webnovel

Ichika y Yotsuba

🌹 ICHIKA NAKANO 🌹

Estuve practicando besos de labios con Yotsuba hasta que la rueda de la fortuna termino su vuelta completa. En el transcurso notaba claramente lo nerviosa y avergonzada que estaba mi hermana. Siempre procuré darle pequeños besos sobre sus labios, sin ir a mayores, mientras acariciaba su mejilla y sus manos para poder calmarla y que se acostumbrara a esta sensación.

Una vez abajo de la atracción nos dispusimos a caminar hasta una banca cercana. Ya había atardecido y era hora de volver a casa.

—Bien, pediré un taxi para que volvamos a casa —comente mientras sacaba mi teléfono.

Mientras buscaba un taxi cercano en la aplicación note que Yotsuba estaba algo callada, así que acerque mi mano a su mejilla para acariciarla.

—La pasamos muy bien hoy ¿Verdad? —le pregunte a mi hermana con una sonrisa cálida.

—¡Si! Me divertí mucho hoy Ichika.

Ahí estaba devuelta la sonrisa animada y tierna de Yotsuba. Verla sonreír de esa forma me quitaba el miedo y la preocupación que tenía debido al paso grande que dimos allá arriba en la rueda de la fortuna. Me sentí más calmada y seguimos hablando de lo que hicimos en el día hasta que llego el taxi que pedí.

Durante el viaje hablamos de las atracciones y vimos las fotos que nos tomamos juntas. Fue una bonita charla de amigas y hermanas, yo estaba un poco cansada, pero Yotsuba parecía tener las mismas energías que en la mañana. Al llegar a la casa nos bajamos del taxi y antes de entrar tomé la mano de mi hermana para retenerla un momento.

—Yotsuba, espera. Verás, quería pedirte algo... —le decía a mi hermana con un tono bajo.

—¿Qué pasa Ichika?

—Bueno, es sobre lo que hicimos en el parque... quisiera que guardásemos el secreto ¿Si?

—¿Guardar el secreto? ¿A qué te refieres? —me pregunto Yotsuba algo confundida.

—Ya sabes, sobre lo que paso arriba en la rueda de la fortuna. No quisiera que las chicas se enterasen. No aun...

—Pero ¿Por qué? Si no malo que me enseñes estas cosas para estar preparada.

—Lo sé pero... emm... —estaba pensando en alguna cosa para decirle y que guardara el secreto, pero no se me ocurría nada.

—Mira ¿No sería una gran sorpresa para las chicas que se enteren cuando ya seas una experta en "estas cosas"? —le dije a Yotsuba para tratar de convencerla.

—Será más impresionante para ellas que se enteren cuando ya sepas todo sobre esto ¿No crees? —continúe.

—Si se enteran cuando ya haya aprendido todo... ¡Seguro crean que soy una experta! —respondió Yotsuba con un tono animado.

—Si, así será una mayor sorpresa.

—¡Claro! Seguro quedarán impresionadas cuando les diga que yo sé todo sobre el mundo de las parejas. Y no soy una niña sin conocimiento.

—¡Por supuesto! Entonces guardaremos el secreto hasta que te haya enseñado todo ¿De acuerdo?

—¡Muy bien! Confió en ti Ichika —dijo Yotsuba con un tono animado y alegre.

Nos dimos un abrazo y luego entramos a la casa. Ahora no tendría que preocuparme de que las demás se enteren que Yotsuba y yo nos besamos en el parque esta tarde. Ni mucho menos lo que tengo planeado enseñarle, así ella no pasara por lo mismo que yo pase... aquel día que fui a pedir ayuda y termino en algo mucho peor.

...........

Durante la siguiente hora le conté la mayor parte de mi vida a la señorita Celia, mis ambiciones y mi sueño como actriz, además de mi vida y experiencias en la escuela. Procure no contarle que era una quintilliza, no es un tema fácil de explicar y quería ahorrarme la mayor parte de mi historia familiar, más que nada por la relación con mi padre y mi difunta madre.

—Y por eso busco ganar más experiencia y fama en la actuación. Me encanta actuar e interpretar todo tipo de papales —concluí luego de pasar una hora hablando sobre la parte de mi vida.

—Es muy interesante todo lo que me cuentas... —menciono la señorita Celia.

