Dolor… no, era una sensación diferente. Una horrible sensación que me apretaba fuertemente en mi pecho.
Pese a que mi corazón latía salvajemente, sentía que podía detenerse en cualquier momento.
Moví mi cuerpo lejos de ese lugar. No. Lo correcto sería decir que mi cuerpo me movió de allí. Había huido, y no dejaba de correr. Tal como lo estuve haciendo la primera vez que llegue aquí.
Trataba de respirar, pero el oxígeno no llegaba a mis pulmones. No sé qué tanto corrí, pero me alejé lo suficiente como para ni siquiera vislumbrar el aquel callejón.
"¡Arghh!"
Era una sensación de ardor, la sentía quemando fuertemente mi pecho.
Finalmente, ya no podía mantenerme en pie, mis piernas cedieron y caí desde un edificio.
"Argh… "
Me amarre los dientes. Empecé a contorsionarme por el dolor, mientras arrancaba mi ropa como podía, tratando de entender que pasaba. El aire me empezó faltar, trataba de respirar y calmarme, pero no podía.
Mierda, está pasando de nuevo, ¡Es otro ataque!
Habían pasado más de dos semanas desde mi último ataque, ¿Por qué demonios me está pasando esto ahora?
Trate de sostenerme sobre algo, me resulto imposible. Estaba a punto de vomitar mi desayuno, de no ser porque me lo trague del miedo, lo cual fue aún más asqueroso.
Mire mi pecho, no había nada, revise mi cuerpo, estaba intacto incluso después de caer de un edificio. Pero, aun así, sentía una fuerte punzada en mi corazón, se sentía como si me estuvieran cortando con un cuchillo caliente.
Recuerdo esa sensación. Esa maldita, perturbadora y horrible sensación. La sensación de ser perforado por una bala.
Empecé a sudar frio, recosté mi cuerpo sobre una pila de basura y cartón, mientras las imágenes de los recientes sucesos volaban por mi cabeza.
Con mi cuerpo sobrehumano esquivar una bala no era un problema, fácilmente podía vencer a alguien armado sin sudar. Aun así… corrí de allí.
Yo… tenía miedo.
Tengo miedo de morir, otra vez.
No solo eso, obviamente tengo traumas encerrados. Como estudiante de psicología sé que la única cura para enfermedades así es enfrentar los problemas, no dejarlos estar. Aun así, los estuve ignorando.
"¡Maldita sea!"
En un arrebato de ira golpe la pared más cercana, esta se agrieto. Estaba molesto, demasiado molesto. Estaba enojado con mi situación actual, ¡Yo no pedí morir!
Y, de todos modos, con quien estaba más enojado, era conmigo mismo.
"Maldición…" Gabriel chillaba mientras apretaba los dientes.
Toqué mi pecho desnudo, sentí mi corazón, la sensación fría de mi piel contrastaba con el ardiente y violento latir de mi corazón. Sentí dolor, en el mismo lugar donde la bala impacto y perforo mi corazón, arrebatándome la vida.
En mi mente, se repetían los últimos momentos de lo que alguna vez fue mi vida. Cada detalle se exponía vívidamente, iba y venía como un destello de luz.
Recuerdo los momentos previos a mi asesinato.
Mis palabras de súplica y piedad.
Mis aullidos de dolor y auxilio que fueron ignorados, y finalmente ahogados y silenciados por mi propia sangre que subía por mi garganta.
Recuerdo la resolución y voluntad en mis últimos momentos de vida, el cómo trate desesperadamente de aferrarme a la vida con uñas y dientes.
Finalmente, parecía que Gabriel estallaría en otro arrebato de lágrimas y gritos, pero algo cambio. Algo fue diferente esta vez.
"Tch…"
Gabriel apretó fuertemente sus manos, tomo su puño y lo elevo hacia cielo, casi como si lo estuviera retando.
¡Desafiando al mundo mismo!
