Vanesa se encontraba brutalmente acorralada por la fuerza implacable de Marck.
[Has activado Fuerza del Dragón]
Con todas sus fuerzas, Vanesa agarró a Marck y lo empujó hacia unos escombros, provocando un estruendo ensordecedor. Sangre brotaba de la boca de Marck, indicando el impacto devastador del golpe. Aunque visiblemente afectado, Marck comenzó a levantarse lentamente, demostrando una resistencia sorprendente.
"Eres increíblemente resistente, Marck, pero aún no he desatado mi última habilidad", declaró Vanesa con determinación.
Marck quedó atónito al darse cuenta de que, a pesar de las limitaciones impuestas sobre Vanesa, ella era capaz de utilizar más habilidades de lo que había creído.
[Has activado Afinición del Dragón]
Esta habilidad, exclusiva de los dragones, permitía aumentar el poder del usuario en un 50%. Con esta nueva capacidad, Vanesa pasó de utilizar el 10% de su poder a un 15%, envolviéndose en una aura roja que emanaba un poder abrumador.
Marck se encontraba perplejo.
"¿Qué está pasando?", pensó mientras observaba a Vanesa, quien se acercaba cada vez más a él con determinación.
Con cada paso, la balanza del poder se inclinaba aún más a favor de Vanesa, dejando a Marck en una situación cada vez más desesperada. Sin embargo, no iba a rendirse fácilmente.
Vanesa apretó los puños con determinación mientras avanzaba hacia Marck, desafiante.
"¿Qué tal esto, Marck? Dejemos las espadas de lado y peleemos cuerpo a cuerpo", propuso con confianza.
Marck frunció el ceño, evaluando sus opciones.
"Si no uso mi espada, podría estar en desventaja. Necesito elevar mi grado de fuerza abrumadora para hacer esto más fácil", reflexionó para sí mismo.
Mientras Marck contemplaba su decisión, Vanesa aguardaba pacientemente, observándolo con atención.
Finalmente, Marck asintió. "Está bien", accedió, resignándose a la confrontación directa.
Una sonrisa de satisfacción se dibujó en el rostro de Vanesa al escuchar la respuesta de Marck.
Sin embargo, en lo más profundo de su mente, Marck sabía que enfrentarse a Vanesa en combate cuerpo a cuerpo con su habilidad activada sería una tarea formidable.
"Esto es problemático. Con esa habilidad, Vanesa se vuelve demasiado poderosa en combate cuerpo a cuerpo", pensó preocupado.
Pero la verdadera astucia de la habilidad de Vanesa radicaba en su naturaleza única. Aunque no era un dragón, ella había encontrado la manera de aprovechar una habilidad exclusiva de estas criaturas, la cual aumentaba su fuerza física de manera extraordinaria.
[Has activado Fuerza Abrumadora]
Con un impulso renovado, Vanesa se lanzó hacia Marck, preparada para el enfrentamiento que se avecinaba.
Marck y Vanesa se lanzaron el uno contra el otro con una fuerza imparable. Marck, con sus imponentes músculos, contrastaba con la apariencia aparentemente normal de Vanesa, aunque esta última estaba envuelta en una energía roja intensa.
El estruendo resonó en el aire cuando Marck y Vanesa chocaron sus puños, provocando que el suelo temblara ante el impacto colosal.
"Su fuerza se ha duplicado", pensó Marck, reconociendo el aumento repentino en el poder de Vanesa.
A pesar de sus esfuerzos por mantenerse firme, Marck fue empujado hacia atrás por la fuerza de Vanesa, quien se preparaba para lanzar otro golpe mientras él intentaba recuperarse.
Un golpe resonante sacudió el aire cuando ambos conectaron puños, causando que tanto Vanesa como Marck cayeran al suelo con fuerza, igualados en su doloroso impacto.
Aunque momentáneamente parecían estar en igualdad de condiciones, ambos sabían que esta lucha estaba lejos de estar decidida.
