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Sanín

A la mañana siguiente me levante y me metí a bañar, luego de eso me dirigí al armario a buscar ropa adecuada para entrenar, escogí unos shorts de licra y un topo deportivo, arregle mi cabello en una coleta y me fui a la cocina por algo rápido para desayunar.

Allí encontré a mis padres adoptivos desayunando y hablando felizmente.

-Buenos días, mama, hoy desayunare rápido, quiero llegar temprano para poder a hablar con Bill de algo importante.

-Esta bien cariño, ya ve que tienes buena relación con tu padre biológico, eso nos llena de felicidad, también veo que te llevas muy bien con Mary y eso es genial.-dice mi madre con voz chillona.

-No te preocupes, tu siempre serás mi madre y aunque es verdad que me llevo genial con Bill y Mary ustedes siempre serán mis padres y los amo a ambos por igual, así que quita esa cara.

-Hay nena, no sabes lo orgullosa que me siento de ti, mírate toda una mujer, nuestra futura Alpha, si yo hubiera tenido una hija propia me hubiera gustado que hubiera sido como tu.

-Pero mama, que cosas dices, yo soy tu hija, no lo seré de sangre, pero lo soy, tu me criaste y diste lo mejor de ti por mi. Eres ua excelente madre, no lo olvides nunca.

Mi padre al vernos tan sentimentales, esbozo una sonrisa y nos abrazo a ambas, un hermoso abrazo familiar, que me hizo querer detener el tiempo y quedarme en ese cálido abrazo familiar.

Al salir de casa me encontré a Jonathan, quien también se dirigía al entrenamiento, el es quien se encarga de los jóvenes lobos.

-Buenos días princesa, ¿a donde vas tan temprano?

-Quería hablar con Bill antes de mi primer entrenamiento, además tengo una petición que hacerle.- dije con la cabeza baja.

-¿Y que clase de petición, si se puede saber?-pregunto.

-Es algo que no te incumbe, además es una cosa familiar, así que deja de meterte en mis asuntos, sino tienes nada mas que decir necesito llegar a tiempo.

-Pensé que también me considerabas de tu familia, luego de lo que paso anoche. - dijo con una sonrisa seductora en su rostro.

-Mira, Jonathan... lo que paso anoche no puede volver a repetirse, jamás, así que bórrate esa sonrisita de la cara porque no volverá a suceder, ¿entendiste, te quedo claro?.

-Eso es algo que no va suceder, desde anoche no puedo sacarme ese beso de mi cabeza, me entra algo y me hace querer mas de ti mas de tus besos, mas...-antes de que siguiera lo interrumpí.

-Yo tampoco me lo puedo sacar de la cabeza, pero entiende no estoy preparada para esto no... no aun.

Jonathan se acerca a mi y corta la poca distancia que nos separa, acaricia mi mejilla y levanta mi barbilla.

-Princesa, no te estoy obligando a que te quedes conmigo, se que para ti es muy difícil escoger a uno de los dos, solo quiero que sepas que te quiero, que te quiero demasiado y estoy dispuesto a esperar una eternidad por ti si es necesario, 320 años no es nada comparado si tengo que esperar hasta el día de mi muerte.

Esas palabras llegaron a mi corazón, no sabia que el se sintiera así y el que me dijera que estaba dispuesto a a esperarme toda una eternidad calmo un poco mi ansiedad, y yo sabia que muy adentro yo lo quería mas a el que a Carlos pero tampoco quería perderlo a el, era muy egoísta de mi parte por quererlo a los dos, por amarlo a los dos, eso no era justo para ninguno. Ambos habían esperado demasiado tiempo para que apareciera su media mitad y cuando por fin aparece resulta ser la misma chica pala ambos.

A veces me pongo a pensar si la Diosa de la Luna se enfadaría si tuviera un trio amoroso, si estuviera ben tenerlos a los dos conmigo, luego me quito era ridícula idea de la cabeza, yo y mis pensamientos cliché.

