Cap 21: Trabajo en equipo

Desde una posición estratégica fuera del hospital, Shikaku y su equipo escudriñaban los alrededores en busca de pistas. Fue entonces cuando algo inesperado captó su atención. Vieron a Minato, utilizando su chakra para adherirse a la pared del hospital y escalar hacia una ventana abierta.

—¿Están viendo lo mismo que yo? —preguntó Chouza, sorprendido por la habilidad de Minato.

Inoichi y Chouza miraron sorprendidos. A pesar de estar familiarizados con las técnicas de chakra, ver a un estudiante de la academia ejecutándolas con tal destreza era inusual.

—¿Es Minato? —preguntó Inoichi, no pudiendo ocultar su asombro—. Nunca pensé que ya pudiera hacer algo así.

—Increíble —murmuró Shikaku, impresionado—. Ya pueden usar chakra para caminar por las paredes. Minato realmente ha progresado

—Eso es más que un simple progreso, es bastante avanzado para un estudiante de la academia —añadió Chouza, observando con asombro.

Inoichi frunció el ceño, preocupado por la seguridad de Minato.

—Pero es peligroso. Si pierde la concentración, podría caerse —comentó.

Observaron cómo Minato, con una concentración notable, mantenía su equilibrio mientras se acercaba a la ventana.

—Parece que está intentando entrar en el hospital —dedujo Shikaku. —Yasuke debe estar dentro. Esto podría complicarse.

Mientras observaban, vieron a Minato tambalearse por un momento, perdiendo casi el equilibrio. Pero justo a tiempo, Yasuke lo agarró de la mano y lo ayudó a entrar por la ventana.

—Eso estuvo demasiado cerca —dijo Shikaku, aliviado por el resultado pero aún preocupado por la situación general.

El grupo decidió mantener su posición y observar lo que sucedía a continuación, listos para intervenir si era necesario.

—Debemos esperar y ver qué sucede —dijo Shikaku, su mente analítica evaluando la situación—. Si intervienen ahora, podrían complicar las cosas para Yasuke y Minato.

—Estoy de acuerdo —respondió Inoichi—. Pero estemos preparados para actuar si las cosas se ponen difíciles.

El grupo se quedó en su posición, observando con cautela. La habilidad de Minato había sido reveladora, pero ahora era crucial ver cómo se desarrollaban las cosas y estar listos para intervenir si era necesario.

Mientras vigilaban, la tensión era palpable entre ellos. Sabían que la situación era delicada y que sus amigos estaban enfrentando un desafío significativo dentro del hospital.

En la habitación del hospital, después de que Minato se coló por la ventana con la ayuda de Yasuke, hubo un breve momento de calma. Sin embargo, esta tranquilidad era engañosa, y pronto fue interrumpida por los sonidos de un enfrentamiento. El grupo Ino-Shika-Chō se puso en alerta inmediatamente.

—Algo está sucediendo —dijo Inoichi, preparándose para moverse.

Chouza, al oír los ruidos de la lucha, se preparó para avanzar, pero Shikaku, con su mente rápida y estratégica, lo detuvo.

—Esperen —intervino Shikaku, su expresión seria—. Por los ruidos, parece que solo dos personas están luchando. Eso significa que Yasuke o Minato están enfrentando a un chunin.

Inoichi y Chouza se detuvieron, mirando a Shikaku a la espera de su análisis.

Chouza frunció el ceño, preocupado por la seguridad de sus compañeros

—Entonces, ¿deberíamos ayudarlos ahora? —preguntó.

Shikaku, después de un breve momento de reflexión, sacudió la cabeza.

—Entonces, ¿qué sugieres? —preguntó Chouza.

—No, si intervenimos ahora, podríamos hacer más difícil la situación. En cambio, vamos a anticiparnos al refuerzo de los otros chunin del hospital —dijo con confianza.

Sabían, según la información recolectada previamente, que había un total de seis chunin custodiando el hospital en grupos de dos. Shikaku rápidamente trazó un plan.

—Nos moveremos a un punto de intercepción. Si podemos detener a los otros chunin antes de que lleguen a Yasuke y Minato, les daremos una mejor oportunidad —explicó Shikaku.

El grupo asintió en acuerdo. Rápidamente, se movieron hacia una posición donde podrían interceptar a cualquier chunin que se dirigiera hacia la habitación de Yasuke y Minato. Shikaku lideró el camino, su mente estratégica trazando la ruta más eficaz.

Mientras avanzaban, Inoichi y Chouza se mantuvieron alerta, cada uno preparado para utilizar sus habilidades únicas en el enfrentamiento que se avecinaba. La tensión era alta, pero estaban decididos a proteger a sus amigos y asegurarse de que la situación en el hospital no empeorara.

El equipo Ino-Shika-Chō, compuesto por Inoichi, Shikaku y Chouza, se había movido rápidamente hacia un punto estratégico fuera del hospital, un lugar que Shikaku había identificado como el más probable para interceptar a los chunin adicionales que se dirigían hacia la habitación donde Yasuke y Minato se encontraban.

La confrontación entre el equipo Ino-Shika-Chō y los chunin comenzó con una tensión palpable. Inoichi, Shikaku y Chouza sabían que enfrentaban una batalla cuesta arriba contra adversarios de mayor rango y experiencia en taijutsu. La estrategia y la cooperación serían clave.

