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Sobreviviendo al fin del mundo en Latinoamérica

El caos se desato en todo el mundo, múltiples brechas dimensionales se han abierto y de ellas monstruos han invadido la tierra. Los intentos de defensa han fracasado y tratando de sobrevivir en latino américa un lugar donde los corruptos y criminales abundan se encuentra Leo un estudiante de ingeniería que era bombero voluntario con múltiples cicatrices mentales y una gran determinación se enfrenta al mundo para proteger a los que ama.

EXCALIBUR_st · Fantasie
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Capítulo 54 – Mujeriego

Julia: ¡Sientes algo por Alejandra y por Sonia! ¡Lo he estado sintiendo desde ya un tiempo! ¡Te atraen! ¡Sobre todo Alejandra!

Leo: No es lo que crees. Yo solo te a amo a ti y a Leila.

Julia: ¡No me lo niegues! ¡Compartimos un vínculo!

Leila: Ella tiene razón. También he estado sintiendo esas emociones que tienes con esa mascota tuya~

Las palabras de Leila y Julia me hicieron pensar mucho sobre mis emociones por Alejandra. Pero por más que lo hice solo pude llegar a un solo resultado que expresé en voz alta.

Leo: Esos no son mis sentimientos.

Julia: ¡Entonces de quien son! *Sob

Leo: Son del hobgoblin, ella no me interesa particularmente. Julia concéntrate en nuestro vinculo y compruébalo. Comprueba que mis palabras no son mentiras o vacías.

Julia: ¡Ya sé que son verdad! ¡No necesito que me lo digas! ¡No quiero que el hombre al que amo este con otras mujeres!

Leo: Yo…

Leo: ¡Yo solo estaré con ustedes dos el resto de mi vida! ¡Así que por favor déjame entrar!

Julia: ¡No! ¡No te creo!

Julia verdaderamente estaba muy enojada. Debería de pensar en algo para tratar de calmarla. Pero ¿Qué podía usar para tranquilizarla un poco?

Leo: Julia

Julia: ¡Que!

Saque del inventario un litro de helado de fresa y dije.

Leo: Toma tu helado de fresas favorito.

Julia quito el seguro de la puerta y se asomó ligeramente. Saben el dicho de que aun hombre se lo conquista por el estómago se aplica también a mujeres. Sobre todo, con glotonas como Julia.

Julia extendió su mano e intento agarrar el helado. Sin embargo, no la deje ya que la agarre la muñeca y entre a la habitación.

Julia: ¡Mentiroso! ¡Mujeriego!

Me senté en el piso junto a Julia que tenía su rostro metido entre sus rodillas. Rodeé mi brazo y le di un abrazo sin sacarla de la posición en la que estaba. Me acerqué a su oído y dije.

Leo: No tengo intenciones de conseguir otras mujeres. Te amo Julia. Quiero que seas la madre de mis hijos, que envejezcamos juntos, que cuando tengamos ochenta años y parezcamos pasas arrugadas nos sigamos observando el uno al otro como si tuviéramos veinte.

Julia: ¿Me querrías si fuera un gusano? *Sob ~

Sus palabras me sacaron del momento serio en el que estaba. Esto era algo que no había visto antes en su comportamiento. Estaba entrando en el terreno de sus inseguridades. Un lugar donde las mujeres se pierden muy fácilmente y que muchas nunca pueden encontrar la salida de ahí.

Leo: Te querría, aunque fueras un gusano.

Julia: ¿Cómo sabrías que soy yo? *Sob~

Leo: Porque serias el gusano más lindo de todos.

Bese su mejilla y le sobe la espalda. Tras mis caricias finalmente levanto su rostro.

Julia: Quiero mi helado. *Sob~

Le pase el litro de helado, pero se negó a comer por su cuenta. Por lo que saqué una cuchara y empecé a darle de comer en la boca yo mismo. Mientras comía su helado estaba llorando al mismo tiempo y riendo.

Julia: Háblame más de nuestro futuro juntos~

Empecé a hablar con Julia de como encontraríamos un lugar apartado de los monstruos donde podamos tener los hijos que queramos. Nos levantaríamos tardes y dormiríamos abrazados y de cucharita. Que cuando se levantara ya le tendría su desayuno hecho y que la trataría como una reina.

Julia dejo de llorar y empezó a sonreír.

Leila: Falto yo en tu historia tienes que consentirnos a ambas~

Las palabras de Leila hicieron que a Julia le palpitara una vena sobre la frente.

Julia: ¡Déjame ser consolada como una chica normal solo por una vez!

Me empecé a reír y dije.

Leo: Por supuesto que te consentiré también Leila, pero ¿Los artefactos mágicos ancestrales pueden comer?

Leila: Si podemos si quisiéramos~

Empezamos a reír esta vez entre todos haciendo que el estado de ánimo de Julia se calmara.