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trabajo segunda parte

Trabajaré de mecánico. Fui a hablar con el dueño de un taller, pero dijo que me daría el trabajo hasta que salga de vacaciones, dije antes de que mamá se enojara más.

"¿Y se puede saber por qué quieres un trabajo? ¿Eh? ¿Acaso tú también te vas a independizar?" gritó Lois aún furiosa.

"No es eso. Es simplemente que, una vez yo ganando mi dinero, les quitaré una carga a ustedes. Piénsalo, no tendrás que comprarme más ropa, o incluso podría ayudar en la casa," dije intentando que el enojo de Lois bajara un poco.

"Vete a tu cuarto, Reese. Hablaremos mañana de esto," dijo Lois más calmada.

"Vamos, mamá. Por lo menos, piénsalo. Además de ayudar para la casa, me ayudaría a mí," dije antes de irme a mi cuarto.

Apenas crucé la puerta, mis hermanos comenzaron con las preguntas.

"Y bien, Reese, ¿qué te dijo mamá?" dijo Malcolm.

"Tú también te irás, igual que Francis," preguntó Dewey.

"Nada, solo se enojó porque me fui de la escuela y no, Dewey, no me iré," dije mientras me quitaba los tenis y me ponía mis chanclas. "Le dije que fui a buscar trabajo y que me dieron una oportunidad, pero hasta que comiencen las vacaciones," comenté.

"Tú quieres trabajar, Reese. Vaya, eso sí no me lo esperaba," dijo Malcolm.

"Bueno, ya es hora de que trabaje. Oye, Malcolm, ¿quieres ganar dinero?" le pregunté a mi hermano.

"Dewey, si no le cuentas a mamá, te compro un piano de juguete," dije mientras apuntaba a Dewey.

"Okay," fue todo lo que dijo él.

"¿Qué tengo que hacer, Reese?" preguntó Malcolm.

"Mira lo que hay dentro del sobre amarillo," le dije a Malcolm.

"Oh por Dios, Reese, ¿quién es él y por qué tienes estas fotos?" preguntó Malcolm preocupado.

"Te presento a Hank, trabajador del hipódromo, padre de 2 hijos y felizmente casado. Pero como puedes ver en las fotos, tiene una amante, una compañera de trabajo. Tu trabajo, Malcolm, será elegir al caballo ganador cada semana. De lo demás, me encargo, y claro, de lo que ganemos iremos 50 y 50 como buenos hermanos que somos," dije con una sonrisa.

"Reese, si esto funciona, será genial."

"Rayos, pero ¿de dónde sacaríamos el dinero para empezar?" dijo Malcolm.

"Ya te lo dije, yo me encargo de eso. Tú elige el caballo ganador para este viernes, y yo me encargo de lo demás," dije.

"Mañana nos iremos temprano a la escuela para entregar el sobre, ¿de acuerdo?" le dije a Malcolm.

Martes 6:30 am

Me desperté temprano y seguí mi rutina matutina. Alisté mi mochila y tomé un poco de efectivo. Originalmente, pensé en despertar a Malcolm, pero decidí dejarlo dormir 30 minutos más mientras yo preparaba el desayuno. Quería calmar el enojo de mamá, así que pensé en sorprender a todos con un desayuno especial.

Entré en la cocina y comencé a sacar ingredientes del refrigerador. Vi unos huevos frescos, un poco de jamón y queso, y recordé que había pan en la despensa. La idea de hacer unos deliciosos sándwiches de desayuno se formó en mi mente.

Primero, corté el pan en rebanadas y lo tosté ligeramente para darle ese toque crujiente. Mientras tanto, batí los huevos y los sazoné con un poco de sal y pimienta. En una sartén, derretí un poco de mantequilla y vertí los huevos batidos, revolviéndolos lentamente hasta obtener unos huevos revueltos suaves y esponjosos.

Luego, coloqué las rebanadas de jamón en la sartén para calentarlo y realzar su sabor. Mientras tanto, corté el queso en finas láminas, listo para derretirse sobre los huevos.

Finalmente, armé los sándwiches. Coloqué los huevos revueltos sobre las rebanadas de pan tostado, añadí el jamón caliente y las láminas de queso derretido. Cerré cada sándwich con otra rebanada de pan tostado y los corté en porciones más pequeñas para que fueran fáciles de disfrutar.

Con una presentación cuidada, llevé los sándwiches a la mesa, una vez habia terminado decidi irme a dar un baño

Justo terminaba de bañarme cuando decidí despertar a Malcolm de una vez.

"Hey, despierta Malcolm", le dije mientras le daba un sape en la cabeza.

"¿Qué quieres, Reese?" dijo Malcolm medio dormido.