Inoichi: "Tenemos que trabajar juntos y usar nuestras habilidades al máximo," pensó Inoichi. Comenzó la batalla utilizando su Shinden no Jutsu para establecer una comunicación mental con Shikaku y Chouza, coordinando sus movimientos sin necesidad de hablar. "Manténganse enfocados," transmitió Inoichi a sus compañeros.

Shikaku: A pesar de no ser un experto en taijutsu, Shikaku sabía que su inteligencia era su mayor activo. Creó fintas, fingiendo preparar jutsus de sombra, manteniendo a los chunin en alerta constante. "Si puedo mantenerlos adivinando, tenemos una oportunidad," pensaba mientras esquivaba hábilmente un ataque.

Chouza: Confiando en su fuerza y habilidad en el combate cuerpo a cuerpo, Chouza se enfrentaba de frente a los chunin. "Tengo que ser el muro que proteja a Inoichi y Shikaku," reflexionó, bloqueando y respondiendo a los golpes de los chunin con ataques contundentes.

Los chunin, subestimando al principio a sus oponentes, pronto se dieron cuenta de que enfrentaban un desafío considerable. Eran rápidos y coordinados, pero la comunicación silenciosa y las estrategias inesperadas del equipo Ino-Shika-Chō les complicaban cada movimiento.

Inoichi, utilizando su habilidad psíquica, comenzó a transmitir mensajes confusos directamente a la mente de los chunin. "Si puedo desorientarlos, aunque sea por un segundo, podría ser nuestra ventaja," pensó. Los chunin vacilaron, sus ataques se volvieron menos coordinados.

Shikaku, observando los efectos de la táctica de Inoichi, aprovechó para crear una apertura. "Ahora," pensó, y en un movimiento rápido, hizo un gesto como si lanzara una técnica de sombras, lo que hizo que uno de los chunin retrocediera instintivamente.

Chouza aprovechó la distracción. "¡Este es mi momento!" exclamó internamente, lanzando un poderoso golpe al chunin más cercano. El impacto fue directo, pero la reacción del chunin fue rápida, bloqueando el ataque en el último segundo.

La pelea se convirtió en un juego de ajedrez de alta velocidad, con cada lado ajustando constantemente su estrategia. Los chunin, aunque físicamente superiores, se encontraron luchando para mantenerse al día con la astucia y la creatividad del equipo Ino-Shika-Chō.

En un momento crucial, Inoichi vio una oportunidad. Uno de los chunin había quedado expuesto después de un ataque fallido. Con un rápido movimiento, Chouza se lanzó hacia adelante con su técnica Chōtosshin, golpeando al chunin con un impacto contundente que lo dejó aturdido, sin embargo el realizar esa técnica le había valido todas sus reservas de chakra.

El segundo chunin, viendo a su compañero en problemas, intensificó su ofensiva, forzando a Shikaku e Inoichi a retroceder. "No podemos bajar la guardia ahora," pensó Inoichi, esquivando un golpe rápido.

Shikaku, aunque físicamente el más débil, no mostraba signos de miedo. "Solo un poco más," pensaba mientras seguía creando fintas, manteniendo al chunin distraído.

Con Chouza fuera de combate y uno de los chunin derribado, la batalla se había convertido en un enfrentamiento 2 contra 1. Inoichi, analizando rápidamente la situación, ideó un plan arriesgado.

—Shikaku, necesito que lo distraigas. Si puedo acercarme lo suficiente, puedo usar mi jutsu para saturar su mente —dijo Inoichi, consciente de que se jugaban todo en esta última jugada.

Shikaku, entendiendo el plan, asintió. "Esta es nuestra única oportunidad," pensó. Concentrándose profundamente, invocó la última reserva de su chakra para manipular su sombra, creando la ilusión de que estaba a punto de lanzar un ataque serio.

El chunin, al ver la sombra moverse hacia él, saltó hacia atrás en un intento de evadir el ataque. Pero al hacerlo, cayó directamente en la trampa. Inoichi, posicionado estratégicamente, estaba justo donde el chunin aterrizó.

En ese momento crítico, Inoichi concentró todo su chakra y lanzó su Shinden no Jutsu a plena potencia, dirigido específicamente al chunin. La intensidad de la transmisión mental fue abrumadora, saturando la mente del chunin con una avalancha de pensamientos e imágenes incoherentes.

El chunin se llevó las manos a la cabeza, abrumado por la intensidad de la transmisión. Incapaz de mantenerse en pie, colapsó al suelo, vencido no por la fuerza física, sino por la astucia y el ingenio de Inoichi y Shikaku.

Exhaustos, pero aliviados, Inoichi y Shikaku se apoyaron el uno en el otro. Habían logrado superar un desafío formidable, utilizando su ingenio y habilidades únicas para compensar su desventaja en el combate físico.

—Lo hicimos —murmuró Inoichi, mirando a Shikaku con una mezcla de agotamiento y orgullo.

—Sí, pero a un gran costo —respondió Shikaku, consciente de lo cerca que habían estado del fracaso.

A pesar de la victoria, ambos sabían que la batalla había sido un recordatorio de sus limitaciones y de la importancia de trabajar juntos como un equipo cohesivo.

Continuara...

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