La vi pararse de su asiento y dirigirse a mi lado, me quede viéndola y como se sentaba en el mismo sofá, con su copa de vino en la mano.

—Me alegra saber que estás muy enfocada en tu afición, dejando de lado tu vida adolescente —me decía la señorita Celia.

—Pero, solo se es adolescente una vez. No querrás dejar pasar la mejor parte de tu vida.

—Si, también pensé eso. Pero no creo que me pierda de nada. Quiero esforzarme para cumplir mi sueño lo antes posible —le dije con una voz decidida.

—Ichika... te estás perdiendo lo mejor de ser adolescente. Disfrutar de las fiestas, las salidas con amigas, las nuevas experiencias...

Note como el tono de voz de la señorita Celia había cambiado a uno más... ¿Seductor?

—Disfrutar de conocer nuevos lugares, y conocerte a ti misma...

La señorita Celia se había acercado un poco más a mí con cada palabra que decía. Y me sonrojé cuando sentí su mano apoyada sobre mi rodilla.

—...de los chicos... tu primer beso... dime Ichika ¿Ya diste tu primer beso?

La forma en la que me hablaba y me miraba la señorita Celia era algo extraña, sentía que me estaba coqueteando de alguna forma. Y lo más extraño era que no me molestaba para nada ¿Por qué?

Al contrario, de alguna forma me sentía algo inquieta, como si tuviera un leve cosquilleo en alguna parte de mi cuerpo.

—Y-yo... no he dado mi primer beso aun...

Dije con una pequeña voz nerviosa, de pronto la señorita Celia apoyo uno de sus dedos sobre mis labios. Me quede quieta al sentir su tacto. En este momento si comencé a sentir algo de incomodidad y de miedo por no saber que estaba pasando en este instante.

Mis ojos miraban los dedos de la señorita Celia, y como frotaban levemente mis labios, cuando la mujer emitió un sonido mis ojos fueron inmediatamente a cruzarse con los suyos.

—Es una pena... o mejor dicho, una buena oportunidad.

—¿Una oportunidad? ¿Por qué una oportunidad? —pregunte confusa.

La señorita Celia me dedico una sonrisa y separo sus dedos de mis labios.

—Porque es mejor tener tu primer beso de alguien que sabe sobre eso, a que lo tengas con alguien inexperto.

Mis ojos se abrieron como platos cuando la señorita Celia se acercó y junto sus labios contra los míos. Estuve un par de segundos sin saber que hacer hasta que mis manos se movieron. La señorita Celia se separó de mi justo en el momento que apoyaba mis manos en sus hombros.

—P-pe... pero... ¿Señorita Celia? —dije con una voz entrecortada, tratando de encontrar alguna respuesta a lo que había hecho.

—Ohh Ichika, eres una jovencita tan linda. No te preocupes...

Mire como la señorita Celia se volvía a acercar a mí, esta vez apoyando su mano sobre mi mejilla y lanzándome una mirada cargada de deseo y lujuria. O eso era lo que podía ver en su expresión

—Deja que Cecilia Beckenflow te dé una de las mejores primeras experiencias...

Aún me encontraba procesando el beso anterior. Era el primer beso de mi vida, no sabía que hacer en ese momento, y la señorita Celia ya estaba a escasos centímetros de mi rostro.

Volví a sentir aquellos labios húmedos sobre los míos, pero esta vez se sentía diferente. Mi cuerpo comenzaba a sentirse diferente, lo sentía un poco pesado. Quería levantar mis manos para apartarla de mí, pero sentía los brazos pesados, como si me tomara un gran esfuerzo levantarlos.

Dentro de mí había muchas cosas mezclándose y afectándome de mil maneras. Por un lado estaba ese pequeño cosquilleo que iba creciendo poco a poco, y por el otro había una sensación de cansancio, algo que me exigía esforzarme más por cada movimiento. Esa misma sensación hacía sentirse a mi cuerpo pesado.

Mi mente vagaba entre un lado y el otro, sin poder decidirme que hacer. Y sumado a todo esto estaba la señorita Celia, su lengua ya había entrado en mi boca y se movía lentamente por el interior.

¿Qué me pasa? ¿Por qué me cuesta mover el cuerpo? —me preguntaba en mi mente mientras todo eso sucedía.

