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Hermandad en las estrellas II

Alan caminaba por la acera con una sonrisa en el rostro, disfrutando de la brisa fresca de la mañana. A sus 19 años, todo parecía estar alineándose a su favor: había completado una hipótesis crucial en su investigación y ahora tenía una entrevista para una beca en la Universidad Estatal. Su futuro lucía prometedor, y en su mente, nada parecía poder salir mal.

Sumido en sus pensamientos, sintió una vibración en el bolsillo de su chaqueta. Al sacar el teléfono y ver la pantalla, su sonrisa se ensanchó al reconocer el nombre que aparecía. Contestó la llamada de inmediato.

-¿Qué tal, genio? ¿Dónde estás y cómo va todo? -preguntó una voz grave al otro lado de la línea, cargada con la familiaridad de una amistad de años.

-Marcel! -respondió Alan, mirando a ambos lados antes de cruzar la calle-. Estoy en camino a la entrevista, justo ahora.

-¿Así? ¿Y no quieres que te lleve? -replicó Marcel con un tono divertido.

Antes de que Alan pudiera responder, un auto rojo se detuvo junto a él. La ventana del conductor se bajó, y Alan, un tanto sorprendido, se inclinó hacia la ventanilla. Al reconocer a su amigo detrás del volante, una sonrisa más amplia se dibujó en su rostro.

-¡Vaya, aquí estás! -exclamó Alan, inclinándose un poco más para ver a Marcel-. Creo que esa oferta de transporte llega justo a tiempo.

-Sube, no querrás llegar tarde a esa entrevista -dijo Marcel, sonriendo mientras señalaba con la cabeza el asiento del copiloto.

En cuanto se quitaron los seguros del auto, Alan subió al asiento del copiloto y chocó puños con su amigo.

-¡Vaya sorpresa! No te he visto en... -Alan pensó un momento, luego sonrió-. ¿Un año y dos meses? ¿Y resulta que tu papá te entregó el auto?

-Bueno, no fue tan fácil como suena -respondió Marcel mientras se detenía en un semáforo en rojo-. Recuerda que mi viejo siempre me presionó para que entrara en su empresa de salud. Después de terminar la preparatoria, ya no vi otro rumbo más factible que ese.

-Ya veo. Fuiste bastante rebelde en la secundaria, así que al menos creo que tu padre estará contento de verte en su empresa -dijo Alan entre risas.

-No te imaginas lo relajado que está, y para ser honesto, yo también lo estoy en cierta medida -admitió Marcel, con una sonrisa tranquila.

-¿Marcel Marshall diciendo eso? -respondió Alan con tono sarcástico-. Realmente no sé si estoy dormido o soñando despierto.

-Bueno, a todos nos llega el momento de avanzar, ¿no? -dijo Marcel mientras el semáforo cambiaba a verde y el auto se ponía en marcha de nuevo-. Pero suficiente sobre mí. Cuéntame, ¿cómo te ha ido? ¿Terminaste tu loca investigación?

Marcel lanzó una mirada de reojo a Alan, su tono cambiando a uno más burlón.

-Y lo más importante... ¿Finalmente comenzaste a salir con Ashley Moon?

Alan se rió, sacudiendo la cabeza mientras se recostaba en el asiento.

-Siempre tan directo, Marcel. Ashley es mi amiga de la infancia hemos compartido buenos y malos momentos juntos y nos hemos mantenido como buenos amigos, así esta bien para ambos. En cuanto a la investigación, sí, finalmente la terminé, y estoy en camino a una entrevista para una beca. Si todo sale bien, podré continuar con mis estudios y proyectos en la universidad.

Marcel asintió, con una sonrisa que sugería que no estaba del todo convencido.

-Siempre tan centrado en tus estudios, Alan. Pero te lo digo, un día te darás cuenta de que hay cosas más importantes que los libros y los laboratorios. Y cuando lo hagas, no me sorprenderá que Ashley esté justo ahí.

Alan se quedó en silencio mirando por la ventana mientras el auto avanzaba-. Talvez Ashley me gustó en la preparatoria pero ahora, estoy enfocado en lo que tengo delante. Si algo más surge, será en su debido momento.

Marcel sonrió, satisfecho con la respuesta de su amigo, aunque no pudo evitar soltar una última broma.

-Solo no te tardes demasiado, no vaya a ser que yo me adelanté

Alan soltó un risa ante aquel Joven notando que su parada estaba cerca.

-Creo que debes quedarte no?- Pregunto Marcel quitando el seguro de la puerta de Alan

-Gracias amigo, suerte en tu trabajo.- menciono abriendo la puerta.

