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Re: zero arco 3, 4, 5.

Pueden seguir aquí después del cp25 Luego subiré el Arco 1 y Arco 2. A partir del CP 329 comienza el arco 5.

delta_zero_1153 · Fantasie
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El precio de una diva. Parte2

La puerta de la Cámara de Comercio de Muse apenas se diferenciaba de los edificios que la rodeaban. Las calles 1ª y 2ª separaban a los residentes de Priestella de los turistas y la Cámara de Comercio estaba situada directamente entre las dos.

Esta posición tenía como propósito indicar el poder del propietario de este edificio. Era tanto el edificio más interno como el más externo, destacando su exclusividad de una manera casi exagerada.

_Liliana: Y aquí está, la tan esperada Cámara de Comercio de Muse.

Saltando con un movimiento parecido al de un baile, Liliana señaló el edificio enfrente de ella. Aunque había edificios más altos a cada lado, la Cámara de Comercio, de cuatro pisos, se veía increíblemente alta. Al ver eso, Subaru se sintió un poco arrepentido.

_Subaru: Sabía que no se vería tan bien como se veía desde la entrada de Priestella, pero aun así estoy un poco decepcionado… No robó mi corazón como lo hizo el Pabellón Fluvial del Plumaje.

_Liliana: ¿El Pabellón Fluvial del Plumaje? ¿Ese edificio tan raro en el distrito uno? Si usas eso como referencia, incluso Kiritaka-san parecería pobre. Pero bueno, dejando eso de lado…

Liliana movía su cuerpo hacia arriba y hacia abajo con movimientos exagerados mientras extendía las palmas de sus manos.

_Liliana: Bueeeno, ya que he cumplido nuestro trato, ¿podrías devolverme mi preciado laúd-lira? Si no lo tengo de vuelta para el día de mañana, no estoy segura de cómo sobreviviré.

_Subaru: Ah, cierto, cierto. Aquí tienes.

Subaru ya se había cansado de cantar y tocar ese instrumento en forma de rascador de espalda a mitad del trayecto.

Liliana lo cogió con prisa, hiperventilando como si estuviera en pánico, revisó si tenía rayones y luego comenzó a restregar su rostro contra él y a besarlo.

_Liliana: Ahhhh, qué bien es tenerte de vuelta. ¡Prometo que no te dejaré de nuevo!

_Subaru: Es impresionante lo mucho que tu actitud me molesta. Creo que es la actitud que más me ha fastidiado desde Petelgeuse.

_Liliana: Jooo, no sé quién es, pero suena parecido a mí. ¡Cuéntame sobre él! Si algún día llegara a conocer a ese tal Petelgeuse, ¡puedo asegurar que no nos llevaríamos mal! _Subaru: Era un arzobispo del Culto de la Bruja.

_Liliana: ¡Y ahí va de nuevo! ¡Deja de ser tan bromista! ¡Ese debería ser tu nuevo nombre!

Liliana le contestó a Subaru con una sobrerreacción, pero ladeó la cabeza ante su fría respuesta y, poco a poco, empezó a mostrar una expresión seria.

_Liliana: Espera, ¿hablabas en serio?

_Subaru: Exacto. Probablemente no tengas más oportunidades de compararte con alguien que ya está muerto, así que aprovecha.

_Liliana: Esperaesperaesperaespera, ¡espera un momento!

Ante las palabras de Subaru, Liliana objetó con una energía impresionante. Su reacción sorprendió a Subaru, quien se preguntaba si estaba molesta por ser comparada con un Arzobispo del Pecado. Lo que ella dijo después lo sorprendió aún más.

_Liliana: Lo que acabas de decir, ¿por qué suena como si hubieras conocido a un Arzobispo del Pecado?

_Subaru: …¿y si así fuera?

No sabía a lo que se refería, pero parecía algo importante. No había anticipado tal reacción después de decirle la identidad de Petelgeuse como un arzobispo. Pero, era probable que ella se hubiera encontrado a la plaga conocida como Culto de la Bruja, puesto que aparecían por todas partes.

Al ponerse nervioso, Subaru alertó a Beatrice con la mirada, la cual prestó mucha atención a la situación, lista para actuar si llegara a ser necesario. Fue una reacción tardía, y podría significar el fin para ambos.

Se sentía un ambiente pesado en el aire. Con dos personas preparadas, observando cada uno de los movimientos para preparase ante una batalla inminente. Liliana habló. Y dijo,

_Liliana: ¿No serás acaso… el Lolimancer, Natsuki Subaru-sama?

_Subaru: Ugh.

_Beatrice: Ugh, supongo.

Bajo la brillante mirada de Liliana, Subaru y Beatrice respondieron al unísono.

El título oficial de Subaru era el de Caballero de Emilia, bueno, ese era el título por el cual era reconocido. La gente solía llamarlo el Caballero de la Bruja, uno de los muchos enigmáticos nombres con los que estaba relacionado.

