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CAPÍTULO 62: REDADA.

- Por fin llegamos... estoy todo entumido... - Comenta Andy al bajar del avión.

 

- Yo lo que necesito es un café bien cargado. - Dice Hunter.

 

- Cuáles son los pasos a seguir ahora que ya estamos en Nueva Zelanda?. - Pregunta Vincent.

 

- Hay que empezar a buscar a Hall en sus propiedades antes de que salga del país nuevamente. - Comenta Arturo.

 

- Yo sé en dónde están. - Digo en voz alta y todos los que están delante de mí, se giran para mirarme.

 

- Cómo puede estar tan seguro de su ubicación, Damián?. - Me pregunta Arturo.

 

- Durante el vuelo estuve estudiando las propiedades de Hall que tiene acá en Nueva Zelanda, que afortunadamente no son tantas, solo son diez. - Digo al responder la pregunta de Arturo.

 

- Menos mal que no son tantas... - Comenta Andy con algo de sarcasmo pero un poco gracioso, por lo que los demás se sonríen.

 

- Al estudiar sus alrededores, las distancias, las capacidades y muchas otras cosas que analicé, apuesto mi cabeza a que está en la casa de las montañas nevadas.

 

- Estás seguro Damián?. - Me pregunta Hunter.

 

- Diría que estoy un noventa por ciento seguro. Es la propiedad más alejada de la civilización, no hay gente que pueda denunciar algún movimiento extraño, tiene difícil acceso para cualquier merodeador, pueden tener visibilidad de gran parte de la propiedad por lo que pueden ejercer un perímetro de mayor seguridad como adentro y en sus alrededores.

 

- Interesante... - Escucho murmurar a Arturo.

 

- Hay que analizar muy bien la zona y lo que vamos hacer, pero creo que debemos descansar un poco y construir un plan. - Dice Hunter.

 

Yo lo miro como si le estuviera taladrando la cabeza pero en silencio, él me sostiene la mirada por un breve momento porque sabe de mi inconformidad por su comentario de esperar.

 

Me estoy sintiendo frustrado, desesperado. Ya han pasado varios días sin saber nada de ella y mucho menos sin saber en qué condiciones la puede tener ese animal.

 

- Damián... hermano, estás bien?. - Pregunta Andy a mis espaldas.

 

Al no escuchar respuesta, escucho que da unos pasos más hacia mi ubicación.

 

- Yo sé que es una pregunta estúpida, pero nos estas preocupando a todos con tus actitudes y tus acciones. 

 

- Qué sientes por Kelly?. - Le pregunto sin mirarlo y aún con mis manos apretando un tubo de acero de un pasamanos que se encuentra en la parte inferior de un gran ventanal con vista de la ciudad de Wellington, que a pesar de su aparente tranquilidad y belleza no logran calmarme, ni siquiera por un corto momento.

 

- A Kelly la amo muchísimo... - Me responde sin entender mi pregunta.

 

- Es la mujer de tu vida?.

 

- Por supuesto, no tengo ninguna duda de ello.

 

- Imagina por un momento que todo lo que me está pasando ahora, lo estuvieras viviendo tú... Dime como te sentirías cuando tu mente no deja de pensar en que ella puede estar muerta, herida, abusada, asustada, entre otros muchos más escenarios posibles que ella puede estar viviendo en este momento y que cada segundo que pasa, ella puede estar sufriendo más y más, que cada momento que pasa puede disminuir el chance de encontrarla con vida, de evitarle más penas y miedos. Podrías sentirte cuerdo y tomar las cosas tranquilamente cuando todos esos pensamientos te invaden la mente a cada segundo que pasa?, podrías estar bien sabiendo que tú eres el único que puede encontrarla?, que eres su salvación y que ella confía en ti para que la ayudes...

 

- Tal vez estaría peor que tú y no podría mantenerme en estos momentos como lo estás haciendo. Yo puedo… tal vez ahora entender un poco...

 

- Nadie que este acá Andy, puede entender por lo que yo estoy pasando y sintiendo o imaginarlo siquiera...