-Ey- lo detuvo la voz de Marcel quien le extendió el puño a su amigo-

-Suerte en todo bro, estaremos en contacto.-

Alan sonrió ligeramente, chocando puños con el,menciono con un tono burlón pero sincero 

-Esta vez no te vuelvas a desaparecer por tanto tiempo, y si va a ser así al menos regresa con un lamborghini.

-Jaja en ese caso prometo no desaparecer de nuevo, me tendrás molestando a tu puerta.-Dijo entre risas y asíntiendo a su amigo

Alan llegó a la Universidad "Firstup", admirando la moderna arquitectura del campus mientras se acercaba a la entrada principal. Entró al edificio, donde el lobby era amplio y elegante, con paredes de cristal que permitían una vista panorámica del exterior.

Se dirigió al mostrador de recepción, donde una recepcionista con una sonrisa profesional lo recibió.

-Buenos días, ¿en qué puedo ayudarte? -preguntó la recepcionista, con una voz amable.

-Hola, tengo una entrevista programada con el Dr. Jefferson Stephen. Mi nombre es Alan Smith -dijo Alan, tratando de mantener la calma mientras entregaba su identificación.

La recepcionista revisó la computadora frente a ella y asintió.

-Claro, señor Smith. Déjame verificar tu cita. -Hizo una rápida búsqueda en el sistema-. Aquí está. Tu entrevista está programada para las 9:40 a.m. con el Dr. Stephen. -Miró hacia Alan-. Por favor, completa este formulario mientras esperas.

Alan aceptó el formulario y se sentó en una de las sillas disponibles cerca de la recepción.

-Gracias. ¿Hay algo más que deba saber? -preguntó Alan mientras comenzaba a llenar el formulario.

-Sí, por favor, asegúrate de esperar en la sala de espera. Un asistente te llamará cuando sea tu turno. -La recepcionista hizo una pausa-. Y si necesitas algo más, no dudes en decírmelo.

-Perfecto, lo tendré en cuenta. -Alan sonrió-. Muchas gracias por tu ayuda.

Mientras Alan estaba ocupado completando el formulario, la recepcionista volvió a su trabajo. Al poco tiempo, el teléfono en el mostrador sonó y la recepcionista lo atendió.

-Recepción de la Universidad "Firstup", ¿en qué puedo ayudarle? -dijo con profesionalismo.

Alan se concentró en el formulario, con la mente ocupada en la entrevista que se avecinaba. El tiempo pasaba lentamente hasta que la puerta de la sala de espera se abrió y una Joven atractiva entró acercándose a recepción aclarando que también tenía una cita reservada con el Dr. Stephe

Alan levantó la vista al oír una voz familiar la vio entonces con su cabello rubio recogido en una coleta y vestida de manera casual pero elegante, aquella mujer también lo miró detenidamente con una mezcla de sorpresa y alegría.

-¿Alan? ¿Eres tú? -preguntó Emma mientras se acercaba.

Alan se levantó, su sorpresa reflejada en su rostro.

-¡Emma! ¡Cuánto tiempo sin verte! -dijo Alan con entusiasmo-. ¿Qué estás haciendo aquí?

-Vine a una entrevista para una beca-respondió Emma mientras se sentaba junto a él-. No esperaba encontrarte aquí. ¿Cómo has estado?

-Bastante bien, gracias. Estoy aquí para una entrevista con Jefferson Stephen. ¿Y tú?

-Igual, estoy aplicando para una beca de investigación en el mismo campo. Parece que nuestras trayectorias se han cruzado de nuevo -comentó Emma con una sonrisa-. Siempre imaginé que seguirías adelante con algo grande. Me alegra ver que no me equivoqué.

-Gracias, Emma. Y me alegra verte también. Me trae buenos recuerdos de la secundaria, no te veia desde el debate escolar -dijo Alan, recordando el pasado

-Asi es - dijo la Mujer mientras sonreía.- Aquella vez impactaste a todos con tu defensa.-

-Si lo recuerdo bien, ganamos el debate solo gracias a qué el equipo rival se equivocó de rol y fue de defensa y no en contra -Dijo Alan soltando una risa al final.

-Aunque se hubiesen presentado, hubiéramos ganado -Menciono confiada emma sonriendo orgullosa de si misma

-Vaya, aún con el ego por los aires, eh? - Soltó el comentario con un tono de broma

La Mujer sonrió amigablemente mirando al Joven a los ojos y se inclinó hacia él, con un aire de complicidad.

-Como debe de ser, aunque para serte sincera estoy aliviada, al menos no estoy sola en esta sala de espera, esto me calma los nervios.

-Lo mismo digo, es bueno reunirse con el pasado, no?. -respondió Alan, aliviado de tener una conversación amigable.