¿Por qué hace eso la señorita Celia? Yo... no quiero esto...

Mis pensamientos iban y venían entre lo que pasaba en mi cuerpo y lo que sucedía en el exterior. Hasta que la señorita Celia por fin se apartó de mí y me enfoque en mirarla de manera débil, con la respiración algo forzada.

—¿Qué te pareció Ichika? Tu primer beso... —escuche decir a la mujer con un tono calmado.

—Y-yo... no lo sé... yo...

No sabía muy bien que decir, con todo lo que había pasado por mi mente y cuerpo en esos pocos segundos, no pude sentir muy bien el beso de la señorita Celia. Pero mientras pasaba aquel cosquilleo comenzó a subir de a poco.

—Oh... quizás necesites probar más para saber si te gusto ¿Verdad? —decía la mujer con un tono algo travieso.

Ella no me dejo responder y se volvió a acercar a mí. Lo que siguió fueron varios besos largos y repetitivos. Acabe apoyada contra el sofá y la señorita Celia estaba prácticamente encima de mí. Todo pasaba tan rápido y mi cuerpo respondía a las acciones de aquella mujer de una forma extraña.

Cuando me di cuenta mi cuerpo ardía, y el ambiente a mi alrededor se sentía caluroso. Aquel cosquilleo que sentía al principio se esparció por todo mi cuerpo, anteponiéndose al cansancio de mi cuerpo e invadiendo mi mente con pensamientos extraños.

—Ahh... Ichika, tus labios tienen un buen sabor... creo que no me cansaría de besarlos.

Me dijo la señorita Celia y volvió a besarme en la boca. Yo ya no podía controlarme, mi mente se había perdido en una neblina irreconocible y mi cuerpo seguía sus propios instintos. Había olvidado el motivo por el que vine aquí. Lo único que sentía era ese cosquilleo irritante, que crecía en todo mi cuerpo y me pedía "Más" "más" "más de esto".

—Ahora Ichika ¿Tienes una mejor impresión sobre tu primero beso? —me pregunto curiosa la señorita Celio.

—Y-yo... f-fue... fue bueno...

Dije con tono bajo y logré ver la sonrisa de Celia antes de perderme y dejarme atrapar en esa neblina extensa que cubría toda mi mente.

—Ichika... dejame darte más experiencias buenas... te gustará mucho~

La boca de la señorita Celia invadió mi cuello y me causo varios jadeos. De pronto mis pechos sintieron un agarre y algunos apretones suaves. Poco tardo la señorita Celia en cubrirme completamente con su cuerpo. Se había subido a ahorcadas encima de mí, acorralándome con sus piernas.

Sus besos comenzaron a ser prolongados y notaba como empezaba a desabotonar mi camisa, poco tarde en ceder completamente a aquel momento y me volví una chica débil y obediente, sin poder reaccionar a nada por mi propia cuenta.

—Mi señora, aún quiere que le traiga...

Logre escuchar una pequeña voz a lo lejos, cuando la señorita Celia se separó de mi rostro apenas pude abrir los ojos. Por la luz del techo y mis parpados cansados pude ver de forma borrosa a aquella sirvienta que me había traído mi jugo hace una hora.

—No, ya no hace falta. Dejanos a solas y apaga la luz al salir.

Escuche decir a la señorita Celia y con la boca algo abierta mire a aquella sirvienta que hacia una reverencia y se daba media vuelta para marcharse.

Espera... por favor... ayudame...

Logre decir ¿O quizás solo lo pensé? No sabía muy bien que había pasado, pero estaba segura de que dije estas cosas por puro instinto de supervivencia, aunque ni siquiera había movido mi boca. Cuando la luz desapareció de alguna forma supe que ya no había vuelta atrás, que ya no podría ayudarme nadie.

—Ahora estamos a solas Ichika, vamos a pasarla muy bien juntas~

Gire mi cabeza de forma lenta y mire el rostro de la señorita Celia. En su mirada logré a ver un deseo absoluto y una lujuria total sobre mí, que buscaba calmar de inmediato. Sus manos invadieron con rudeza mi cuerpo y liberaron mis pechos. Mordí mis labios con fuerza cuando la mujer comenzó a besar y luego a chupar de mis pechos con mucho entusiasmo.

