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CAPITULO 9

NARRA SARA

Después del almuerzo mi padre volvió a su trabajo y como siempre mi madre se acostó a dormir, le dijo a Carlos, si quieres descansar un rato puedes subir a la habitación en la que te quedaste la vez pasada o puedes hablar con Sara, ella casi nunca duerme en las tardes, después de eso se encerró en su habitación y yo me aseguré de que estuviera dormida antes de decir o hacer algo, di la vuelta y mire por la ventana y estaba realmente profunda, entonces me sentí nerviosa, al volver a la sala, no vi a Carlos, sentí un vacío en mi pecho, de repente alguien me abrazo por detrás, sabía que era el, no había nadie más en casa, y su aroma era único, sus brazos tonificados y fuertes, me di vuelta para verlo y el beso mis labios, un beso lleno de ansiedad, ternura, amor, un beso que expresaba todo lo que las palabras no podían, cuando casi nos quedamos sin oxígeno nos separamos y me dijo al oído hermosa, quería hacer eso desde que te recogí en el colegio, a decir verdad yo también quería hacerlo, pero no me sentía capaz de decirlo y el de repente me dice yo sé que tú también querías hacerlo, creo que me puse de miles de colores, el me abrazo y luego me dio un beso casto en los labios y nos sentamos a ver una película, mi mamá duerme hasta las cinco de la tarde más o menos, después de eso se levanta y abre el negocio de nuevo, entonces estaba tranquila, vimos la película abrazados, eso sí muy pendientes de mi mamá, después de ver la película yo debía hacer mis tareas, así que lo invite a acompañarme, me dirigí a mi habitación, nunca había dejado que un hombre externo a mi familia entrara a mi habitación, ya no era rosa o azul como solía ser, ahora está tapizada en su mayor parte negro, y gris, sé que parece la habitación de un hombre, la alfombra del piso es negra, el tocador y el closet también son negros, el recorrió toda la habitación con su mirada, mientras yo lo observaba, siento que me gane el cielo al estar a su lado, me dirijo a mi escritorio, le digo que se siente en la cama, pero él no me hace caso y me dice, hermosa tu habitación, pero si mal no recuerdo tu color favorito es el azul, a lo que respondo que mi color favorito ahora es el negro, le comente que antes de lo que sucedió mi habitación era rosa, mientras estuve en el hospital, mis padres la cambiaron a azul, después de mi cumpleaños, ósea hace unos pocos días, decidí cambiarla a como estaba ahora, invertí el dinero que el medio de regalo, eso no se lo dije, en comparación con las demás habitaciones de la casa, la mía era la más bonita, me esmeré mucho en la decoración y ahora que él estaba ahí, daba gracias por haberlo hecho, quería que tuviera una buena impresión sobre mí, no quería que siguiera pensando que soy una niña.

