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CAPITULO 43

CARLOS

Han pasado seis meses desde la locura en el baño del restaurante, fue maravilloso y arriesgado, nuestra relación ha ido de maravilla, nos vemos todos los fines de semana, como siempre ella se vuela de su casa y la llevo de regreso antes de las cinco de la mañana, hemos estado haciendo todo tipo de locuras, la primera que hicimos fue irnos al rio en la noche, ese sector es solitario, la luna estaba hermosa e iluminaba todo el lugar, colocamos una sábana en el piso y nos sentamos en la playa a observar la luna y las estrellas, me sentí realizado en ese momento, no quería nada más en la vida, sentí que podría morir en paz, estaba perdido en mis pensamientos cunado su dulce vos me saco de mi trance, amor, me dijo, dime; le respondí, hazme el amor aquí bajo la luz de la luna, me sorprendió su pedido, aunque ya no sé qué me sorprende, he creado una fanática sexual y como era de esperarse, esta al igual que cada noche que nos vemos, su deseo explota y pues no puedo negarlo, yo también deseo hacerle el amor, así que me puse encima de ella, empecé a besarla y a desnudarla, recorrí cada rincón de su cuerpo con mis besos y caricias, le provoque dos orgasmos magníficos antes de llegar yo mismo al clímax, estuvimos un rato así acostados hasta que se puso de pie y camino desnuda hacia el agua, me volteo a mirar mientras yo estaba embobado con la imagen perfecta que tenía frente a mí, el amor de mi vida, desnuda con el rio de fonde y la luna y las estrellas reflejadas en el agua, su hermoso cabello se movía con el viento, amor puedes detenerte un momento, quiero capturar esta imagen para toda la eternidad, rápidamente fui hasta el auto por mi cámara, ella se acomodó de modo que la foto fuera sensual pero no vulgar, se veían sus senos, pero no del todo, alcanzaba a tapar algo con su cabello, sus piernas estaban un poco cruzadas y ella estaba de medio lado, hacia que la curva de su espalda y su cola se vieran perfectos, no se veía su rostro en la imagen, luego tome otra foto en la que estaba con las manos en el aire, su cabeza hacia atrás, sus piernas ligeramente abiertas, lo que dejaba ver perfectamente su c*** en forma de durazno, realmente sexi, después de tomar las fotos, ella siguió caminando hacia el agua y yo no pude evitar seguirla, el agua estaba fría, pero no en exceso, hundió todo su cuerpo en el agua y luego salió, tirando su cabeza hacia atrás, el agua corría por en medio de sus senos, no pude evitar acercarme y susurrarle al oído, eres la mujer más sexi del planeta mi amor, pude ver levemente el sonrojo de sus mejillas y sus orejas, me respondió, tú me haces ser sexi, quiero ser siempre mejor y más bonita para ti, bese sus labios y ahí, en el agua, en nuestro mundo, olvidándonos de todo lo demás volvimos a ser uno solo, dándonos amor y placer, demostrando nuestros sentimientos de la forma más pura y hermosa. La siguiente locura ocurrió el día que la lleve a la montaña durante el día a enseñarle a disparar, siempre me había pedido eso, pero me había negado, ese día le dije a sus padres que íbamos a ir de paseo y a acampar y como confiaban tanto en mí, le permitieron salir, llevaba una minifalda negra, tenis blancos, una blusa básica blanca, salimos de la casa y conduje alrededor de dos horas para llegar a nuestro destino, un lugar bien alejado y donde no viviera nadie cerca para evitar riesgos, al llegar apague el auto y me dijo, amor, me prestas tu mano, le pase mi mano y la puso en su pierna, empezó a subirla lentamente hasta su entre pierna y me di cuenta de que joder, no llevaba ropa interior y estaba completamente mojada, eso me causo una erección instantánea, esta mujer me va a matar un día de estos pensé, te deseo dijo, pero hoy no quiero que me hagas el amor, quiero que me folles fuerte, y rayos, como decirle que no a esa cara inocente y sus ojos brillantes, me desabroche el cinturón de seguridad y baje mis pantalones, luego la hice sentarse en mi regazo, levante su blusa y desabroche su sostén, sus hermosos senos quedaron justo frente a mi boca y no tarde nada en llevar mis labios a uno de ellos, mientras que ella se movía contra mi p*** se le escapaban algunos gemidos, corrí el asiento hacia atrás, para tener más espacio, ella se levantó un poco y permitió que mi miembro entrara, podía sentir sus fluidos saliendo dentro de ella, me encanta saber que causó estragos en ella al igual que lo hace en mí, empezó a menear sus cades y puse mis manos en sus glúteos para ayudarla a moverse más rapido, estaba a punto de venirme, verla tan excitada me tenía realmente mal, cuando de un momento a otro paro y me susurro en los labios, quiero que me la metas por el c*** y juro que en ese momento pude sentir mis testículos apretarse, se levantó un poco y con su mano lo coloco en la entrada de su a*** y fue bajando lentamente, luego arqueo la espalda hacia atrás y me dejo una vista perfecta de su vag***, von mi mano empecé a acariciar su clit*** hasta que empezó a retorcerse por los espasmos que le causo el primer orgasmo, la ayude a seguirse moviendo, y la seguí estimulando así que llego un segundo y tercer orgasmo, yo estaba que ya no aguantaba, pero logre contenerme, no todos los días tu novia te dice quiero que me la metas por el c***, aproveche para disfrutarlo al máximo, después de su tercer orgasmos, di un par de estocadas más antes de soltar todo dentro de ella, paso sus manos por mi cuello y se apoyó en mí, mientras nos calmábamos, luego arreglamos nuestra ropa y salimos del auto, teníamos que caminar media hora para llegar al lugar que había encontrado hace apenas un par de meses, íbamos a mitad de camino cuando se me para un momento y me dice, amor siento que mis fluidos y los tuyos están bajando por mis piernas, volteo a verla y efectivamente se estaba revisando y se veía una línea en cada pierna que mostraba que si estaban bajando, sonrió y me dijo, vamos no me importa, después de todo, si pudiéramos hacerlo aquí, en este momento, me gustaría que estuvieras dentro de mi nuevamente, luego de quince minutos más llegamos al lugar, es muy bonito, es una planicie rodeada de árboles, a unos trescientos metros hay una quebrada, es perfecto para acampar, empecé a organizar las cosas , arme la carpa, saque las demás cosas y las coloque adentro, amor ven le dije, descansemos un rato, luego vamos al agua y cuando pase un poco el sol te enseño a disparar, está bien respondió con su sonrisa con la que siempre me mira, me quite los zapatos y me acosté a esperar que entrara, pero vaya sorpresa cuando la veo entrar completamente desnuda, que haces le pregunte, vamos a dormir me dijo y yo el amor de tu vida siempre duermo desnuda, trague saliva antes de decirle, verte así me dan ganas de todo menos de dormir mi amor.