Tráeme la cuenta y sígueme

Lu Heting echó un vistazo a Li Qisheng. Como era de esperarse del gerente general de la Compañía de Medios Di Xing, tenía buen gusto.

Li Qisheng de repente levantó la vista y vio la sonrisa en la cara de Lu Heting. Se quedó atónito por un momento. Ya había trabajado con Lu Heting anteriormente y había estado alrededor durante mucho tiempo. Sin embargo, esta era la primera vez que veía al hombre sonreír de esa manera.

Estaba desconcertado. El comportamiento anormal de Lu Heting le estaba generando mucha presión.

—Continúa. ¿Pero qué? —. Este también era la razón por la que Li Qisheng no se había puesto en contacto con Su Bei.

La cara de Lu Heting se oscureció. Li Qisheng pensó que estaba descontento. Es cierto. Las personas que habían trabajado con Su Bei anteriormente habían tenido mala suerte. Era normal que el Señor Lu no quisiera oír hablar de esto.

Además, al Señor Lu no le interesaba quién firmaba con la Compañía de Medios Di Xing.