"Te dije que hoy nos íbamos temprano. Despierta rápido y prepárate de una vez", expresé mientras terminaba de abrocharme los zapatos.

"Buenos días, mamá", dije al entrar en la cocina.

"Reese, ¿qué es esto?" preguntó Lois mientras miraba el desayuno en la mesa.

"Decidí hacer el desayuno. También es una forma de disculparme por faltar a la escuela", comenté mientras me sentaba.

"Sabes, Reese, tu padre y yo lo hablamos ayer. Te dejaremos tomar el trabajo en vacaciones, siempre y cuando termines el semestre con buenas calificaciones", dijo Lois.

"De acuerdo, mamá, eso haré. Pero te advierto de una vez, el maestro de historia me odia", mencioné.

"Sí, claro, Reese. También tu maestro de kinder te odiaba", dijo Lois un poco molesta.

"Hoy los llevaré yo a la escuela", dijo Lois.

"No es necesario, Malcolm y yo nos iremos temprano", dije.

"Sí, claro, para que te escapes de la escuela otra vez. No, gracias, yo los llevo", dijo Lois.

"De acuerdo, mamá", dije, sin querer más problemas.

"Oye, Reese, ¿cómo le entregas el sobre?" preguntó Malcolm.

"Descuida, una vez salgamos de la escuela, iré a entregarlo", le dije a Malcolm mientras entrábamos en la escuela.

"¿Qué clase tienes primero?" le pregunté a Malcolm.

"Química, y tú?"

"Creo que álgebra", dije.

"Con la nueva maestra dicen que herkabe, quiere con ella" dijo Malcolm.

"Bien, nos vemos en la salida", me despedí de Malcolm.

Había llegado a mi salón, estaba casi lleno, pero mi asiento siempre estaba vacío, lo bueno de ser un rebelde. Como todo buen problemático que era, Reese se sentaba en la esquina del fondo.

"¿Qué hay, Reese? ¿Todo bien?", me saludó un amigo.

"¿Qué hay, viejo? Me dijeron que es nueva maestra", le dije mientras nos saludábamos.

"Sí, llegó ayer. Se llama Miss Sánchez. No pienses hacer una de tus bromas, ¿verdad?" preguntó interesado.

"No creo, ya dejé eso en el pasado", dije mientras sacaba mi libreta.

"Buenos días. Tomen asiento. Soy su nueva profesora. Si no me conocen, pueden llamarme Miss Sánchez. Les enseñaré álgebra en lo que queda del semestre", dijo mientras se sentaba en el escritorio.

"Bien, tomen una hoja y pasen el resto", dijo mientras pasaba un paquete con hojas.

Un examen tan temprano por la mañana, pensé. Son unos 15 problemas. Veamos, primera pregunta....

"No fue tan difícil", pensé mientras recostaba mi cabeza para dormir un rato. Podía escuchar los pasos de la maestra caminando entre las filas hasta que llegó a mi lugar.

Pense que diria algo pero simplemente tomo mi papel y se fue.

El resto de los periodos fueron aburridos, más tarea y más trabajo, lo de siempre.

Llegó la hora del almuerzo, por fin. Ya tenía hambre, pensé mientras mordía mi hamburguesa sin sabor y masticaba mis papas fritas sin sal.

"Vaya mierda de comida", dije en voz alta.

"Si sabes cocinar, ¿por qué no te preparas un lonche?", sugirió Malcolm.

"Sí, lo sé. Será para mañana", respondí mientras seguía comiendo.

"¿Cómo te fue con la nueva maestra, Reese?", preguntó Stevie.

"Bien, pero no es tan bonita como dijo Malcolm", contesté.

"Por cierto, Stevie, tengo tu walkman. ¿Tienes los billetes?", le pregunté mientras lo sacaba de la mochila.

"Sí, aquí tienes. Gracias, Reese", dijo Stevie.

"Sí, claro, viejo. Si quieren o necesitan algo, solo díganlo. Y si traen a un cliente, les doy un descuento del 25% en la siguiente compra", agregué como todo un buen vendedor.

Llegó el final del almuerzo, unas cuantas clases más y termina el día. Desgraciadamente para mí, mi último periodo era historia.

Apenas llegué al salón, ya sentía el odio del profesor hacia mí.

"Pero miren a mi estudiante favorito que se digna en presentarse", dijo el profesor con odio en sus palabras.

"Pero, ¿cómo me perdería mi clase favorita?", contesté con tono sarcástico y una enorme sonrisa.

Esto solo sirvió para hacerlo enojar más. Jajaja, se ponía rojo del coraje.

"Toma asiento ya", dijo molesto.

Durante la siguiente hora fue un fastidio; en cada pregunta, solo me hacía contestar a mí.

Una vez terminado ese fastidio de clases, llegó la hora de salida y la hora de entegra el paquete a hank.