Los ojos son la ventana al alma, tienen razón. En los ojos de Gabriel se reflejaban mil emociones, rabia, ira, miedo, ansiedad, preocupación, pero todas ellas se veían aplacadas y opacadas por un firme y fuerte destello de voluntad.
Finalmente, Gabriel rugió con todas sus fuerzas, un increíble y masculino grito primal hizo eco en todo el callejón, y resonó por toda la cuadra.
Es probable que haya despertado a muchas personas, pero a Gabriel no le importaba.
"Esta es mi resolución."
Basta de huir y esconderse, ya estoy harto de llorar, ya estoy harto de correr.
No pude protegerme a mí mismo, no pude proteger mis metas, mis sueños o ideales. Nada de eso importa, fui débil y por eso morí.
Ahora que tengo el poder para ser más fuerte, ¿me quedare agachado, llorando en un rincón, me mantendré huyendo toda mi vida?
¡JAMAS!
No volveré a morir, no volveré a sentirme indefenso. Esa sensación de debilidad, ¡Hare que desaparezca!
Y si para eso debo invertir, 100 o ya sean 1000 puntos en fuerza, ¡Que así sea!
A partir de ahora, solo caminare hacia adelante. Lo que fue o lo que pudo ser, ya no es importante, ya no me es importante. Con o sin miedo, ¡seguiré avanzando! lo que se me ponga en frente, lo destruiré.
Y para eso, debo ser más fuerte.
"¡Sistema!" Gabriel grito, y el cuadro de texto flotante con el que estaba familiarizado apareció ante él.
Pero antes de que pudiera hacer algo, empezó a oír sonidos extraños, probablemente provenían de los residentes del lugar. Gabriel había hecho mucho ruido. Antes de que las cosas se pusieran ruidosas, se puso su ropa otra vez y se desvaneció entre la noche, rumbo a su apartamento.
Le tomo un tiempo viajar de nuevo al distrito Central, pero cuando llego, fue directo a su hogar y se encerró con llave. Tenía mucho en que pensar.
.
.
.
Esa noche llego a casa y cayo dormido, en la madrugada tomo una rápida ducha y fue a trabajar.
Mientras caminaba sin rumbo, no sabía que pensar, solo se quedó en silencio, su mente estaba vacía y su interior parecía tener una calma imperturbable. Como si los eventos de ayer hubieran sido no más que sueños, o pesadillas.
En el camino hacia el salón de clases, saludo a los mismos colegas de trabajo, vio a los mismos alumnos, entro por la misma puerta. Mucho cambio, y a la vez nada lo hizo. El tiempo sigue avanzando, es hora de dejar el pasado atrás y avanzar con él.
Esta reflexión, volvió más fuerte a Gabriel, no físicamente, pero si fortaleció su espíritu y reforzo su voluntad.
Era su resolución, una resolución para hacerse más fuerte y no quedarse atrapado en la debilidad.
"Haa…" Suspire cansado.
He vivido mucho estos días, he vivido más experiencias de las que una persona normal debería vivir, pero el reloj sigue avanzando. Y por primera vez, en mucho tiempo, siento que soy capaz de avanzar también.
Nunca fui una persona que se obsesionara mucho con el pasado, tarde o temprano superare esto, y esta vez estoy hablando en serio. Pero ahora, me enfocare en más cosas.
Debo hacerme más fuerte, es una necesidad. Cualquier miedo o sentimiento negativo desaparecerá siempre y cuando me vuelva más fuerte.
Era una idea muy cerrada, pero no del todo incorrecta.
La fuerza no soluciona todos los problemas, pero ciertamente soluciona la mayoría de ellos.
Mientras estaba en conflicto con mis pensamientos.
Una voz tan meliflua y agradable llego a mis oídos, sacándome de mis pensamientos.
"Buenos días profesor." Una cabellera roja entro en mi rango de visión.
Era la señorita grey, con su característico brillo que purifica alma.
