—¿Para quién compraste el regalo? —Viper preguntó a Erika—, queriendo sumergirse en la conversación.
Erika vio claramente sus intenciones pero decidió seguirle el juego con suavidad. Pero antes de responder, levantó la vista para ver si había cámaras alrededor y había un montón de ellas ubicadas en una esquina, vigilando todos los movimientos de todos.
—Es para alguien especial —respondió Erika—. Sabía que él ya había adivinado de quién estaba hablando.
Miró hacia abajo para encontrar su teléfono en una de sus manos. La otra estaba vacía y él dijo que estaba aquí para comprar.
—¿Quién es esa mujer que se parece exactamente a mí y está en tu teléfono? —De repente cuestionó e inmediatamente, los ojos de Viper se ampliaron de sorpresa antes de volver a la normalidad como si no hubiera sido sorprendido por su pregunta un segundo antes.
Afortunadamente, Erika no se lo perdió. Estaba mirándolo tan intensamente que no lo perdería de vista cuando respirara.
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