—Mi señora, este es el gasto semanal de la cocina real. Han demandado que el presupuesto es demasiado bajo para mantener el suministro de sangre fresca —Hazel se frotó la frente ya que esta era la tercera vez que se quejaban. Si hubiera sido cualquier otro ingrediente, habría confirmado el precio en el mercado.
Pero no hay una tienda fija vendiendo sangre. El dinero se ofrecía principalmente a los pobres que tenían buenos genes o nobles arruinados para vender su sangre al palacio real. Entonces, la compensación podría empezar desde una moneda de oro y llegar hasta 1 mil millones de monedas de oro.
Por eso podían presionarla tanto.
—Jenna, ¿no están las criadas ofreciendo sangre a mi señor? —soltando el archivo que tenía en sus manos, cogió el vaso de agua.
Sabía que no había más que una cifra sin sentido en nombre de fondos para comprar sangre.
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