-Ahh, siento como la pena y el dolor abandonan mi cuerpo.-
Mi estudiante tenía una sonrisa tan pura e inocente que podía aliviar el estado de ánimo a cualquier adulto y enamorar a cada joven adolescente.
-Sip, definitivamente soy afortunado, muy afortunado. Okey, debería callarme, antes de que el FBI entre por mi puerta.-
En cualquier caso, Jean es muy amable, sobra decir que es mi alumna favorita, mi alumna estrella es la señorita stacy.
-Kuhum Kuhum- Estoy hablando de más.
En cualquier caso, le devolví el saludo.
"Buenos días Jean, veo que esta tan animada como siempre."
Ella solo se rio con timidez.
"Ji ji, tal vez es porque es mi clase favorita después de todo."
-¿En serio?- Por alguna razón, me sentí extrañamente orgulloso en este momento.
"Hmm, y jean, ¿Cómo se han sentido en la escuela, tu y el señor summers? ¿Se han adaptado bien al ambiente aquí?" Tenía sincero interés y preguntaba con honestas intenciones, sabía que Scott y Jean fueron transferidos desde otro lugar.
¿Con que motivos Xavier mando a sus alumnos estrella a otra institución? No tengo idea, conociendo la suerte que tienen los X-men, probablemente no sea nada bueno y termine muy mal, por eso… no puedo evitar preocuparme, son mis alumnos, al fin y al cabo.
Me preocupa que les sea difícil encajar por aquí, estos últimos días he estado desarrollando esta especie de 'amor de maestro' y he empezado a preocuparme mucho por los estudiantes.
No solo por Jean y Scott, he tratado de familiarizarme con los demás chicos y chicas, hayan tenido papeles importantes o no. No voy a dejar de lado a alguno de mis estudiantes solo porque su nombre no haya sido mencionado en las páginas de un comic de superhéroes.
Como Maestro trato de acercarme a mis alumnos, a todos ellos, trato de ayudarles en lo que puedo o solo compartir una pequeña charla y aprender algo más sobre ellos.
El hecho de que ellos hayan sido solo extras en un comic, no me da el derecho para ignorarlos ahora que este mundo es la realidad.
"Scott y yo hemos estado muy bien profesor, gracias por preguntar."
"Oh, ¿es así? Me alegro."
"Si, en realidad todos han sido muy amables conmigo, he hecho algunos amigos incluso, la escuela sigue siendo un infierno, pero el tiempo libre lo compensa. Yo… siento que no me he sentido tan normal en mucho tiempo."
"¿Mhm?"
Jean se dio cuenta de lo que dijo y rápidamente trato de explicarse, mientras movía las manos alocadamente.
"A-Ah, yo, no, ah, olvidé lo que dije…"
"Está bien, Jean."
"¿Eh?"
Mis palabras sorprendieron a Jean.
"Sinceramente, estoy feliz de que tu y Scott sean capaces de encajar aquí, se lo que se siente cambiar de entorno repentinamente, créeme, lo sé."
Ciertamente, se cómo es que te alejen de tu hogar y de tú pueblo natal.
"¿Eh? ¿El profesor no es de aquí tampoco?" Jean me pregunto con ojos llenos de curiosidad.
"Algo así, soy de Manhattan." Le respondí.
En realidad, soy de México, pero este Gabriel nació y creció en los Estados Unidos, por lo que tiene la ciudadanía, de hecho, los padres de… Es decir, mis padres también tienen la ciudadanía, mi madre en esta vida era latina y mi padre estadounidense de nacimiento.
En cualquier caso.
"Ciertamente, es raro para un hombre que se crio y nació en Manhattan venir hasta Queens a trabajar de repente, nunca imagine salir de Manhattan en toda mi vida. Hay algunas veces que es molesto, ir y venir no es barato, y resulta cansado lidiar con este inconveniente. Por eso creo que puedo entenderla un poco Señorita Grey."
