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Capítulo 52: Nuestra debilidad eres tu

Punto de vista de Hel

 Debido a que el castillo estaba lleno de ajetreo decidí quedarme en la casa, allí estaba solo, decidí y conseguí librarme de mis guardaespaldas a duras penas, su miedo a que me ocurra algo es, por así decirlo, agradable, pero realmente paranoico… Dejando eso de lado, la futura batalla no tardaría en llegar, puedo sentirlo, por alguna razón siento una fuerte emoción cuando lo pienso, ahhh, espero que el plan funcione, no tendremos muchas oportunidades si son capaces de sitiar la ciudad, espero que muerdan el cebo.

 Al día siguiente tanto Irina como Saun, regresaron, ella parecía segura del éxito de la misión, aunque Saun no parecía tan seguro, bueno Irina es realmente inteligente, seguramente la más aterradora junto con Lilith y Baltasar, así que lo tomaré como un éxito.

 -Mi señor, ¿tiene algo en mente por ahora? – Irina preguntó mientras jugaba conmigo un juego de ajedrez. Parecía que uno de los reinos vecinos fue capaz de recrearlo y se vende bien.

 -Por ahora no, creo que los preparativos serán suficientes, ¿tú que crees Irina? – Mientras hablábamos nunca paramos de jugar, nuestras partidas suelen ser largas, aunque llevo una extensa lista de perdidas en contra de ella.

 -Creo que tienes razón, ya hemos apoyado incluso de más a estos seres inferiores, si desaparecen será porque era su destino, lo mismo si se salvan, pero señor, espero que no se sobre exija, no sabemos cuán grande puede ser el resultado de usar su habilidad –

 -Entonces significa que es el mejor momento para comprobarlo, por lo menos contaremos con un ejército aliado y no lo haremos estando solos contra tantos enemigos, también… ¿No te sientes sofocada?, puedes quitarte la máscara cuando quier… - En ese momento me interrumpió levantando la mano.

 -Maestro Hel, cuando liberaste esa habilidad por error, la historia sobre esta habilidad y el porque estos seres en que nos convertimos llevan máscaras, nos fue revelada a todos, fue su manera de apoyar a su líder cuando el abismo le quito el control, fue su método de acompañar y cuidar a aquel que tendría que esconder su cara por siempre y nosotros creemos lo mismo, nunca nos quitaremos nuestras máscaras, salvo cuando sea explícitamente necesario, igual que tú me has preguntado, ¿no te sientes sofocado?, nosotros sabemos que sí y por eso, pasaremos esta tribulación juntos –

 Sus palabras me llegaron, las máscaras son un método con dos propósitos, pero ambos para cuidar al ser al que represento, esta facción y los míos se parecían mucho en sus sentimientos a su señor, realmente, no me importaría volver a sufrir esas cadenas, para que el resultado de mis elecciones jamás cambiase.

 -Jaque mate – Mientras sonreía, mi reina acabó con el rey enemigo, el cual estaba atrapado. – Irina, tu partida fue abrumadora y perfecta, igual que tu comportamiento, siempre un paso por delante de todos, pero tienes una debilidad y esa soy yo – 

 Ella rio ligeramente mientras reponía las piezas para empezar otra partida.

 -Mi señor, esa debilidad la acarreare por toda la eternidad con gusto y recuerde que esta la compartimos entre tus súbditos, tus compañeros y amigos, así que le pediré que no se exponga mucho al peligro, así nunca tendremos que preocuparnos de nuestra debilidad y dar siempre lo mejor de nosotros – La risa melódica de Irina era mágica, eso mezclado a sus palabras, llegaron a enrojecerme por completo, estoy seguro que si encontrase una mujer así en mi vida en la tierra, acabaría enamorado de ella. Pero en este momento no tengo ese privilegio, no hasta que pueda romper los lazos con el abismo.

 Tras perder un par de partidas, escuchamos unos pasos, alguien acababa de entrar al patio de la casa.

 Saun usó su habilidad y quedó oculto, Irina se levantó y fue a la puerta.

 Al poco Irina regresó con un aterrorizado miembro sirenoide, ella portaba una túnica ceremonial, por lo que era una de las subordinadas de Luneth.

 Ella temblaba y no hablaba, pasaron un par de minutos y solo entonces me di cuenta de que esperaba mi aprobación para hablar.

 -¿Qué te trae aquí? – Al ver que iniciaba la conversación, su pulso descendió un poco, pero sus piernas aún parecían que cederían.

 -Señor, la alta sacerdotisa Luneth, le convoca si es posible al santuario de la Luna – Debo admitir que su miedo era realmente adorable, pero no tenía ningún gusto por atormentar a las personas, por el momento.

 Asentí y le hice un gesto para que me guíe, ella rápidamente se dio la vuelta y empezó a caminar hacia la puerta, parecía que estaba escapando.

 Saun apareció al segundo.

 -Señor, yo le acompañaré – Asentí y le hice un gesto a Irina para que venga también, tengo la sensación de que Luneth no me llamaría para nada, aún recuerdo su temor hacia mí, aunque ha disminuido recientemente, estoy seguro que no querría llamarme si no es explícitamente necesario.

 Con los dos detrás de mí, comenzamos nuestro recorrido hacia el templo.

 Cuando llegamos, un grupo de sacerdotisas junto con Luneth nos esperaban en la puerta.

 Ella extendió una mano hacia el interior, como gesto para que entremos, solo allí habló.

 -Señor Hel, siento haberle molestado pero tengo algo importante que hablar con usted- Asentí y esperé sus palabras.

 -Lo primero, permítame agradecerle de nuevo su ayuda en el banquete, Marcus es un ser despreciable, realmente lo detesto y Gwen también, la guerra será terrible y muchos morirán, no hace falta tener habilidades premonitorias para saberlo, pero con ello la inmundicia será limpiada, pero no solo le llamado para esto. 

 Mientras hablábamos mire el santuario de arriba a abajo, igual que las iglesias occidentales, tenía varias hileras de bancos, con una alfombra azul en medio, formando un camino hacia el atril y la estatua de la diosa luna, no había mucho lujo, pero aun así daba un ambiente limpio y puro, hermoso.

 -Bien, Señor Hel, aquí está la razón por la cual lo llame - Ella señaló la estatua y entonces un brillo blanco cubrió todo a la vista, realmente una escena familiar apareció justo cuando los ojos se acostumbraron al cambio de luz.

 Un lago de agua muy poco profunda, como un espejo inmenso que reflejaba una luna enorme, un paraje de inmensa belleza y una especie de sirena en un trono.