"Más... suave... Lucien... ¡Ah!", supliqué con voz tensa antes de continuar con mis gemidos de deseo.
"No lo dices en serio, ¿verdad? Sé que te tienen que follar duro para que te corras bien..." dijo Lucien en voz baja.
"No... yo..." Empecé a protestar pero mis imparables gritos de placer hicieron que mi protesta fuera menos convincente.
Eso y también el hecho de que estaba a punto de correrme de sus fuertes embestidas.
"Córrete, Natalia. Sé que estás a punto de correrte..." Lucien me susurró seductoramente.
Mi coño se retorció y se apretó alrededor de su polla invasora cuando sentí que mi clímax se acercaba rápidamente. Voy a correrme...
"¡Lucien! ¡Ahhhh! Ahhhh... Me... corro... ¡Ahhh!". Grité antes de que mi mente se quedara completamente en blanco mientras mi cuerpo se estremecía en la cúspide de mi placer.
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