-En realidad, puedo entenderte más de lo que crees Jean.- Pensé.
Volviendo a la conversación.
Jean escucho las palabras de Gabriel detenidamente, y después sonrió.
"¿Es así? Gracias." Ella dijo, su deslumbrante sonrisa, acompañada de sus brillantes perlas blancas, llenaban de calidez el corazón de Gabriel, de buena manera.
Gabriel solo sonrió en respuesta, y así jean y Gabriel compartieron un intercambio de sonrisas amigables durante unos segundos.
Pero repentinamente, Jean noto algo extraño.
"Disculpe profesor, ¿No creció un poco?"
"¿Mhm? ¿A qué se refiere?"
Gabriel se mostro confundido unos instantes, en respuesta Jean ladeo la cabeza con duda.
-Ahora que lo pienso… - Los hombros de su profesor parecían ser más anchos de lo que recordaba, incluso la grasa de bebe en sus cachetes había desaparecido, siendo reemplazada por un cuadrado mentón.
Cualquier otra persona no lo hubiera notado a simple vista, pero Jean convive lo suficiente con su profesor como para darse cuenta.
"¿Ha estado haciendo ejercicio? Parece que esta mas alto. ¿Los hombres siguen creciendo después de los 20?"
Incluso se acerco a su profesor y comparo estaturas, poniéndose de puntillas, para resaltar la diferencia.
"Ahh… " Fue cuando la cabeza de Gabriel hizo click. Había olvidado ese detalle, pero como crecer un poco y tener un cuerpo tonificado repentinamente, aunque ciertamente era extraño, no era algo por lo que hacer un gran problema, no estaba nervioso para nada. Sin darle vueltas al asunto, simplemente le dijo que sí.
"Ciertamente, he estado ejercitándome los últimos días y he estado llevando una dieta especifica." Contesto sin muchos problemas.
Jean lo miro con duda en sus ojos y trato de descubrir si estaba mintiendo, pero no descubrió nada, porque realmente Gabriel no había mentido.
Los cuerpos humanos no eran bandas elásticas. No se estiraban así en unos pocos días. Mientras sacudía la cabeza con incredulidad, Jean decidió dejar el asunto… por ahora.
Ciertamente era raro cambiar de la noche a la mañana, pero no era algo para hacer un gran escándalo. Jean seguía teniendo sus dudas sobre el asunto, pero como su profesor ya le había respondido y no sintió que estuviera mintiendo, no tenía razones para continuar.
Mientras cada una de las partes se había hundido en sus pensamientos, una cabellera rubia entro por la puerta del salón y camino hacia ellos, mas precisamente hacia Jean Grey.
Era Gwen Stacy.
"Oh, hola Jean." La amable chica rubia saludo a su amiga cálidamente, Jean respondió de la misma manera con una sonrisa.
Empezaron a hablar de cosas juveniles, que por obvias razones no me incumben, así que no me inmiscuiría en sus intercambios, estaba listo para ir a mi escritorio cuando por alguna razón me volví el tema de la conversación.
"Oye Gwen, ¿No crees que el profesor Gabriel se ve un poco diferente hoy?"
"¿Huh? ¿Qué quieres decir Jean?" Le pregunto claramente confundida.
Cuando Gabriel estaba a punto de sentarse sintió un escalofrió en su espalda y se dio la vuelta.
"Ahora que lo pienso, ¿El profesor no se ve más alto, o es mi imaginación?"
-Mierda.- Pensó.
"Si, ¿verdad? Pensé que solo era yo, pero ciertamente el Profesor ha cambiado un poco, ¿no?"
"¿De verdad?"
Stacy se mostro escéptico y a la vez curiosa, acercándose a su profesor se puso de puntillas y trato de comparar alturas.
"Woah, ciertamente el profesor se ve más alto que la última vez e incluso su cuerpo se ve más atlético, ¿Algún tipo de ejercicio, tal vez?"