 

- Yo solo...

 

- Trato de entender lo que intentas decirme, pero voy a seguir haciendo lo que sea necesario para traerla devuelta y no me importa nada más. Además, sabes que estoy dispuesto a todo desde que salimos de la mansión, así que es mejor que te ahorres los comentarios y regaños Andy, está claro?.

 

- Si.

 

- Que bueno porque no pienso hablar con nadie de las acciones y decisiones que estoy tomando en estos momentos.

 

- Igual no voy a dejarte solo, eres mi hermano y siempre hemos estado juntos en las buenas y en las malas, aunque no esté de acuerdo con que te expongas de esta manera y no puedes pedirme que deje de preocuparme por ti y de que tenga miedo de que si Alexa no vuelve, te puedas perder para siempre y no volver a ser el Damián que conozco desde hace tantos años por el dolor de haberla perdido. Pero seguiré luchando contigo y haré lo que este en mis manos para que la podamos traer de regreso... 

 

Al momento siguiente, escucho cuando Andy sale de la habitación cerrando la puerta. De verdad que me sentí culpable por haberle hablando así, pero no quería reproches ni nada de eso ahora, tenía que seguir enfocado en encontrar a Alexa y en darle su merecido a ese desgraciado.

 

Dos días después...

 

Mi autocontrol se está desvaneciendo poco a poco, dando paso a sentimientos y pensamientos que sé que no puedo dejar que me invadan. En mi mente, sé que lo que estoy haciendo es lo mejor para no correr más riesgos innecesarios y no poner en más peligro a Alexa, pero mi corazón se interpone muchas veces y me dice que estamos perdiendo mucho tiempo y que cada momento que demoramos, es una posibilidad más para no encontrar a Alexa en buenas condiciones o tal vez para no encontrarla con vida.

 

Nos hemos tomado estos dos días en volar desde Wellington a Queenstown que es la ciudad que está cerca de las montañas en donde está ubicada la casa en donde están escondidos, luego nos centramos en estudiar con cuidado los alrededores de la propiedad y después en formar un plan para tomar la casa.

 

Han pasado algunas horas y ya me siento un poco mejor, porque por fin se ha decidido que es hora de actuar y mientras me preparo al fin para empezar con la misión, alguien a mi espalda entra al salón de armas.

 

- Evans... acuérdate de que Hall es mío. - Me dice Arturo.

 

- Prometo no matarlo si encuentro a mi esposa con vida... satisfecho?. - Le respondo al girarme para mirarlo.

 

- Me parece bien... - Responde antes de salir.

 

Nos toma algo más de tiempo en poder acercarnos a la propiedad sin ser detectados y el terreno como es de difícil acceso no ayuda mucho, pero al llegar, tomamos nuestras posiciones. Después, comenzamos a avanzar poco a poco, deshaciéndonos a nuestro paso de cada uno de los guardias de seguridad, pero ya al entrar todo es diferente y las cosas comienzan a avanzar como en cámara rápida. De un momento a otro empieza un cruce de disparos, por lo que de inmediato me dirijo a la planta alta de la casa para revisar y poner en jaque a los guardias de arriba con unos hombres que me acompañan.

 

Al llegar arriba, reviso habitación por habitación pero no encuentro ninguna señal de Alexa o de Hall, hasta que en una de las últimas habitaciones que me faltaban por revisar, encuentro ropa de él, luego le disparo en la pierna a uno de sus guardias que venía detrás de mí. Después de neutralizarlo al dejarlo inconsciente y con la pierna sangrando, le hago un torniquete y me pongo a revisar la habitación de Hall, cuando de pronto, veo algo en el suelo encima de la alfombra que brilla al lado de la cama, me arrodillo y cojo lo que al parecer es un anillo, lo observo con detenimiento y me quedo helado porque es el anillo de bodas de Alexa. Pongo el anillo en el centro de la palma de mi mano y luego la cierro con todas mis fuerzas.

 

- Damián!!!, encontraron a los dos en una habitación en el sótano. - Me grita Andy al llegar a la habitación en la que me encuentro.

