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Capitulo 3.

POV JOE

Me encuentro de vacaciones en Cancún, una playa de México; después de que la última misión estuvo bastante complicada decidí tomarme un tiempo libre para mí.

Pero como lo bueno no dura mucho, justo en el momento mas agradable a este idiota se le ocurre marcar.

- ¿Qué quieres Jake? – respondo molesto

- ¡Hola Joe!, te tengo una misión – responde tan tranquilo

- Estoy de vacaciones – haciendo énfasis en la última palabra, a ver si así le cae el veinte – envía a otro.

- Se que prometí no molestarte, pero no tengo a nadie en que confié más que en ti para esta misión – volteo los ojos al escuchar su respuesta.

- ¡Por dios! No me vengas con tonterías – me rio sarcásticamente, este creo que soy tonto a que – tienes a hombres más experimentados que yo.

- Lo sé, pero no se trata de experiencia, se trata de confianza – se escucha un silencio del otro lado de la línea – necesito que seas el apoyo de uno de mis mejores agentes y que te asegures de traerlo de regreso – pero antes de que pueda decir algo continúa con su movimiento más bajo – Además me debes un favor y necesito que me lo pagues ahora.

Sabía que iba a recurrir a esa artimaña sucia de cobrarse ese maldito favor, pero con eso qué más puedo hacer que aceptar.

Lo único que no entiendo es porque, me quiere para cuidar la espalda de ese tipo. ¡Por supuesto! Debe ser el hijo de alguien importante, sino porque se habría gastado el cartucho de favor en esto.

- Está bien, tomaré el siguiente vuelo a Chicago – corto la llamada antes de que se le ocurra decir algo más.

Jake no es de los que se quedan las cosas, así que, como no lo dejo hablar me envía un mensaje.

[Te veo mañana en el punto de salida a las 800 horas, no llegues tarde]

Leo el mensaje y decido no responder, revisó los vuelos con destino a Estados Unidos, veo que hay uno en la noche con el que llegaré a la hora acordada, así que lo compró y decido disfrutar mis últimas horas en esta maravilla. Pido una bebida más y admiro lo cristalina del agua de la playa, el azul de los cielos en el cual apenas se logra ver una que otra nube blanca.

***

Después de mi regreso a Chicago, decido descansar un poco antes de ir al lugar señalado. Después de dormir me preparo y voy al punto de extracción a encontrarme con el idiota de Jake.

Cuando llego, veo que él ya se encuentra ahí y conversa con el piloto.

– Ya pueden dejar de llorar por mi – me acerco y saludo a ambos hombres - ¿A quién hay que cuidar?

- Me alegra que estés aquí Joe y no debes cuidar a nadie, solo ser su apoyo, su respaldo y traerla viva ¿entiendes? – Responde Jake

¿Viva? Entonces se trata de una chica, pero si por teléfono se refirió a un ''él''… pienso y creo que tal vez escuche mal, estaba a punto de interrogarlo cuando se escucha el sonido de una moto afuera del lugar.

Me puse en guardia y llevé mi mano hacia donde tenía mi arma escondida.

¡Tranquilos! Llego la caballeriza – se ríe, está bastante divertido el idiota.

En eso volteo y es una chica… ¿En serio? Pero si es una nena, aunque debo reconocer que es una nena demasiado buena.

- ¡Buenas noches, Señores! – dice la nena al entrar.

Quiero responder su saludo, pero esos hermosos ojos verdes me hipnotizaron en cuanto los vi, estoy hecho un idiota por lo que solo asiento con la cabeza.

– ¡Buenas noches, An! – la saluda Jake – Señores les presento a An, ella será la encantadora de leones – él ríe, pero yo solo volteo a verla a ella y sin poder evitarlo me mojo el labio – An te presento a George el piloto y él es Joe tu compañero.

– Es un placer señorita – estiró la mano para saludarla y no me regresó el saludo, así que bajo la mano llevándola a mi bolsillo.

Jake nos hace entrega de unos papeles donde nos detalla cuál va a ser la identidad que vamos a adoptar, debemos memorizar y destruirla para evitar que caiga en las manos equivocadas y nos descubran.

La observo y antes de ver quien va a ser en los próximos días o tal vez meses, bueno el tiempo que nos lleve esto, ella pregunta a dónde viajaremos, una pregunta como cualquier otra, pero se tensa al escuchar que es a Colombia, Jake trata de tranquilizarla diciendo que ''sus vidas no se volverán a cruzar''.

