa-

-Lo siento- dijo Victoria mientras emitía una sonrisa amable y le giña el ojo. Lilia soltó un suspiro y siguió comiendo.

Al rato, el pequeño Ars se despertó, Lilia tuvo que dejar su lugar y aplico el mismo procedimiento que Catalina. Por otro lado, Victoria la miró algo extrañada. Los bebés de sus amigas se despertaron, pero ¿Elías no?. Ella voltea para mirar a su hijo y el pequeño bribón la estaba mirando con sus ojos bien abiertos. Como Victoria lo está observando, Elías movió los brazos tratando de llamar la atención. Victoria deja su comida para verlo, lo levanta y le dijo -gracias por dejar a mami comer. Ahora es tu turno-. Entonces ella hizo los mismo que Lilia y comenzó a conversar mientras alimentan a sus bebés.

Después de alimentar a los bebés y terminar su comida, Lilia, Catalina y Victoria le preguntaron a Maaya por una habitación para poder dormir. Kain las escuchó y las quiso acompañar, pero lo detuvo Maaya quien le dijo -la abuela quiere conversar con usted. Por favor vaya al jardín-

Kain soltó un suspiro lleno de melancolía, beso la frente a todos sus hijos y se fue a donde le indicaron. En el camino se encuentro a Kazuhiro, Tatsumi y Haruki que lo acompañaron a donde está la abuela. Todos ellos le hicieron comentarios sobre el entrenamiento de hoy. Le preguntaron cómo pueden mejorar su postura y sus golpes. A lo que Kain va contestando las preguntas una por una. Ya al final del pasillo abrieron la puerta, salieron de la casa y llegaron al jardín japonés. La reliquia cultivada por todos los líderes de la familia Tsuki. Por su parte, la abuela Mamiko estaba contemplando su bonsái y viendo a donde lo podía podar. Coloco su mente en ese momento y clac, sonó la tijera mientras cortaba una pequeña porción de un rama. Ella al parecer quedo contenta con cómo se ve. Asiente varias veces, se da la vuelta e inspecciona a los cuatro hombres detrás de ella.

-Trajiste la información Kazuhiro- le pregunto la abuela Mamiko.

-Si abuela- le respondió Kazuhiro. Avanzo hasta ella y le paso una caja

-Bien. Ahora, ¡Kain!, ven acá y mira esto. Creo que una vez que lo veas, sabrás por que te llame-

Kain comenzo a revisar cartas que se han estado entregando el Cardenal y el papa de Millis. Al parecer el papa ha traicionado al Cardenal. Ya que esto no debería estar en sus manos. Dejando eso de lado, el Cardenal se ha enterado de como Kain a compartido sus conocimientos con la familia Tsuki. Tiene muchas dudas sobre el conocimiento y al parecer está deseoso por preguntar. Según le informa al papa "la niña Forli" ahora Catalina Dragonroad, mejoro su magia en poco tiempo después de que el elfo compartiera su conocimiento (Kain frunció el ceño al ver esto. El cardenal ni siquiera tuvo la educación de llamarlo por su nombre). Así que viendo las mejoras que tuvieron los caballeros de Millis, después de incorporar sus métodos de entrenamiento. Quiere preguntar por más. Él está ansioso por saber cómo mejorar su "magia sagrada". He incluso en su última carta, le dijo al papa que con una buena dotación de magos, podrían erradicar a los demonios del continente demoniaco.

-¿Qué incorporaste al entrenamiento?- pregunto Kain

-No mucho- le respondió la abuela Mamiko -como te comente hace tiempo. Solo les enseñe a elongar, mejorar su respiración y a correr. Por supuesto, de manera sistemática, añadiendo a eso una dieta balanceada-

-¿Cuánto mejoraron?-

-Un veinte por ciento. Muchas de las familias nobles están copiando nuestros métodos de entrenamiento, pero como no es mucho los dejamos ser-

Kain toma una profunda respiración y le dijo -mantén a tus subordinados cerca de mi familia. Protégelos sobre todo cuando estén fuera de la casa. Investiga a cualquiera que quiera ingresar o que se presente de forma súbita. Si alguien ataca a mi familia tienes mi autorización para matar a la otra parte, cualquier cosa que pase será mi responsabilidad. Solo te pido que protejas a mi familia-

Abuela Mamiko asintió con un rostro a serio, a la altura de la situación y le contesto -redoblaremos nuestros esfuerzos. No te preocupes, nadie dañara tu familia-

-Gracias. Por otro lado, ignora cualquier de los avances del Cardenal y dime ¿Qué te pidió el papa?-

-No mucho, solo dos cosas. Lo primero fue que cuando venga la próxima generación de papas apoyes a sus descendientes. Lo segundo es que si su nieto llega al nivel del santo de la magia, lo tomes como tu aprendiz-

-¿Por qué no su hijo?-

La abuela Mamiko negó con algo de pena y le respondió -él y su esposa murieron hace unos meses. Realmente no sé qué tiene en la cabeza ese Cardenal. Matando al hijo de su competidor y después le escribe pidiendo ayuda-

-Vaya mierda de persona-

-Así es. Por eso habíamos mantenido a Maaya cerca de esos dos. Juntos podrían causar una enorme destrucción alrededor del mundo, pero con lo que hizo el Cardenal lo descartamos. El mundo ha dejado de estar en peligro por ahora. Sin embargo, la estructura de Millis se ha vuelto frágil. Después de todo, el papa en estos momentos es un ser lleno de odio-

Kain empezó a guardar los documentos en la caja, soltó un suspiro y le pregunto -¿y su nieto?-

-Lo dejamos en un orfanato, es lo mas seguro para él. Si llega a morir, el linaje del papa se extinguirá. Adicional a eso, solo yo y Kazuhiro sabemos quien es, así que nadie lo podrá atacar-

Una vez acordado esto los procedimientos, Kain continua con sus clases por la tarde. No siguió pensando en cómo ese hombre, que a sangre fría mato a la familia de su competidor y después le escribió para pedirle ayuda. Sin duda hay gente peligrosa en este mundo y no es la gente con habilidad.

Después de terminar las clases de la tarde, Kain se llevó a sus esposas, pero tuvo una adición. No sabe cuándo paso, ni como sucedió, pero parece que llegaron a un consenso y Maaya los acompañara. Ella esta algo tímida, con un rostro ruborizado y camina un metro detrás de Kain durante todo el trayecto a los carruajes. Kain escucha como Catalina la molesta, pero Maaya no le responde y solo muestra un rostro avergonzado. Al final Kain suspiro y solo se preocupó de llevar a sus tres bebés, que por alguna razón están más conversadores que nunca. Ellos balbucean, gritan y conversan entre ellos mientras él los lleva en sus brazos. Eso de alguna manera le hace olvidar las preocupaciones y la incómoda atmosfera que emitía Maaya.

Una vez que se suben al carruaje, con un ánimo bipolar, Kazuhiro empieza a llorar. Bendice a Maaya por un lado y amenaza a Kain al mismo tiempo. La abuela Mamiko lo tuvo que noquear y entre Tatsumi y Haruki se lo llevaron. La madre de Maaya habla con ella y la encomienda con una sonrisa. Después mira a Kain con una sonrisa espeluznante similar a una hannya y le dijo que se porte bien.