—El caballero de la semielfa es una persona misteriosa que siempre lleva a una niña con él.

_Liliana: ¡Fuiste una pieza clave en la caza de una de las tres grandes mabestias, La Ballena Blanca, codo a codo con la duquesa Crusch Karsten, con el Demonio de la Espada, Wilhelm Van Astrea, refiriéndose a ti como su benefactor! ¡Y luego, con la ayuda de la famosa empresaria Anastasia y la duquesa Crusch, venciste al Arzobispo de la Pereza! ¡Y hay rumores sin confirmar de que también eres el héroe que venció al Gran conejo, que plagó el mundo durante 400 años!

_Subaru: ¡Cómo pica pica pica pica pica!

_Liliana: ¡Qué reputación!

Liliana, con ambas manos levantadas, tenía la expresión de una chica que había hecho realidad sus sueños mientras contaba los méritos de Subaru.

Algunos eran precisos, y otros un tanto exagerados, pero Subaru no logró encontrar un error grave en lo que ella dijo.

Aun así, sus palabras lo avergonzaron tanto que le produjo picor por todo el cuerpo, mientras que Beatrice puso cara de insatisfacción, pero feliz.

_Liliana: Y el que lleva a una niña cuya habilidad con la magia es legendaria, ¡eres Subaru-sama, ¿verdad?!

_Beatrice: Jeje. Vaya vaya, te has dado cuenta de la verdad, de hecho. Sí, el partner de Betty, Subaru, superará incluso a las más notables figuras de la historia y se convertirá en la estrella más brillante conocida por la humanidad, supongo. ¡Respétalo más, de hecho!

_Subaru: ¡O-oye!

Beatrice, con la frente en alto, y Liliana, reverenciándole. Estas dos causaban más dolores de cabeza que cualquier rebelde, y parece que el espectáculo que estaban haciendo en la Cámara de Comercio había captado la atención de quienes trabajaban ahí; pero, al ver que Liliana se estaba arrodillando, regresaron a sus puestos de trabajo.

_Subaru: ¿Siempre eres tan exagerada? ¡Todo el mundo tiene una expresión como diciendo «ah, pero si sólo es Liliana, como siempre» en sus rostros!

_Liliana: Ah, por favor. Se me acelera demasiado el corazón. Wawawawawa, una leyenda ante mí, qué ilusión ver a una leyenda con mis propios ojos. Ujiji.

El malestar previo de Subaru casi había desaparecido, pero Liliana se ponía cada vez más loca, incluso babeando de la emoción.

_Liliana: Bueno, ¡¿podría ser que—que la persona con la que te vas a encontrar en la Cámara de Comercio sea quien yo estoy pensando?

_Subaru: …¿Quién?

_Liliana: Es sólo que con el laúd-lira he compuesto un montón de canciones basadas en la famosa Emilia-tan. Sé que es una persona real, ¡pero es que en mi mente no puedo dejar de verla como un personaje ficticio! Si es quien yo creo que es, ¡entonces es Emilia-tan! Ujiojio, ¡qué bien!

Ignorando a Subaru completamente, Liliana corrió hacia la Cámara de Comercio. Habiéndose quedado quieto y aturdido por un instante, el estupefacto Subaru sólo pudo perseguirla dentro del edificio.

_Beatrice: ¡Subaru! Esa chica, ¡Incluso dejó tirado su instrumento, de hecho!

_Subaru: ¡¿De verdad ella debería tratar así el instrumento con el que se gana la vida?!

Agarrando en el aire el laúd-lira que le lanzó Beatrice, Subaru corrió hacia el interior de la Cámara de Comercio. Al ver al personal de la recepción sorprendidos mientras miraban fijamente el piso de arriba, Subaru dedujo que Liliana había subido corriendo las escaleras.

_Recepcionista: Y-y usted es...?

_Subaru: Venimos con Emilia-sama, debería estar con Kiritaka-san justo en este momento. Deberían haber avisado que llegaríamos tarde, ¿verdad?

_Recepcionista: Sí, ellos se encuentran arriba… pero, Liliana-sama…

_Subaru: Conozco el camino, ¿puedo subir?

Viendo el tenso gesto de asentimiento de la joven recepcionista, Subaru se apresuró tras Liliana. No había una razón para estar tan intranquilo, pero la idea de Liliana y Emilia conociéndose lo ponía nervioso. O, quizás, habría sido más adecuado decir que su encuentro podría generar una atmósfera problemática.

Lo más aterrador era que la extraña personalidad de Liliana chocaría con la de Emilia, y que la experiencia y habilidad de Emilia en interacciones sociales era muy insuficiente. Incluso podría aprender algo de Subaru.

_Subaru: Liliana estaba actuando de una manera extraña. Al final, resultará ser tan rara como parecía.

_Beatrice: No quiero ni pensar en lo que pasaría si no la detenemos, de hecho.

