La paladín desplegó sus alas, las agarró y salió disparada del lago como una bala recién disparada de un arma. Luego, voló con todos de vuelta a la ciudad donde entregaron la cabeza del líder de los Licademons y recibieron sus dos mapas.
Todas las miradas en la sala de tareas estaban puestas en ellos, algunas llenas de envidia y otras de admiración.
—Vamos a buscar una sede para nuestro gremio —les dijo Alix. Todavía tenía una misión que cumplir fuera de la tarea.
—La torre de la posada del mago de luz. Es el lugar más seguro en esta ciudad y tiene la mejor comida —recomendó Héroe.
Muerte Oscura le dio una palmadita en las alas a Héroe con astucia y sonrió.
—Llévanos allí, tus alas son tan suaves y cálidas. Eres mejor que Baize —dijo.
Héroe frunció el ceño y dio una patada a Muerte Oscura hacia un lado. ¿Cómo se atreve a compararla con una montura con esa mirada desagradable en su rostro?
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