Lucas corrió como un reguero de pólvora, parecería que le habían crecido otro par de piernas de lo rápido que iba, no le importaba nada, incluso chocaba contra las paredes como pensando que disminuir la velocidad solo lo haría perder tiempo.
Parecería que el asunto que tenía entre las manos, o mejor dicho la mano, era realmente serio, por suerte para él todos los marineros estaban en la cubierta charlando y comiendo.
Corrió y corrió y finalmente llegó a los camarotes, agarró el balde para hacer las necesidades y siguió bajando, ya no parecía que bajaba, parecía que caía escaleras abajo.
Finalmente, llegó a la cocina, si este era el lugar indicado creyó Lucas con desesperación.
Al entrar en la cocina corrió hacia una de las cajas y la empujo con la única mano que tenía contra la puerta de la cocina, sea lo que sea que tuviera que pasar en esta sala, tenía que ser en privado.
Pero por extraño que parezca Lucas dejó el balde tirado en el piso, como si no lo necesitara y corrió hacia una caja un poco más grande que el resto, parecía que el asunto iba a ser más serio de lo que se suponía.
Lucas abrió la caja apuradamente, casi rompiendo la tapa de lo desesperado que estaba en ese momento el pobre grumete.
Dentro de la caja había un montón de sobras de comida, cáscaras, vísceras de pescados, huesos entre otras cosas.
Esta era la caja para tirar la basura, como él y Ricardo eran unos vagos, solo la tiraban una vez cada tres semanas y para colmo se turnaban la tarea, por lo cual estaba a rebosar de desechos y comida podrida.
Lucas sin importarle el olor a mierda que tenía la basura, metió su única mano dentro y empezó a revólver entre la basura, pero parecería no encontrar lo que buscaba.
Por lo cual metió medio cuerpo dentro de la gran caja llena de comida podrida, para poder buscar más profundo, por suerte tras buscar con desesperación Lucas pudo palpar algo similar a lo que andaba buscando y lo sacó con violencia.
Eran las tripas podridas de un pez bastante grande que habían capturado hace casi dos semanas, el olor que tenía era asquerosamente fuerte y un pus amarillento estaba alrededor de toda su superficie, para colmo varios insectos y gusanos se podían ver arrastrándose por la tripa.
A Lucas parecía poco importarle la inmundicia de la escena mientras buscaba un cuchillo en la caja de utensilios sin mucho cuidado, abrió la tripa por la mitad.
En el interior pudo hallarse una piel humana envolviendo algo, parece que alguien con mucha destreza en la cocina había despellejado a este marinero, entre de la piel había una cabeza humana, varias vísceras, tripas y huesos.
"Ja, ja, ja ... Lo sabía, lo sabía" Gritó Lucas con euforia, pero luego su risa se detuvo abruptamente y miró a la puerta de la cocina que permanecía cerrada.
Tomó el cuchillo y se acercó lentamente hacia la puerta. Acercó su oreja a la puerta y se puso a escuchar del otro lado.
*....* .... *....*
Parecía que no había ningún ruido sospechoso.
"Normalmente, estos bastardos se tardan más de una hora para comer, como hoy el capitán puso alcohol bueno, capas tenga más tiempo para deshacerme todo esto" murmuró Lucas para sí mismo en voz baja, temiendo ser escuchado.
"Una hora no es suficiente, podría ir al depósito de la proa, la puerta esa hasta tiene polvo de lo olvidada que está, si me descubren solamente digo que tengo diarrea y no los dejó pasar ..."