Los primeros jadeos salieron de mi boca mientras escuchaba decir a la señorita Celia "cuerpo fresco", "pechos grandes", "un buen sabor" y también decía "esencia joven".

Todo lo que sucedió después quedo grabado en mi cuerpo y mi mente, era como si no pudiera hacer nada para evitarlo, la señorita Celia tenía el completo control sobre mí y abuso de mi cuerpo en cada momento que pudo. No recuerdo cuanto tiempo estuvo aprovechándose de mi cuerpo y obligándome a hacer distintas poses, diciéndome que debía hacer y forzándome a gemir y a seguir complaciéndola hasta que ella ya no pudiese más.

Mi cuerpo sintió y se grabó cada minuto de sufrimiento, mientras que mi mente se cubría más y más con esa neblina oscura. Hasta que quedo completamente cubierta y luego no pude recordar más lo que paso.

...........

—¿Y se subieron a los autos chocones? —pregunto Itsuki mientras comía la cena.

—Si, yo le gane a Ichika y descompuse su autito —respondió de manera alegre Yotsuba.

—Ah jajaja... yo no supe manejar bien el mío —dije con una risa medio nerviosa.

Yotsuba continuo contándole todo lo que hicimos esta tarde, a excepción de lo que paso en la rueda de la fortuna. Solo estábamos con Itsuki cenando, Miku había llegado muy cansada de su trabajo luego de hacer doble turno. Y Nino había salido con sus amigas de fiesta esta noche, algo que solía hacer cada vez más a menudo.

Terminamos de cenar y me quede limpiando la mesa y los platos, cuando termine solté un largo suspiro y me dirigí a mi habitación, había sido un día largo y estaba algo cansada. Pero aún tenía una cosa por hacer.

Me cambié en mi habitación y luego salí para ir a la habitación de mi hermana. Caminaba con pasos lentos para que no me escucharan las demás. Al llegar a la habitación de Yotsuba entre con movimientos cuidadosos, mi hermana aún no estaba dormida, pero ya tenía su pijama puesto.

—Yotsuba... —dije en un susurro mientras me acercaba a su cama.

—¿Eh? ¿Ichika? ¿Qué haces aquí? —me pregunto Yotsuba mientras se levantaba y se sentaba en su cama.

—Creí que sería buena idea... pasar una noche como hermanas ¿No crees?

Le dije susurrando y me subí a su cama para darle un cariñoso abrazo.

—Oh, está bien. Dormiremos juntas como solíamos hacerlo hace tiempo —me comento Yotsuba con una sonrisa.

—Si, cuando tenías pesadillas y venías a dormir a la habitación de tu onne-chan.

—Jejeje, es que era una niña —dijo mi hermana con una risa nerviosa.

—Y aún no eres ¿No es así?

Le pregunté con un pequeño tono divertido y comencé a hacerle cosquillas en su abdomen. Yotsuba comenzó a reír y a patalear, cuando nos dimos cuenta ella se había recostado en la cama y yo me quede encima suyo, ambas sonriendo de forma divertida luego de la pelea de cosquillas.

—Yotsuba... ¿Quieres practicar besos antes de dormir?

—Ohh… bueno... creo que está bien. Aún debo acostumbrarme a esos besos —me respondo mi hermana de manera decidida.

Le dedique una sonrisa pequeña y me separe para que ambas nos sentáramos en la cama. Cuando Yotsuba me dio la señal me prepare y me acerque lentamente a sus labios. Mi boca hizo contacto con la suya y empezó un pequeño beso de hermanas.

Seguí con varios besos del mismo tipo, mi mano fue a la mejilla de Yotsuba para saber que tan nerviosa y acalorada se ponía. Había una diferencia entre esta tarde y ahora, podía sentir como Yotsuba se ponía menos nerviosa y se acostumbraba a este tipo de besos.

—Yotsuba, creo que ya estas lista para el siguiente paso.

—¿Ah si? ¿Y qué es lo que sigue? —me pregunto con un notorio sonrojo en sus mejillas.

—Bueno, lo que sigue es algo que solo se puede hacer a solas. En un lugar privado y con la persona especial.

—¿Así como en mi habitación?