 

Me guardo el anillo en uno de los bolsillos de mi chaleco y corro lo más rápido que me dan mis piernas para ir al encuentro de mi esposa.

 

Cuando llego, veo a varios hombres que tienen sometido a Hall contra el piso. Arturo se encuentra parado a su lado fumando un puro, por un momento miro a mi alrededor viendo a Hunter al lado de una cama junto a Vincent y con otros hombres tratando de quitar unas cadenas, no entiendo nada hasta que por un segundo veo su rostro. Corro a su lado pero me detengo por un corto momento porque no puedo creer lo que estoy viendo, ya que es una completa pesadilla.

 

Alexa está atada de manos y piernas a unas cadenas como si fuera un animal, con sangre en sus manos, brazos y piernas. Es evidente que ella había luchado para tratar de zafarse con todas sus fuerzas. Me siento en el borde de la cama y avanzo mi mano muy despacio para tratar de no lastimarla cuando mis dedos hagan contacto con su piel.

 

- Mi amor... me escuchas?, ya estoy aquí, estoy contigo... 

 

- Damián, ella no te puede escuchar, está completamente drogada... - Me dice Hunter al poner una de sus manos en mi hombro izquierdo.

 

Mientras la intentan liberar con herramientas y demás, me levanto y me dirijo hacia donde tienen a Hall que ya se encuentra arrodillado en el suelo y con las manos esposadas atrás de su espalda. Me acerco y me paro frente a él.

 

- Eres un maldito cobarde, la amarraste como si fuera un animal... - Le digo y al momento en que él escucha mi voz, levanta su rostro que tiene sangre proveniente de su frente por uno de los golpes que le han propinado.

 

- Eso pasa cuando una mujer se vuelve adicta a mí... - Me responde con una sonrisa de satisfacción.

 

- A mí no me importa lo que le pudiste haber hecho, en este momento lo que me importa es que este con vida. Eres una completa desgracia y un poco hombre, me das lastima Hall, tener que llegar hasta este punto para poder tener a una mujer...

 

- Puedes decir lo que quieras y no me importa Evans, el hecho es que ella ya fue mía y lo disfruto muchísimo... – Me dice con una sonrisa diabólica dibujada en su rostro.

 

Al momento siguiente, saco mi arma y le disparo en una de sus piernas, de inmediato se escucha un grito de dolor proveniente de Hall, me agacho y hago presión en su nueva herida, provocándole más dolor, el cual se puede ver reflejado en su rostro.

 

- Y tú crees que con decirme que abusaste de ella me vas alejar y hacer que la rechace... error mi querido Hall. Nunca más, voy ni siquiera a pensar en renunciar a ella, como cuando se iba a casar contigo. Ella para mi es más que un cuerpo, la amo y tú nuca podrás cambiar eso, mucho menos que yo fui el primero, que fui yo quien la convirtió en mujer, que se entregó a mí por gusto, por amor… algo que tú nunca podrás saber. Jamás sabrás lo que se siente cuando sus besos y caricias son obtenidas con amor. Piensas que con eso me lastimas a mí, pero lo único que hiciste fue hacerle daño a ella, a la mujer que supuestamente amas...

 

Me vuelvo a poner de pie y puedo ver en su rostro algo de culpa.

 

- Damián... quedamos en que Hall era de mi jefe... - Me dice uno de los hombres de Arturo un poco disgustado.

 

- Yo prometí que no lo iba a matar si encontraba a mi esposa con vida, pero nunca dije que no le dispararía... además, no lo herí en una zona donde corra peligro de morir.

 

- Damián... ya la pudimos liberar. - Me dice Andy.

 

Me acerco a la cama y tomo a mi esposa entre mis brazos, cargándola hacia la salida y antes de hacerlo, me detengo con ella en mis brazos.

 

- Algún reproche más Arturo?.

 

- Ninguno, tienes toda la razón. Eres un hombre de palabra y no la has faltado, te pido disculpas por los comentarios de mi guardia.

 

Sin decir nada más, salgo de esa habitación tipo calabozo en donde había sufrido mi esposa...