Escuchando las palabras de Beatrice, Subaru se dio prisa para llegar al tercer piso. Aunque no la alcanzó, logró ver la parte trasera de sus ropas. Ahora sólo le quedaba llegar a la meta. ¡Era el momento de demostrar sus habilidades de parkour!

_Subaru: ¡Vamos!

Corriendo por las escaleras, Subaru comenzó a saltar escalones, usando su mano para hacer una rotación horizontal muy elegante, acercándose a Liliana poco a poco, antes de alcanzarla en una habitación frente a las escaleras.

_Subaru: Liliana, ¡ESPERA!

_Liliana: ¡¿Waah?!

Liliana, quien seguía babeando, gritó de sorpresa mientras Subaru se echaba hacia atrás, con fatiga.

_Liliana: Oh, me alcanzaste, pero no me rendiré tan fácilmente. ¡No señor!

_Subaru: Si quieres conocer a Emilia cueste lo que cueste, puedo pedirte una cita en privado, pero ahora mismo ella está en una reunión muy importante.

_Liliana: Ah… bueno. Supongo que me dejé llevar un poco demasiado.

El tono serio de Subaru pareció calmarla un poco. Liliana relajó sus hombros y Subaru sacudió la cabeza mientras le daba su instrumento.

_Liliana: Ah, gracias.

_Subaru: El instrumento con el que te ganas la vida es increíblemente importante. No lo dejes tirado por ahí. No habría sido raro que alguien cogiera el instrumento de la importante diva y lo hubiera vendido.

_Liliana: No te preocupes, Kiritaka-san me lo dio. A él le gusta hacer un montón de compras.

_Subaru: ¡Tu patrocinador es extraño!

Hablándole a Subaru con una sonrisa amarga, Liliana sostenía su preciado instrumento cerca de su pecho. Su expresión era de sinceridad e incredulidad por haber sido capaz de abandonar el instrumento tan fácilmente. Puesto que ella lo había tirado por su ambición, Subaru no sabía si creer en esa sonrisa.

_Liliana: Bueno, estoy de acuerdo en dejar mi encuentro con Emilia para más tarde… pero primero, ¿puedo discutir algo con Subaru-sama?

_Subaru: ¡Deja de llamarme de esa manera tan incómoda! ¿Y de qué quieres hablar?

_Liliana: ¡No sabría por dónde empezar! Quisiera saber qué tan exactas son las historias. Para no sólo oírlas, sino también cantar sobre ellas. Puedo escribir tantas canciones usándolas como inspiración, ¡quizás incluso una heroica canción que sea cantada de generación en generación! ¡El sólo pensarlo hace que me emocione!

Con un puño en alto, los ojos de Liliana brillaban con energía.

Mientras esta confusa escena ocurría, Beatrice finalmente logró alcanzarlos a la vez que caía de cara cerca de Liliana y Subaru.

_Beatrice: Ah, tú, chica extraña. No estés tan cerca de Subaru, de hecho. Quítate de ahí, supongo.

_Liliana: No te preocupes, no es para tanto. De hecho, también tengo unas cuantas preguntas para la niña que sigue al Lolimancer.

_Beatrice: ¡Betty no es una niña, supongo! ¡Es una mujer en toda regla, de hecho!

_Subaru: ¡Ustedes dos son tan groseras, siempre discutiendo así! ¡Shhh! Emilia-tan está en medio de una negociación allí dentro…

Por un lado, Beatrice, quien estaba de muy mal humor y, por el otro, Liliana, quien no se daba cuenta de que era la causa. Subaru estaba en medio de esa disputa y, frustrado, sin querer levantó su voz; y justo entonces…

_Emilia: ¿—Subaru?

La puerta se abrió inesperadamente y el nombre de Subaru fue pronunciado desde el interior.

Mirando a través de la puerta, Subaru vio lo que parecía una recepción, donde todo el mundo estaba sentado en una silla alta, viéndolo con expresiones de sorpresa.

Emilia, Otto y Garfiel. Sentado frente a ellos había un joven esbelto que llevaba ropa muy bonita. Quien había abierto la puerta era un hombre de mediana edad que probablemente era quien acompañaba al joven.

_Subaru: A-ah... Emilia-tan. Qué coincidencia.

_Emilia: ¿Coincidencia? ¿Por qué estabas siendo tan ruidoso… ¿eh? ¿Kiritaka-san?

Viendo a Subaru hacer un gesto de vergüenza, Emilia puso una mirada de confusión mientras se giraba hacia el joven frente a ella, quien se levantó y agarró algo de la mesa. Entonces él miró en la dirección de Subaru.

_Kiritaka: No, noNOnoNO, ¡¡NO TOQUES A MI LILIANA!!

Alzando su voz repentinamente, el joven lanzó una pieza azul brillante de mineral mágico.

Energía pura concentrada explotó frente a Subaru, cuya visión fue momentáneamente cubierta de azul. Al presenciar dicho brillo, apenas logró pensar en algo como «caramba, qué bonito» antes de que el impacto lo devorara.

—Y así fue como terminó el primer día de negociaciones.