Con un destello repentino, la velocidad de Vanesa se incrementó mientras la energía roja que la rodeaba se concentraba en sus pies.
"Rayos", murmuró Marck, reconociendo el peligro de enfrentarse a Vanesa ahora más rápida y poderosa que nunca.
El rostro de Vanesa se endureció mientras lanzaba un golpe directo al rostro de Marck, seguido rápidamente por otro que se dirigía hacia su abdomen, dejando un rastro de sangre en su rostro.
Marck sintió el impacto del golpe en su abdomen, haciéndolo escupir sangre mientras luchaba por mantenerse en pie. Sus ojos se abrieron con determinación mientras enfrentaba el siguiente golpe de Vanesa.
Mientras tanto, Elizabet observaba con creciente preocupación desde la distancia. "Maldición, esto es malo. Marck está en problemas", pensó con angustia.
Con la certeza de que Marck estaba en peligro, Elizabet presenció impotente cómo cada golpe de Vanesa caía implacablemente sobre su amigo.
"Maldición, no podré derrotarla si continúo así", lamentó Marck en su interior, consciente de la abrumadora superioridad de Vanesa en ese momento.
La situación se volvía cada vez más desesperada para Marck, quien luchaba por mantenerse en pie ante el asalto imparable de Vanesa.
***
Piso 98
En la Sala de los Dioses, Silvia continuaba espiando el video proyectado por el sistema, donde se veía a Marck peleando con Vanesa.
"¿Será que Marck logrará derrotar a esa loca?", pensó Silvia.
Dentro de la sala, los cuatro dioses observaban fijamente a Marck, como si estuvieran esperando el momento para intervenir.
"[Zeus, ya es hora, ¿no?]", habló Hercules.
"[Sigo pensando que debería hacerlo solo]", dijo Poseidón.
"[No, ya es hora. Yo le prometí, un dios siempre cumple]", declaró Zeus.
Vanesa escuchó a los dioses, pero de repente, otro administrador se hizo presente en el pasillo donde se encontraba Silvia.
"Mierda, tenía que llegar", pensó para sí misma.
"No podré ver lo último de ese jugador", se lamentó interiormente.
Silvia disimuló caminando como si no hubiera pasado nada, mientras el otro administrador se acercaba lentamente.
"Oh, hola Silvia. Nuestros señores te están buscando", dijo el administrador.
"No, solo estaba de paso. Creí que alguien estaba aquí", respondió Silvia tratando de desviar la atención.
"De verdad, entonces estaré en la puerta por un rato", respondió Silvia.
Silvia asintió mientras caminaba de forma aparentemente normal. El administrador no sospechó nada en particular y no se percató del espionaje de Silvia.
Sin embargo, lo extraño era que los dioses no se dieron cuenta de la presencia de Silvia mientras los espiaba.
"[¿Le darás la recompensa, no?]", habló Bacio.
"[Por supuesto, ya lo decidimos, así que es hora]", respondió Zeus.
Con una afirmación, Zeus señaló con su dedo hacia el video del sistema, que estaba en la pared del lado izquierdo.
Hubo un sonido sordo cuando un rayo pequeño atravesó el video del sistema que mostraba la pelea entre Vanesa y Marck.
***
Marck estaba a punto de sucumbir en la pelea cuando un mensaje apareció frente a él.
"[Zeus te ha recompensado]", anunciaba el mensaje.
"[¡Felicidades! Has obtenido una mejora de habilidad: grado calamidad]", informaba el sistema.
"Esto no puede ser real", exclamó Marck, incrédulo ante la repentina intervención divina.
Justo en ese instante, Vanesa se preparaba para lanzar un golpe devastador hacia Marck. Sin embargo, antes de que pudiera conectar el golpe, Marck reaccionó rápidamente y activó el objeto otorgado por Zeus.
"[Habilidad: Fuerza Abrumadora grado F]", anunció el sistema.
"[Se ha mejorado Fuerza Abrumadora al grado calamidad]", agregó.
