Madeline miró el río donde el agua parecía como cualquier otra agua normal, pero cuando Vladimir usó su mano para sumergirla en el agua, notó que su mano cambiaba de carne a huesos. Movió sus dedos como si llamara a las almas que flotaban, y luego se giró para mirar a su derecha. Volviendo la vista hacia lo que él veía, Madeline notó un alma flotando hacia ellos, y vio a la mujer que tenía cabello rubio dorado.
—¿Es esta la persona? —preguntó Vladimir, y Madeline miraba a Marina sin que saliera una palabra de su boca.
—¿E-e-está muerta? —preguntó Madeline.
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