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Capítulo 50: La respuesta del millón de euros

 Porque un mundo en guerra para dejar a los muertos, es la pregunta que todos en la tierra y en LAZ, se hacían, porque un mundo de muerte y batalla.

 Cuando uno piensa en el paraíso, suele recordar un mundo blanco de mármol y oro, donde la paz reina, donde las nubes son el adoquín de la acera, donde siempre te sientes protegido y donde nunca pasa nada malo, donde te reúnes con tus familiares y vives sin preocupaciones.

 Entonces, ¿por qué la guerra?

 Aun en mis pensamientos, asentí hacia Gwen.

 Ella sonrió.

 - Estás preguntándote porque un mundo en guerra, como hacen todos, pero señor Hel, ese es un pensamiento muy cerrado, como en el oriente se suele decir, como una rana en un pozo, me gustaría preguntarte, ¿en algún momento se te indico que entrases en guerra y matases a alguien? - En ese instante, mis ojos se abrieron como platos, no, nunca nadie me pidió que matase, es más, siempre tuve la oportunidad de evitarlo, podría haber cogido el camino de un vegetariano y no tendría ni que matar animales...

 - Por su silencio, juzgo que se ha dado cuenta, este mundo no te obliga a entrar en guerra, nunca te ha impuesto nada, ¿pero entonces como terminamos así?, la respuesta es sencilla, este reino solo te da una cosa, es la capacidad de cumplir todas tus ambiciones, te da posibilidad de alcázar todos tus deseos, te da gente que te sirve, te da la capacidad de trascender tus limitaciones dadas por el cuerpo humano, te recompensa por cumplir tus sueños, ahora lo entiendes, no es el mundo el que te obliga a la guerra, son las ambiciones de los humanos las que las crean - Mi mente se estaba abriendo, era verdad, podría haber decidido olvidar el abismo y nunca seguir esa ruta, pero mi muerte, mi fragilidad, el deseo por poder, todo fue mi elección, yo elegí este camino.

 - Señor Hel, una de mis tías se especializaba en la psicología y ella me decía, que mi afición por los juegos de guerra y conquista, provenía de mi sangre, de mi ser, nacida con ambición. Ella me contaba que los humanos nacimos como animales territoriales, los cuales buscan cumplir sus deseos a toda costa, algunos desean poder, otros riqueza, algunos amor, pero la mayoría siempre quiere más, ella adoraba la época antigua, todos los años antes de la formación de la ONU y antes de que el mundo se estabilizase, ella creía que esto era un error, pues la sociedad estaba formando cadenas, cadenas que ataban a los hombres sin que ellos lo supiesen, conteniéndoles sus ambiciones, claro que la paz está bien, pero la humanidad es como una tetera con agua hirviendo en su interior, si no llega a tener algo contra lo que luchar, donde poder liberarse, entonces acabaría por explotar y ese sería el verdadero fin del mundo, pues cuanto más contienes algo, peor se vuelve a la larga.

 Hoy en día, muchos jóvenes se encierran en sus mundos, buscando vías de escape, las drogas, peleas callejeras, esto es porque están siendo contenidos, no pueden liberar sus deseos más primitivos, tenemos que recordar que somos animales ante todo, no seres superiores, esa es la razón de LAZ, un mundo sin limitaciones, sin cadenas, un mundo donde uno lucha por lograr sus deseos, donde te esfuerzas por conseguirlos y donde peleas para protegerlos, un mundo donde una sociedad no obliga a aceptar el bien como bien y el mal como mal, es un mundo libre, un mundo donde cualquiera puede llegar a ser rey, rico o hermoso, donde cualquiera puede liberar todos sus deseos y donde cualquiera puede trascender, eso es el cielo, eso es La sonrisa de Lázaro - Estaba perplejo, si alguien fuera a escucharla en la tierra, pensarían que era una proguerra, alguien malvada que busca conflictos, derrocar a las autoridades, alguien que solo busca agitar problemas, pero si lo mirabas de su parte, ahora viendo este mundo, quizá no estaba equivocada.

 LAZ, ha demostrado que quien no desea la guerra, puede alcanzar ese ito, un ejemplo son aquellos que se volvieron Hadas, teniendo una vida tranquila, donde solo piensan en divertirse y jugar o las Dríades y Ents, que solo buscan la tranquilidad.

 Así es el mundo en el que ahora vivo.

 - Ahora tiene mucho en lo que pensar señor, le recomiendo que descanse, en los siguientes días será difícil hacerlo - Mientras ella se marchaba yo no podía pensar en nada que no fuese nuestra conversación, quién lo iba a pensar, una chica tan joven me había dado un gran repaso en lo referente a la filosofía y el entendimiento de la humanidad, tenía que reponerme e intentar cuadrar los puntos sobre las ies.