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Fue entonces cuando finalmente me concentré en la cara y me di cuenta de que se veían vagamente reconocibles. Eran mucho más jóvenes, solo unos años mayores que Madison, pero claramente eran una mujer que yo conocía.

"¡Es mamá!" Hannah soltó un grito, su mano tapándose la boca, claramente confundida acerca de dónde había venido esta cinta.

La imagen sonrojada de la madre saludó a la cámara, sin embargo, su equilibrio parecía completamente perdido. Su rostro también estaba sonrojado y sus ojos medio cerrados. Fue entonces cuando la expresión me golpeó. ¡Mamá estaba completamente borracha!

"Ah, mírate, zorrita…" Dijo el hombre, acariciando la cabeza de mamá cariñosamente, "Quieres follar, ¿no?"

Mamá apenas miró al hombre, cayendo de nuevo en la cama. Solo pudo reír cuando se estiró y comenzó a acariciar los senos de mamá. Mamá hizo ruidos de jadeo lindos. Eran el mismo tipo de ruidos que hacía cuando jugaba con sus pechos. Esta escena comenzó a sentirse como si mamá me estuviera engañando. Tuve que tomar algunas respiraciones profundas. Hannah puso su mano sobre la mente y me dio una mirada reconfortante. Fue entonces cuando me di cuenta de que había estado apretando su pierna más fuerte de lo normal. Esto no era mamá ahora, esto era algo de su pasado. Sin embargo, ¿por qué papá tenía esta cinta?

"¡Vamos, vamos a quitarte la ropa!" El hombre continuó burlándose de mamá, quien en realidad no se resistió mucho mientras la desnudaba hasta quedar en nada. "Maldita sea, eres una monada.

¡Voy a disfrutar reventando tu cereza!"

"Yo… no entiendo… pensé que fue papá quien… hizo eso…" Hannah se sonrojó, pero aun así me miró para confirmar sus pensamientos, y solo pude responder encogiéndome de hombros.

El hombre sacó su polla y levantó a mamá, abriendo las piernas. "¿Estás listo para llenarte con mi semilla de hombre?"

"Mmm… Noah…" las palabras salieron de sus labios.

Hannah y yo solo pudimos mirarnos, dándonos cuenta de que papá ya estaba en la ecuación cuando sucedió este evento. Eso hizo que mi corazón se sintiera algo complicado. Sin embargo, el hombre en la pantalla dio una mirada de enojo.

"¡Tú... zorra!" Gruñó. "Pagarás por eso".

Empujó a mamá con dureza, poniéndola sobre su estómago. Luego, obligó a su trasero a ponerse de rodillas. Tan pronto como la alineó, levantó la palma de la mano y la golpeó con fuerza en el trasero.

'¡Aeee!' Mamá dejó escapar un grito de dolor.