395 ¡Zi Entra!

La espada de Wendy obviamente ya había llegado a la cara de Mogensha, pero fue bloqueada instantáneamente por una barrera incorpórea. Las furiosas llamas se arremolinaron en un contragolpe, ¡enfrentándose violentamente en la cara de Wendy! Junto con el barro que salpicaba la cara de Wendy, hizo que se viera excesivamente demacrado.

En cambio, Mogensha se sentó tranquilamente dentro de su barrera protectora, mientras su cigarro aún estaba completamente intacto. Escupió otra bocanada en la cara de Wendy, y se rio en silencio.

—Este palo es un puro auténtico de La Habana, enrollado entre los muslos de una muchacha.

Los dientes de Wendy rechinaban; rebosantes de rabia, pero eran incapaces de desahogarse con ese viejo zorro Mogensha. Solo podía gritar alocadamente, apuntando con su espada de falcón a los contendientes defensores.

—¡Siguiente!