Estaba a punto de irme cuando me topé con Héctor.

"Oye, Reese, el viejo Michael llamó. Dice que quiere más tragaperras. ¿Qué hacemos?", me preguntó Héctor mientras caminaba a mi lado.

"Yo me encargo. Hoy tengo unas cosas que hacer por esos rumbos. Yo te llamo en la noche", le dije mientras me adelantaba en el camino.

No tomó ni 15 minutos llegar a la casa de Hank. Espero que ya esté en su casa, pensé.

Toqué el timbre. No tardó ni 10 segundos cuando alguien abrió la puerta.

"¿Sí, qué quieres?"

"¿Es usted Hank?", pregunté, tratando de fingir una voz inocente.

"Sí, soy yo. ¿Qué necesitas?", dijo Hank.

"Me pidieron que le diera esto", dije mientras le entregaba el sobre con las fotos y el video de él y su compañera.

"¿Quién te dio esto?", preguntó con un tono asustado, mirando a su alrededor buscando a alguien.

"No lo sé, señor. Solo me dieron eso y 100 dólares por entregarlo. También me dijeron que la próxima semana recibirá un paquete con instrucciones que siga al pie de la letra", dije antes de irme de ahí.

Pobre tipo, pensé, pero bueno, él se lo merece. Yo solo quiero hacer dinero.

Una vez terminado ese asunto, fui a la lavandería del viejo Michael a ver qué quería el viejo. Llegué al local; parecía lleno, se ve que le va bien, pensé.

"Reese, muchacho, ¿a qué debo la visita?", dijo Michael apenas me vio.

"Me dijo Héctor que querías unas cosas. Vine para tomar la orden", dije mientras le daba un saludo de mano.

"Ah, sí. Le hablé a él ayer por la noche. Con estos pocos días ya saqué para otras máquinas", dijo con una sonrisa.

"Bueno, pues, adelante. Dime cuántas quieres. Ahora fui yo el que contestó con una enorme sonrisa".

"Jajaja, maldito avaricioso. Vamos a hablar a la oficina", dijo mientras se reía.

"Claro, vamos", dije mientras sacaba mi pequeña libreta del bolsillo trasero.

"Bien, voy a ir al grano. Quiero más tragaperras, pero que sean diferentes, ¿me entiendes?"

"Sí, claro, te entiendo, pero por ser de diferentes diseños y temáticas puede costar más, ¿eh?", le dije a Michael.

"Sí, sí, está bien. El dinero no es problema", dijo como si nada.

"Te puedo vender las que quieras, pero el problema es que tu sótano es muy pequeño. Necesitas un lugar más grande. ¿Ya tienes un lugar en mente?", le pregunté a Michael.

"Sí, sí, ya pensé en eso. También estoy rentando un edificio con suficiente espacio para todo eso", dijo Michael.

"Bien. ¿Qué te parece si, además de las tragaperras, te llevas unos sistemas de sonidos para que tengas un poco de música? ¿Te parece una mesa de póker o tenías algo más en mente?", dije mientras anotaba algunas cosas en la libreta.

"Sí, tenía pensado eso. Unos sistemas de sonido también. Escuché que están saliendo al mercado unos televisores completamente planos. ¿Crees que puedas conseguir unos?", preguntó Michael, dudoso.

"Sí, claro, no hay problema. Yo lo consigo".

"Bien, entonces, ¿qué te parece lo siguiente? Ocho tragaperras de diferentes diseños y temáticas a 4,500 cada una, una mesa de póker 2500 por ella, cinco pantallas planas. Dependerá del tamaño que las consigas, pero 1500 dólares por cada una, ¿te parece? Y el sistema de sonido ese ya lo tengo. 3000 dólares. Te lo puedo instalar mañana por la tarde si quieres. En total, serían 43,000 dólares", dije mientras anotaba todo en la libreta.

"¿Te parece bien? ¿Quieres agregar algo o quitar algo?", le pregunté a Michael.

"No, está bien. ¿Cuándo tarda en llegar?", preguntó.

"Si lo encargo mañana, puede que llegue a principios del próximo mes", le dije a Michael.

"Bien. Como los tratos antiguos, te pago la mitad ahora y la mitad una vez me entregues las cosas".

"Sí, así es", dije mientras le pasaba la mochila para que metiera el dinero.

"Bien, un placer hacer negocios, viejo. Mañana te mando a alguien aquí para que les digas dónde te instalarán el sistema de sonido, ¿de acuerdo?", le dije mientras me ponía de pie y salía de la oficina.

"Sí, lo mismo digo, Reese. Nos vemos luego", dijo Michael.

La tercera parte mañana o en una semana 🤣🤣🤣🤣

Mañana lo reviso por si me equivoque en algo buenas noches.