En eso, otro estudiante con unas gafas excéntricas entro por la puerta, era Scott Summers.
"Oh Jean, te he estado buscan- " Scott parecía haber estado buscando a Jean desde que llegaron. Pero antes de que terminara lo que estaba apunto de decir, Jean lo interrumpió.
"Oye Scott ven aquí."
"¿Eh? Okey." Summers ni siquiera pregunto, solo hizo lo que Jean le pido. Nadie podría decir si esto es confianza a base de amistad o estupidez causada por amor.
Entonces Jean le pregunto. "Oye Scott, ¿No crees que el profesor se ve diferente hoy?"
"¿Eh?" Scott se quedo confundido un momento, giro la cabeza hacia Gabriel y lo observo detenidamente.
"Ahora que lo pienso el Maestro Gabriel se ve mas alto." Dijo.
"¿Verdad que sí?" Chillaba Jean felizmente, por tener razón.
En eso mas alumnos comenzaron a llegar y Gabriel obligo a sus alumnos a ir sentarse. Jean y los demás hicieron caso, y caminaron hasta sus asientos. Gwen tenia la mente tranquila y Scott estaba normal. Gabriel pensaba si debía ser mas estricto con sus alumnos, entre otras cosas.
Pero los pensamientos de Jean eran diferentes, este cambio repentino, aunque no es motivo para alarmarse, reforzo la idea de Jean sobre que su Maestro de Matemáticas es un mutante… sin ofender.
Previamente tenia la idea de que su Profesor de Matemáticas podía ser un mutante o estar relacionado con algún telepata. Llego a tal conclusión después de intentar leer su mente y fallar en el proceso.
Fue como si alrededor de su Maestro hubiera una neblina invisible e impenetrable que bloqueaba el acceso a su mente.
Después de fallar una vez, Jean sintió que algo andaba mal y lo intento varias veces más, sin ningún éxito. Al ver que no hubo ningún resultado dejo de intentar meterse en la mente de su Profesor.
En realidad, si no fuera por que había algo que noto raro en su manera de enseñar, Jean no se atrevería a entrar en la mente de alguien sin su consentimiento. Es un tabú para ella y cualquier otro telepata que no abuse de sus poderes, no lo considera moralmente correcto.
Después de considerar la posibilidad de que su Maestro fuera un mutante o estuviera afiliado a algún telepata, Jean comento esto con el Profesor Xavier en la Mansion de los X-men.
A lo que el Profesor Xavier contesto que era imposible. Si hubiera algún mutante que hubiera despertado sus poderes, y más aun, un telepata, el Profesor Xavier lo habría sentido. Aun así, le sugirió a Jean y a Scott mantener un ojo puesto sobre este Maestro de matemáticas suyo.
Scott no le dio mucha importancia, pero Jean se tomo esta tarea en serio. Con un nivel de seriedad que era muy adorable.
Después de descartar la posibilidad de que Gabriel sea un mutante, Jean empezó mantener pequeñas conversaciones con el después de las clases. A veces preguntaba algo sobre la clase, otras veces sobre algunas dudas que tenía, poco a poco empezó a dejar de lado sus sospechas y solo trato de mantener una relación cordial y amable con su profesor, después de verificar que no había nada raro.
Y así paso los últimos días, su profesor solo era demasiado amable y respetuoso, no encontró nada sospechoso o malo con él, al punto de que era demasiado normal. Incluso algunas veces, cuando hablaba con el de las cosas mas triviales, por alguna extraña razón se sentía escuchada y comprendida, de una manera que no pudo sentir antes, mas que con el Profesor Xavier.
Esto solo fortaleció su idea de que su Maestro era solo un buen y respetable hombre muy común (de apariencia).
Pero el repentino cambio de su Maestro de la noche a la mañana, hizo que Jean sintiera que había algo extraño otra vez.
¡Y ella descubriría que es!
.
.
.