—Al Sr. Davis ni siquiera se le dio la oportunidad de hablar, pero su solicitud ya fue denegada. —Mira Ethan, Jazmín no puede quedarse en prisión —dijo.
—¿Por qué no? ¿No es ahí donde se supone que deben estar los criminales? —Ethan cuestionó fríamente.
A Jasper Davis no le gustaba la idea de que su hija se quedara en prisión. Si la noticia se propagaba, la gente comenzaría a burlarse de la familia Davis e inversores empezarían a pensar que él es un criminal, lo que afectaría en gran medida a su compañía. No le gustaba el hecho de tener que rogarle a un joven que era lo suficientemente mayor como para ser su hijo de esta manera. Su sangre hervía de ira pero la cubrió con su cara desesperada y suplicante.
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