—Ah... envidio tanto a Nana —dijo Luna Misteriosa, se limpió el cabello mojado y acercó su cara a Lily, que estaba sentada derecha en el escritorio.
—Hmm —respondió Lily sin siquiera girar la cabeza.
—¿No preguntarás por qué la envidio?
—Pronto me lo contarás de todos modos —dijo Lily, moviendo la boca.
—¡Maldición! —murmuró Luna Misteriosa, pero no pudo evitar decir al final —: ¿No vieron cómo los soldados en el hospital y los vecinos de la ciudad la tratan?
—Lo vi.
—'Hola, señorita Nana', '¿Te vas, señorita Angel?', 'Señorita Pine, esta es la torta de trigo que hice'... ¡Yo también quiero que me traten así! —dijo Luna Misteriosa y presionó su cara en la mejilla de Lily, pero fue empujada implacablemente.
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