Caishen miró a los ojos infelices de Alix y soltó una risita. Había logrado sonsacar un veinticinco por ciento de las acciones del instituto Yuwen. Lo hizo a propósito porque quería que ella se sintiera cómoda más adelante cuando revelara las otras propiedades que planeaba comprar alrededor de la escuela.
Ella lo miraba con ojos tristes de cachorro que casi tiraban de sus corazones, así que desvió la mirada de sus ojos y soltó sus manos.
—¿Estás descontenta conmigo? —le preguntó.
Ella torció sus labios, formando un puchero y lo miró fijamente.
—Hmph —respondió ella.
—¿Qué tal si prometo darte todos mis recursos disponibles para ayudarte a expandir la escuela tanto como quieras? —preguntó él.
—Hmph —fue el sonido que salió de ella. Incluso se giró y le dio la espalda.
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