—Felberta Alveye, ¿estás dispuesta a ser mi mujer con todo tu corazón?
—¡Tú desgraciado
Joyab estaba a punto de estallar de ira al oír lo que dijo Nux, sin embargo, Felberta levantó la mano, señalándole que se detuviera.
—Joyab, hoy terminaremos temprano —ordenó Vizconde Felberta.
—Pero Vizcon
—Joyab, hoy terminaremos temprano —repitió Vizconde, su tono fue más estricto que antes.
Joyab apretó los dientes antes de lanzarle una mirada fulminante a Nux, quien desde el momento en que entró a la habitación, lo trató como si fuera aire. Entonces Joyab hizo una reverencia antes de dejar la oficina, sin embargo, se sentía muy decepcionado.
No tenía ni idea de qué tipo de magia había usado ese Juguete de Chico en el Vizconde. ¡No solo eso, ahora incluso se había atrevido a decir algo tan ultrajante en su cara! ¿¡Cómo se atreve!?
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