Vanesa intentó golpear el rostro de Marck con toda su fuerza, pero para su sorpresa, Marck ni siquiera se inmutó ante el ataque.
Con un movimiento rápido y poderoso, Marck lanzó un golpe brutal hacia el abdomen de Vanesa, dejándola aturdida y sorprendida por la repentina explosión de fuerza.
"Justo en ese momento, la fuerza de Marck aumentó de manera abrumadora, pero ¿qué sucedió?", se preguntó Elizabet, asombrada por el cambio repentino en la situación.
El combate se intensificaba, y el destino de la batalla pendía de un hilo.
Vanesa cayó al suelo tras recibir el tremendo golpe de Marck, escupiendo sangre mientras sus ojos se abrían de par en par, atónita por lo que acababa de suceder.
"¿Cómo... cómo pasó eso?", balbuceó Vanesa, desconcertada por la repentina inversión en la situación.
"Perdiste, eso es lo que pasó", respondió Marck con calma, extendiendo la mano hacia Vanesa mientras ella yacía en el suelo, con sus manos aferradas a su abdomen adolorido.
"Pero estabas a punto de perder", protestó Vanesa, incrédula ante el giro repentino de los acontecimientos.
Marck simplemente le ofreció su ayuda. "Solo quiero que te levantes", dijo con una sonrisa reconfortante.
Vanesa, con una mezcla de sorpresa y gratitud, tomó la mano de Marck, mostrando una expresión de felicidad que podría parecer extraña para otros, pero que para ellos dos tenía un significado especial.
Mientras tanto, un mensaje resonó en la sala, anunciando el siguiente paso en la competencia:
"[Todos los jugadores restantes pasarán al piso 8]".
Los jugadores estallaron en gritos de alegría ante la noticia.
"¡Síííí!"
"¡Marck, Marck, Marck!"
Los cánticos resonaron en la sala mientras la emoción se apoderaba de los competidores, pero Breit estaba furioso por lo que acababa de suceder. La derrota de Vanesa representaba un problema serio para él, ya que los demás jugadores avanzarían sin tener que hacer nada.
Todo se debió a la apuesta que Breit hizo con Marck; si Marck ganaba, todos los jugadores pasarían la prueba, algo que definitivamente no estaba en los planes de Breit.
"Maldición, maldición. Debo deshacerme de él aquí y ahora, o los ángeles me castigarán", murmuraba Breit entre dientes, luchando por contener su ira mientras observaba la situación con impotencia.
Finalmente, Breit logró calmarse. Sabía que tenía que esperar hasta que Vanesa, Elizabet y los demás jugadores abandonaran el campo de batalla para actuar.
Con un sonido sordo, apareció el portal mientras los jugadores salían uno a uno. Elizabet salió rápidamente, y Vanesa se despidió de Marck antes de partir a través del portal por el que había llegado.
"Según lo que Vanesa me dijo, podría encontrarme con ella en el piso 30", reflexionó Marck para sí mismo.
"Supongo que la volveré a ver en unos años", agregó con un atisbo de esperanza en su voz.
Todos salieron del campo de batalla, excepto Marck y Breit. Marck era consciente de que Breit estaba tramando algo, ya que durante su pelea con Vanesa, Breit lo miraba con una expresión cargada de malicia.
Por supuesto, Elizabet también era consciente de la situación, pero sabía que no podía interferir en los asuntos de los jugadores.
"Marck, no sabes cuánto deseé estar a solas contigo", declaró Breit con una mirada desafiante.
"Lo mismo digo. Si quieres pelear, ¿por qué no lo hacemos ahora mismo?", respondió Marck, sin titubear ante el desafío.
El rostro de Breit se tensó con ira, sus venas resaltando por la furia contenida.
"Eres muy arrogante, jugador"
"Y tú eres muy molesto", contraatacó Marck con calma, enfrentándose al administrador sin vacilación.
Ambos se miraron fijamente, cada uno evaluando al otro en silencio.
