Han pasado casi un día completo desde que Beth y Cara se quedaron en esa mazmorra. Estaban ambas cansadas de las torturas de los guardias o de los diminutos insectos que las picaban.
Beth se abofeteó la piel por otra picadura de insecto. Solía gustarle esas pequeñas criaturas, pero ya no. No las soportaba. Ni siquiera habían comido nada todavía, Noah ha decidido castigarlas así por culpa de esa esposa suya. Oh, cómo tratará con Anna cuando salga de este infierno.
Viniendo de las familias más ricas y viviendo un estilo de vida pacífico y elegante, Cara y Beth, que no estaban acostumbradas a este tipo de tortura, lloraron. Han intentado aguantar, pero ya no más. No podían seguir así. No hay forma de que Noah esté dispuesto a castigarlas tanto. Todo lo que hicieron todo el día fue impugnar una imagen y volver a ser encerradas.
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