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Capítulo 45: En un lecho de mentiras

El punto de vista de Kenny

—¡Kenny! ¡Será mejor que te despiertes y vengas aquí! ¡No voy a jugar contigo hoy, muchacho!

Mis ojos se abrieron de golpe y el falso techo blanquecino me saludó como de costumbre. El sol que se colaba por las persianas de mi habitación brillaba de una manera que parecía más dorada de lo habitual. Me estiré, crujiendo mi cuello, sintiéndome mejor que en meses. Como si toda la energía que me habían drenado al curar a Gordon hubiera sido recuperada y algo más. Sonreí, dándome la vuelta para levantarme de la cama y colarme en la ducha. Diosa, eso fue un sueño. Me alegré de que todo hubiera terminado. Golpeé la carne.

Gesperrtes Kapitel

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