Después de tres años de matrimonio, Wendy Stewart estaba acostumbrada a los comentarios sarcásticos de Michael Lucas, sus amenazas frecuentes sobre el divorcio e incluso su indulgencia con una amante. Pensó que podría soportar todo esto toda su vida, hasta que accidentalmente quedó embarazada de un niño que Michael no quería. Finalmente desesperada, Wendy firmó el acuerdo de divorcio y se fue. Pensó que podrían haberse separado para siempre, pero Michael se negó a dejar de buscarla después del divorcio. Cuando se encontraron de nuevo, ella era la mejor diseñadora del mundo. Sonriendo dulcemente a su exmarido, dijo: —Mi querido, ya estamos divorciados. Michael simplemente la miró fríamente: —Dime, ¿qué hará falta para que nos reconciliemos?
"Tanto la Sra. Lucas como María estuvieron de acuerdo con la sugerencia de Wendy.
La Sra. Lucas asintió y dijo:
—Eso suena bien. Sea cual sea la botella que se elija, Jake la tomará, y su destino será determinado por Dios.
De esa manera, Wendy y Michael no se sentirían demasiado culpables incluso si no eligieran la botella correcta.
Michael permaneció en silencio por un momento y asintió.
—Entonces contaré hasta tres, y escogeremos una juntos —dijo Wendy.
Michael asintió de nuevo.
—Uno...
—Dos...
—Tres...
Y en el momento en que Wendy dijo 'tres', ella y Michael señalaron a una botella de la cura al mismo tiempo.
Había tres botellas en total, y tenían diferentes colores para diferenciarlas.
Michael y Wendy señalaron la botella verde al mismo tiempo.
Wendy luego miró a Michael después de ver que habían elegido la botella verde simultáneamente.
—Parece que Dios quiere que ambos elijan la botella verde —dijo la Sra. Lucas.
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