—Si, en lugares donde te sientas realmente cómoda y en confianza. Cierra tus ojos un momento y no los abras hasta que te lo diga ¿De acuerdo? —le dije mirándola a rostro.

—Está bien Ichika...

Yotsuba cerro los ojos y dejo sus manos a los lados. Se notaba lo nerviosa que estaba en este momento, a diferencia de los besos anteriores. Baje la mirada y levante una de mis manos, acercándola hacia su pecho. De manera delicada la apoyé sobre uno de sus senos, sosteniéndola levemente sin dañarla.

—Mgghh... —jadeo Yotsuba levemente.

—Tranquila Yotsu, esto es algo normal en las parejas. Voy a presionar un poco ¿De acuerdo?

—E-está bien...

Mi mano poco a poco presionó el pecho de Yotsuba y lo fue frotando levemente. Al igual que el mío, el pecho de Yotsuba era de un buen tamaño, mi mano derecha no era suficiente para cubrirlo por completo. Seguí apretándolo y frotándolo con delicadeza mientras Yotsuba jadeaba y se sonrojaba más.

—Yotsuba ¿Sientes un cosquilleo dentro de tu cuerpo?

—¿Q-que?

—¿Puedes sentir un cosquilleo por esta zona? —le pregunté y con mi mano libre fui a apoyar mis dedos cerca de su ombligo.

—Ahh... c-creo que sí...

—Bien, es una buena señal. Ahora pasaremos a algo más... intimo...

Separe mis dedos de su abdomen y fui a tomar el cierre de su pijama. Como era habitual Yotsuba dormía con un pijama de oso que se abría por el medio. Poco a poco fui bajando el cierre hasta la mitad de sus senos. Mi mano derecha se movió y la metí con cuidado debajo de su prenda. Mis dedos hicieron contacto con su piel y se deslizaron hasta llegar al centro.

—Aahhh... aahhhh... —jadeo Yotsuba luego de que metiera mi mano debajo de su pijama.

—¿Siente eso Yotsu? El cosquilleo aumentó ¿Verdad?

—S-sí... se siente más fuerte... me siento... inquieta...

—Entonces está bien. Eso es lo que debes sentir.

Me quede mirando fijamente las expresiones de Yotsuba. Mi mano continuo metiéndose hasta que uno de mis dedos toco aquella zona sensible. Utilice mi dedo índice para frotar y tocar el pezón de mi hermana. Mientras lo hacía la veía morderse el labio levemente, luego soltaba varios jadeos y volvía a morderse los labios.

Estuve unos cuantos minutos frotando el pezón de Yotsuba, acariciándola y apretando levemente con dos dedos. Al final terminé sacando mi mano y separándome de ella, los cambios en el rostro de mi hermana fueron muy notorios como para saber que ya había sido suficiente.

—Bien, ya puedes abrir los ojos Yotsuba.

—Ehh... ¿L-lo hice bien? —pregunto mi hermana nerviosa y con la mirada baja.

—Yotsu, aún te falta acostumbrarte. Fue la primera vez que hicimos esto, pero te fue de maravilla.

En el rostro de mi hermana se formó una sonrisa alegre. Ella estaba contenta por haberle ido bien en esta nueva enseñanza. Me acerque a ella y le deje un beso pequeño en sus labios.

—Bien, mañana continuaremos con los ejercicios ¿De acuerdo? Ahora es hora de dormir.

—Si, mañana seguro dominaré ese ejercicio —menciono emocionada Yotsuba.

Mi hermana se acercó a mí y dejo un rápido beso sobre mis labios, luego se dio la vuelta y se recostó en la cama. Con una sonrisa me acerque y la abrace por detrás para dormir acurrucada a ella.

Que Yotsuba me haya dado un beso era un gran avance, parecía que ya estaba completamente acostumbrada a los besos de labios. Quizás mañana debiéramos empezar con los besos de lengua. Me alegraba que Yotsuba estuviera tomando todo esto bastante bien, significaba que sería más fácil de lo que pensé enseñarle todo esto a Yotsuba. Así no sufriría y no se dejaría influenciar fácilmente por cualquier chico, o chica, que quisiera aprovecharse de la inocencia de mi hermana.

Nadie debía quitarle la inocencia a Yotsuba, y como hermana mayor me ocuparía de que eso no ocurriese nunca.