NARRA CARLOS

Estoy realmente asombrado en la habitación de Sara, pensé que sería algo estilo princesa, con mucho azul y rosa, posters de novelas o algo así, sé que es madura para su edad, pero no pensé que tanto, su habitación es perfecta, da un toque de misterio y a la vez tranquilidad, está todo muy limpio y organizado, no tiene demasiadas cosas, me gusta mucho la combinación de negro con colores grises, su cama es bastante amplia, podríamos dormir abrazados en ella, de esta casa ya había visto todas las habitaciones menos esta y realmente es la más impresionante, también es la única que tiene baño privado, si yo fuera el hermano de Sara diría que sus padres la quieren más a ella, pero por mi está bien, la cuidan bastante, pues ella es mujer y es incómodo tener que subir a cambiarse a su habitación cuando el otro baño está en el primer piso, entre al baño y también todo está en perfecto orden, shampoo, acondicionador, cremas para la piel, toallas sanitarias, espera ¿Qué? Realmente ya no es una niña, si usa de esas y también tiene tampones, entonces es porque ya le llegó la menstruación, debo estar pendiente de esas fechas para poder cuidarla, mientras yo observo todo, ella está haciendo tareas, se ve tan hermosa concentrada, y resuelve todo con tanta facilidad, que yo quisiera tener esa inteligencia y esa madurez, tengo casi veinticuatro años y siento que ella es la madura, después de un rato me dice termine y se tira en su cama, le pongo seguro a la puerta, quiero besarla y no quiero que su mamá nos vaya a interrumpir, se supone que estoy durmiendo en la habitación de enfrente, quiero sentir sus labios una vez más, me dirijo a la cama y ella está ahí acostada perdida en sus pensamientos, mientras yo me pierdo en su belleza, me acerco suavemente y la beso, la beso como si no hubiera un mañana, con el deseo de perderme en sus labios sexis, cierro los ojos y espero a que ella me corresponda y lo hace, no es una experta besando y lo entiendo muy bien, soy la única persona a la que ha besado, pero para mí es lo más maravilloso del mundo, ahora estoy seguro que estoy completamente enamorado de esta mujercita, sus ojos, sus labios, sus besos, sus manos, sus pechos, todo de ella me encanta y amaría pasar la noche observándola, pero no puedo, debo salir de su habitación ahora, sé que ella no está lista para el segundo paso pero mi cuerpo no entiende eso, le doy otro beso y me voy a la otra habitación, entro y quiero un baño de agua fría, abajo escucho a la madre de Sara, uff justo a tiempo cambie de habitación, ahora debo relajarme y pensar en otra cosa, pero lo único que llega a mi mente son sus senos, como se veían cuando estaba ahí acostada, quería tomarlos con mis manos, no, no debo pensar así, ella es diferente, con ella quiero una vida, ella no es y nunca será igual a esas mujeres que siempre se habían interesado en mi por mi dinero, por posición social, realmente me estaba volviendo loco de deseo, deseaba poder poseer su cuerpo, sentir su piel desnuda rozando con la mía, pero por el momento eso era imposible, le prometí esperar hasta que ella decidiera que era momento de entregarse a mí y así lo haré, me tire en la cama, cerré los ojos y respire profundo, hasta que mi respiración se normalizo y mi erección fue desapareciendo, escuche a su madre llamarla y también escuche cuando ella bajo las escaleras, creo que me quede dormido un buen tiempo, un olor a comida me despertó y baje las escaleras, con cara de dormido todavía, olía delicioso, mire a la cocina y era mi princesa quien estaba cocinando, don Manuel ya estaba en casa, yo me despedí para retirarme, pero me dijeron que me quedara a cenar, ya era tarde y según don Manuel, no siempre se podía comer tan delicioso, pues para el la comida hecha por su hija era única y para mí también, era realmente una excelente cocinera, accedí a quedarme, me senté a ver un partido de futbol en la sala con su padre, mientras seguía cada uno de sus movimiento en la cocina, el partido paso a segundo plano, había un espectáculo más maravilloso para ver y en viví, a solo unos metros de mí.

NARRA SARA

Mientras preparaba la cena pude sentir su mirada sobre mi todo el tiempo, supuestamente estaba mirando un partido de futbol con mi papá, pero cada vez que yo pasaba cerca me miraba, me sentía apenada, cenamos, como siempre la comida estuvo deliciosa, y él me lo hizo saber, yo con la intención de hacerle pasar un mal rato dije, espero que les haya gustado, después de todo la hizo una niña, mientras me reía por lo bajito y el entendió la indirecta, mis padres me dijeron hija no seas rencorosa, él no sabía que de verdad sabias cocinar, ahora que te vio hacerlo, creo que quedo realmente convencido. Después de cenar dijo que quería ir por helados, y le pidió permiso a mis padres para que fuera con él, así que fuimos, pero no nos fuimos por el camino principal, tomamos un camino alterno que era un poco peligroso, pero con el me siento segura, además él siempre está armado, eso me he dado cuenta, íbamos hablando de algunas cosas, me hizo preguntas sobre mis amigos, gustos, entre otras cosas y yo también le pregunté algunas cosas, de un momento a otro se detuvo en un lugar oscuro, confió en él con mi vida, pero aun así un frio me recorrió toda la columna vertebral, se desabrocho el cinturón de seguridad y me dijo que saliera del auto, con mucho miedo salí y él se dio la vuelta, apenas cerré la puerta me agarro de la cintura y me acerco a él hasta que nuestros cuerpos quedaron pegados, me beso con mucha pasión, como esos besos que se dan los enamorados en las novelas, después de un rato de besarnos me soltó y me dijo preciosa, tus labios son adictivos, quería besarte ahí delante de tus padres durante la cena, por eso invente la excusa del helado, quería estar a solas contigo, te quiero mi niña, sus palabras son tan dulces y hermosas que me puse a llorar y él se preocupó, pero no entendía que yo lloraba de felicidad, porque jamás pensé encontrar alguien que me quisiera.