17.

Yo le correspondí, ya sin negarme. Sabía que esto era lo que realmente quería. Mike tiró de mi cintura, y yo me apegué más a él. El beso se volvió cada vez más intenso, y yo enlacé mis piernas alrededor de su cintura, mientras él caminaba hasta el cuarto. Él se sentó sobre la cama y yo me senté sobre sus piernas, sin dejar de besarlo. Sentí sus manos acariciar mi espalda lentamente, lo cuál hizo que mi piel se erizara. Sus labios bajaron hasta mi cuello, y con un rápido movimiento él me recostó sobre la cama, quedando encima mío. Él quitó mi top y mi falda, y sus labios descendieron de mi cuello hasta mi estómago. Yo sentí el ardor entre mis piernas crecer cada vez más. Él se quitó la camiseta, revelando su bien tallado torso. Yo recorrí este con mis manos, y Mike quitó mi sostén. Tomó uno de mis pezones entre sus labios, mientras masajeaba el otro con una mano. Su lengua jugueteaba con este, y yo sentía que mi entrepierna iba a explotar. Yo llevé mis manos hasta su pantalón y tiré de este torpemente, intentando quitárselo. Mike entendió mi pedido y se los quitó, para luego volver a besarme. Mientras sus labios rozaban mi cuello, su mano descendió hasta mi sexo, y el quitó mis bragas. Yo apreté los ojos cuando sentí sus dedos introducirse en mi. Yo traté de hablar, pero me era imposible. Necesitaba tenerlo dentro mío de una vez. Él movió sus dedos aún dentro de mi, y yo apreté mis piernas. Mike me excitaba de una forma que ni Rob ni nadie podía lograr. Yo abrí la boca para intentar hablar.

- ¿quieres decir algo?- dijo él, y sabía que lo hacía para provocarme.- te gusta, ¿verdad?- habló.

- Ya, ya hazlo.- dije como pude. Mike sonrió satisfecho y quitó su última prenda, revelando su enorme y duro miembro. Él se sostuvo por encima mío, y sentí la punta de su miembro rozar con mi entrada. Aún seguía provocándome; sabía que nadie me ponía como él.

- ¿quieres esto?- habló. Yo lo miré a los ojos.

- ¡ya hazlo!- repetí. Él volvió a sonreír, y atrapó mis labios antes de entrar en mí. Yo recurrí a toda mi voluntad para no gritar. Tomé sus brazos con mis manos y apreté estos con fuerza.

- Mierda, estás tan apretada.- murmuró él, lo cual hizo que me excitara aún más, si es que eso era posible. Él aumentó la velocidad de sus movimientos, y yo sentía mis ojos humedecerse del placer.

- Mike, voy a...- quise hablar, pero me interrumpí cuando sentí el deleite de tocar el cielo al correrme. Al mismo tiempo, sentí cómo él se corrían en mi, y luego se derrumbó a mi lado. Yo traté agitadamente de recuperar el aliento. Jamás había sentido tanto placer en mi vida, y estaba exhausta.

- Eso fue increíble.- dije una vez que recuperé el aire.

- Gracias a ti.- dijo Mike. Yo lo miré, y él se acercó a mi.- me encantas, Hannah Donovan.- dijo, antes de besarme tiernamente.