El pollo le dio un poco de vuelta antes de que finalmente lo durmiera en poco menos de un minuto. Para ella, se sintió como si hubiera estado en ello por al menos diez minutos.
Una sonrisa muy reveladora de satisfacción se dibujó en el rostro de Alix cuando finalmente tocó al pollo y este desapareció.
—Dime cuándo quieras alojarlo en el mundo real. Por ahora, podemos vender los huevos en el universo de juegos —un avispado elfo azul, tan alegre y de tan buen humor, le dijo.
—Guárdame algunos huevos —le recordó al elfo.
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