A que se refiere, ¿Por qué le preocupa ir a Colombia? ¿Cómo que, está muerta? No sé, esto no me agrada y si interfiere con la misión debo saberlo.

– ¿Sucede algo que deba saber? – pregunto.

– No es nada – responde fríamente Jake.

Su respuesta no me tranquiliza, su 'no es nada' siempre suele tener un mundo de dificultades, pero sé que no obtendré otra respuesta así que no insistió.

Nos avisan que debemos partir y recibimos unas breves indicaciones para nuestra llegada a Colombia. El vuelo es tranquilo, ella se sienta retirada de mi lugar y solo la observo a la distancia.

Se ve tan tranquila, segura de sí misma y me pregunto cómo rayos es que está en esto, digo la paga no es mala, pero se ve tan joven, dulce como para que viva en un constante peligro.

Por fin llegamos a Bogotá, no supe a qué hora me quedé dormido… Lo último que recuerdo es su imagen sentada con los ojos cerrados. Cuando bajamos nos encontramos con nuestro enlace.

- Bienvenidos a Bogotá, pueden llamarme Jen – nos dice la chica al acercarse a nosotros.

Le regresó el saludo cordial y nos dio indicaciones, la verdad es que todo este rollo del protocolo de bienvenida me aburre, así que no prestó más que la atención necesaria y respondo solo necesario y de forma simple.

Nos subimos al coche que nos asignaron, hacemos más de una hora de camino cuando llegamos a lo que será nuestra casa mientras dure esta mierda. Su voz llama mi atención cuando ella dice – No está mal – ahí es cuando presto atención a la casa, en realidad es bonita tal vez acogedora, pero da igual, no estamos de vacaciones.

Me dirijo a la cochera para tomar las identificaciones y los documentos que necesitamos para nuestros personajes en esta misión.

Tomó los sobres y examinó el auto, antes de entrar a la casa revisó el perímetro y creó un plan mental de algunas ideas o acciones de lo que debo hacer para reforzar nuestra seguridad por si algo sale mal.

Una vez que entro me dirijo a la cocina y me siento en la barra para empezar a revisar mis papeles. Cuando ella entra a la cocina toma los suyos y empieza a revisarlos, pero frunce el ceño así que deduzco que algo no le agrada, hasta que decide expresarlo.

- No exageres, solo tienes que ser una niña mimada – la veo fruncir el ceño un poco, y ¡oh, por dios!, se ve demasiado hermosa.

- Eso está bien, pero ¿por qué ir a la universidad?, ya no lo necesito.

Se me hace tan tierno su berrinche, pero no profundizó sobre el tema ya que apenas hemos cruzado palabras desde el hangar.

La envió a descansar ya que está por amanecer, veo que le incomoda, pero se sube a su habitación pedimos algo de comer y me voy a la sala solo a pensar en qué diablos me metí… Ella es muy joven, se ve tan inexperta y el caso parece demasiado peligroso, estos hombres no se andan con juegos.

Después de un rato tocan a la puerta, miró a través de la mirilla y es un joven con una bolsa de papel... ¡Gracias por fin llegó la comida!

Subo a su habitación para avisarle que baje a comer y me regreso a poner la mesa.

Cuando baja veo que se le hace agua la boca y se le hacen riquísimas estas hamburguesas desabridas… Durante la comida solo cruzamos un par de palabras, cuando terminamos nos pusimos de acuerdo con algunas actividades que debíamos realizar juntos por la tarde.

El tiempo no se detiene y el momento de empezar con todo esto ha llegado. La veo tomar sus cosas y siento la necesidad de recordarle que la veré cuando salga de clases – An entonces paso por ti para ir al super y a comprar los materiales de la universidad.

- Claro y no se te olvide investigar qué actividades realiza el objetivo… - después de su respuesta tajante y fría empieza a caminar hacia la puerta y justo antes de abrirla se voltea y me dice – Ah, no se te olvide que ya no existe An a partir de ahora.

Cuando atraviesa la puerta siento un vacío en mí, pero que mierda me pasa con esta niña… Se que se tiene que ir, pero me resisto a separarme aun de ella, así que salgo tras de ella y desde la puerta le gritó.

- ¡An! Espera – cierro la puerta detrás de mí – yo te llevo – no dejo que me responda y me dirijo a la cochera a tomar el auto.

Me estaciono justo a su lado, espero a que suba, justo después de cerrar la puerta me dice fríamente sin siquiera voltear. – Recuerda Sam que no existe An.