Soy la Villana en el Apocalipsis
La anticipada fiesta de compromiso se convierte en el anuncio de una ruptura y un aviso de expulsión de la casa. En un solo día, Anna perdió todo. Por accidente, activó un espacio y tomó las provisiones del negocio para vengarse. Pero, ¿quién hubiera pensado que vendrían desastres naturales? El mundo está cambiando y los recursos se vuelven escasos. Entonces, el estilo de pintar cambió. Mientras otras personas se desesperaban por encontrar algo de comer, Anna seguía cocinando en casa. Cuando otras personas luchaban por comida, Anna yacía en su cama mientras picoteaba sus patatas fritas favoritas. Cuando otras personas se esforzaban por conseguir algo de agua, Anna estaba cómodamente acostada en su bañera. Los parientes vinieron a la puerta pidiendo ayuda. Anna solo los miró fríamente y escupió: —¡Largo de aquí! Su ex prometido también vino, pidiendo reconciliación y amor. Su nuevo hombre lo echó de la puerta y la cerró de un portazo. Luego miró a Anna con una mirada de lástima —Esposa, ¿ya no me quieres? Soy fácil de mantener. Anna miró al hombre que parecía un cachorro y lo acercó con una sonrisa en su rostro. ... Fue solo más tarde que se dio cuenta de que el cachorro en realidad era un gran lobo feroz... ¡Pero las mercancías no podían devolverse! … Notas: la portada es una imagen de IA. Solo la edité un poco.
41. Disposición del Agua
Terminaron rápidamente su cena y empezaron a discutir sobre el uso del agua.
—Aunque todavía tengamos suficiente agua, realmente deberíamos reducir nuestro consumo de agua —Dylan les recordó a los demás.
Marcos asintió. —Para beber, tendremos suficiente para el próximo mes o dos. Pero si tenemos que bañarnos u otras cosas, definitivamente no será suficiente.
—¿No podemos tomar el agua de lluvia? —preguntó Lucía.
—No es imposible, pero no puedes usarla directamente porque quién sabe qué contiene si la recoges después de que caiga en el techo, pared o demás. Y no sería fácil obtener agua limpia a menos que estés en la azotea —Anna negó con la cabeza.
Lucía miró a Anna sin palabras. —En momentos como este, seguro puedes usar bien tu cabeza.
Anna: "..." No soy estúpida, gracias.
—¿Y el inodoro? —preguntó Lucía.
Gesperrtes Kapitel
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