—Yun Hao no quería molestar a su viejo, pero su estómago lo traicionó y comenzó a gruñir. A pesar de ello, Yun Hao no cambió su compostura —Entonces, tendré que molestarte, Papá.
—El Padre Zhao inmediatamente fue a calentar algo de comida para Yun Hao.
—Meng Yunhan soltó una risita suave —¿Pensé que lo soportarías?
—Yun Hao naturalmente tomó la mano de Yunhan mientras caminaban de vuelta a su habitación.
—Al ver a su hijo ocupando su lugar en la cama, a Yun Hao le surgieron fuertes deseos de recogerlo en brazos de inmediato.
—Pero considerando que hoy era el primer cumpleaños de su hijo, desechó la idea —Este es mi regalo para el Pequeño Huzi —Como padre, él también había preparado un regalo para su hijo —el primero que jamás le había dado.
—¿Qué era? —Meng Yunhan tenía mucha curiosidad, ¿qué podría ser ese regalo?
—¿Una cabeza de bala? —Meng Yunhan echó un vistazo más de cerca y, para su sorpresa, era una cabeza de bala, atada con una cuerda.
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