"Si peleo con él, no tendré ninguna oportunidad. Pero si está penalizado, podría obtener una ventaja", reflexionó Marck para sí mismo.
Marck no tenía información sobre las penalizaciones de los administradores; era un territorio desconocido para él. Aunque estaba decidido a darlo todo en la pelea, sabía que enfrentarse a Breit sería una tarea monumental. Como administrador, era obvio que Breit tendría una ventaja significativa sobre él.
Todos los administradores habían alcanzado al menos el piso 60, lo que indicaba su formidable habilidad y experiencia. Sin embargo, no cualquiera tenía la oportunidad de convertirse en administrador; debían ser al menos más fuertes que los jugadores avanzados.
"Pero, ¿estaría rompiendo alguna regla de la torre si peleo con él?", se preguntó Marck. Sabía que las reglas de la torre debían ser respetadas, o de lo contrario, se enfrentarían a penalizaciones permanentes, incluso peores siendo un administrador.
"Jajaja, sabes, estoy ansioso por destrozarte, jugador Marck", se burló Breit con malicia.
[Nivel de jugador 99], anunciaba el sistema.
Marck miró su nivel, dándose cuenta de que solo le faltaba un nivel para desbloquear dos habilidades y obtener el legado del Dios Dragón Blanco, aunque por el momento eso era inalcanzable.
"Si tan solo estuviera en el nivel 100", lamentó Marck, consciente de que necesitaba alcanzar ese nivel para desbloquear las habilidades específicas que deseaba.
El nivel 100 transformaba por completo a un jugador, haciéndolo más fuerte y permitiéndole usar habilidades de grado DIOS, el nivel más alto y máximo.
Marck sabía que pronto obtendría las recompensas del Dios Dragón Blanco, pero primero necesitaba alcanzar el nivel 100.
"Es mejor que te mate rápido", amenazó Breit con ferocidad.
"¿Acaso tus superiores te impondrán algún castigo similar?", respondió Marck burlonamente, irritando aún más a Breit.
"¡Tú, hijo de puta!", exclamó Breit, perdiendo el control de sus emociones ante la provocación de Marck.
A pesar de su creciente enojo, Breit sabía que debía mantener la compostura, pero la continua burla de Marck dificultaba la situación.
Marck activó todas sus habilidades, preparado para cualquier movimiento de Breit.
"Espero que tenga una oportunidad..."
Marck apenas pudo terminar su pensamiento cuando un golpe tremendo y aterrador impactó en su abdomen.
*Bamn*
El estruendo resonó en el aire cuando el impacto envió a Marck volando, destrozando una montaña con su cuerpo. El golpe de Breit era tan poderoso que logró hacer añicos la roca sólida.
*Coff coff*
"Maldición, ni siquiera pude ver cuando me atacó", se quejó Marck, tosiendo mientras intentaba recuperar el aliento.
"No eres tan fuerte como pensaba", se burló Breit, acercándose lentamente a Marck, quien yacía en el suelo, sangrando y debilitado.
Aunque Marck era indudablemente fuerte, todavía no estaba a la altura de un administrador como Breit. Estaba en clara desventaja en términos de poder y velocidad.
Las habilidades de asesino de Marck eran inútiles en ese momento, ya que solo funcionaban en las sombras y no podían rivalizar con la intensa luz solar que inundaba el campo de batalla.
*Tap tap*
Breit caminó hacia donde estaba Marck, agarrando su cabello y levantándolo del suelo con fuerza.
"Eres una basura arrogante", gruñó Breit, su voz llena de desprecio.
Marck ardía en deseos de contraatacar, pero sabía que sus niveles de poder no eran suficientes para igualar a Breit.
"Si tú lo dices, pero para mí..."
*Estruendo*
Antes de que Marck pudiera terminar su frase, Breit lanzó un puñetazo directo al rostro de Marck, enviándolo volando a gran distancia, mientras observaba con deleite la escena.