61. Vivir juntos (2)
—¡Toc! Después de que cerraron la puerta del cuarto de Anna, Kitty giró su cuerpo y estiró las garras en dirección a Dylan.
Sin embargo, él fue más rápido ya que puso a Kitty en el sofá y evitó la garra del gato.
—Te faltan 10 años para arañarme, Kitty —Dylan tocó la frente del gato. Kitty intentó arañarlo de nuevo pero la mano de Dylan era muy ágil y evitó la garra acercándose del gato.
—¡Maullido! —el gato sonó afligido.
Kitty pudo entender algo del habla de los humanos gracias a que Dylan le hablaba con los años. Sabía que Anna le había ofrecido quedarse en su habitación hace poco, pero este maldito humano no estuvo de acuerdo.
Así que, Kitty estaba mirando fijamente frente a Dylan.
—No puedes hacer nada aunque me mires con esa cara —Dylan resopló al gato—. ¿Crees que Anna te prestará más atención solo porque eres un gato?
Kitty revoleó los ojos y se acuclilló en el sofá.