Siento que he robado el hombre de otra persona

—Ya he aclarado todo con Jeannie —respondió Zeke.

La expresión del jefe se suavizó inmediatamente con satisfacción.

—Al menos hiciste una cosa buena. Has estado en el ejército durante tanto tiempo y no has tomado descansos, así que te daré un mes libre. Maneja bien el asunto y ¡no quiero oír ningún rumor! —De lo contrario, ¡serás responsable de ello!

Zeke saludó a su superior y se dio la vuelta para irse. Pero, justo cuando iba a poner un pie fuera de la oficina, escuchó al jefe dar un golpecito en la mesa detrás de él.

—Apresúrate y envíame tu solicitud de matrimonio.

¿Matrimonio? ¿Por qué sonaba como algo que tenía que hacer?

Pero, como él dijo, no quería casarse con otra mujer justo después de terminar con una. Aunque era lo razonable a hacer.

Tras dejar la oficina de su jefe, Zeke condujo hasta el estacionamiento cerca del hospital.

Sabía que temporalmente no podía volver a casa y que no tenía nada que empacar.