Después de salir de la residencia de la familia Harris, Sharon se sintió mucho más relajada. Después de trabajar duro, Wallace aún tenía que lidiar con esas personas.
En la entrada del hospital, un niño atrajo la mirada de Sharon. Llevaba una pequeña mochila de honda y dos bolsas tejidas grandes. Caminaba hacia adelante con dificultad, pareciendo como si estuviera vendiendo basura.
Considerando su altura, no tenía más de cinco o seis años. Las dos bolsas tejidas eran más altas que él, por lo que era difícil para este pequeño dar cada paso.
—Ya estoy muy ocupada; ¡no puedes molestarme! Eres un niño mayor, así que debes cuidar bien a tu hermano menor. Tienes que cuidarme bien a mí —el niño murmuraba algo, haciendo que el corazón de Sharon le doliera. Miró al niño que luchaba por avanzar y recordó su infancia.
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