Cuando llegue a caza de Bill, lo salude y vi que Mary también estaba allí, así que la sacude con un beso en la mejilla y un abrazo, aunque no lo crean he sentido cierto apego a estas dos grandes personas, es verdad seo que dicen de que la sangre llama. Al fin y al cabo son mis padres y se que hicieron todo lo posible por protegerme de los peligros de ese entonces, además yo he aprendido a quererlos mucho en estas ultimas semanas. También he estado pensando en si debería pasar mas tiempo con ellos, talvez debería quedarme unas cuantas semanas con ellos, así seria mucho mas conveniente que el estar hiendo y viniendo todos los días además también pasaría tiempo con mi pequeño hermanito.¨Hermanito¨siempre quise tener un hermanito, pero jamás lo tuve, y ahora que si lo tengo, me gustaría pasar tiempo con el además es muy lindo y tierno aunque ya esta bastante grandecito, el me agrada bastante, somos familia después de todo.

-Bill, me gustaría pedirme que fueras tu mi entrenador, como ya sabes lo que pasa con Carlos y Jonathan, me gustaría mantenerme lo mas alejada de ellos posible, además tu eres mi padre, el Alpha y seria conveniente con fueras tu el que me ayudara con tal situación, además me sentiría mas a gusto contigo que con esos dos idiotas que se la pasan peleando casi todo el tiempo. También me gustaría pasar tiempo contigo como padre e hija así que ¿que opinas?.

El me miro con asombro, no esperaba que saliera con tal petición, el mito a Mary y solo sonrió mientras tomaba su café con miel.

-Pues a mi me parece una idea maravillosa, el tiempo de padre he hija es muy importante y ahora que nuestra pequeña a regresado, seria perfecto para la familia.-hablo Mary llena de emoción.

-Pues, yo encantado de ser tu entrenador, cariño pensé que nunca me lo pedirías. Es para mi un honor ser el entrenador de nuestra futura Alpha.

Yo sonreí pensé que diría algo incomodo pero no, todo lo contrario era sensaciones que me daban paz, tranquilidad, como si todo lo que me faltara estuviera en ellos.

-Pues no perdamos el tiempo, ahí una Alpha que entrenar.-dice lleno de emoción. El se me acerco y puso mis rostro entre sus manos, y beso mi frente, era un hermoso y cálido beso, uno en el que un padre orgulloso le da a su hija al final de su graduación.

-Estoy tan feliz de que haigas regresado a casa, te he extrañado mucho, mi pequeña ¨Sanín¨-dice dándome un cálido abrazo.

¨Sanín¨ es un apodo muy hermoso.

-Así era como te decía tu padre cuando eras una bebecita, eras tan chiquita, además te gustaba jugar con su pelaje, así era que quedabas dormida. Eras tan hermosa, todo una ternurita, pero también eras muy traviesa. Recuerdo esa vez que jalaste el mantel de la mesa de invitados, pensabas que era tu sabanita, dejaste caer toda la comida al suelo y te bañaste con el pudin de chocolate, eras todo un desastre.-dijo ella entre risa, se veía muy feliz.

Todos reímos con lo que nos contaba, al final nos quedamos otra vez en la casa mientras ellos me contaban como era de pequeña, antes de que me enviaran con mis otros padre, Sam y Mia. Esa noche me quede en la casa de Bill y Mary y me sorprendí mucho al saber que ellos tenían una habitación que era solo para mi, era muy bonita.

-Según ibas creciendo, Sam y Mia nos iban contando lo que te gustaba, así que decidimos que haríamos esta habitación para ti, anhelando el día que volvieras con nosotros.-dijo Bill con una voz melancólica.

-Es muy hermosa, gracias... papa.-luego le di un abrazo tan fuerte como pude. Lágrimas salían de sus hermosos ojos.

-Toma un baño, ahí ropa que te encantara en el armario, y luego baja a cenar, será un placer tener toda la familia unida después de tanto.

Luego de que se fue entre al enorme almario, me sorprendí la cantidad de cosas que habían en el, y todo de mi gusto, se ve que se esforzaron mucho para lograr esto. Tome un vestido amarillo que me llegaba un poco mas arriba de la rodilla y me dirigí al baño, tome una larga ducha y salí y seque mi largo cabello. me vestí con lo que había elegido y baje.

un olor a batatas y costillas inundo mis fosas nasales, cuando me dirigí al comedor me sorprendí al ver la cantidad de comida que había en la mesa, era todo un buffet.

-Es demasiada comida para cuatro personas,-dije asombrada.

-No, también vendrán Sam y Mia, después de todo ellos también son tus padre, ya deben estar por llegar.

Me sentí muy afortunada por tener 4 padres y un pequeño hermanito, era sin duda la familia de mis sueños.